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El Valle del silencio en el Bierzo
El Valle del silencio en el Bierzo, se encuentra situado al sur de la comarca de El
Bierzo, entre las faldas de los montes Alquílianos y a orillas del rio Oza. La
mejor manera de llegar es acercarnos a Ponferrada, capital del Bierzo y la
precaución principal a tener en cuenta durante esta ruta, será la de
conducir con prudencia, dado que transcurre por estrechas carreteras con mucho
encanto a su alrededor, pero que nos exigirá de la máxima atención.
Salimos de Valladolid en dirección a Ponferrada (237 Km.) y desde esta población, atravesando el valle del Oza, nos adentraremos poco a poco en el bosque acompañados del murmullo del río. Atravesando San Clemente de Valdueza, encontraremos un desvío a la derecha que nos lleva a Montes de Valdueza, nuestra primera parada. En este pueblo, se encuentra el Monasterio de San Pedro Montes del siglo VII, construcción en ruinas, del que solo se conserva en perfecto estado los muros exteriores, los arcos de la iglesia y lo que fue en su día el hospital.
Deshacemos el camino andado hasta
el cruce y por una carretera que va sorteando precipicios entre curvas y mas
curvas, llegaremos al pequeño pueblo de Peñalba de Santiago, un autentico
paraíso oculto entre montañas y rodeado de árboles. Dejamos el coche en el
aparcamiento habilitado a la entrada, una idea muy acertada que te permite
disfrutar más del encanto de este bonito pueblo.Paseando por sus estrechas y empedradas
calles, observamos sus casas de piedra con techos de pizarra, que es como
revivir el pasado de esta comarca. A la iglesia de Santiago, una joya del arte
mozárabe, se accede por una hermosa puerta con doble arco de herradura que se
apoya en tres columnas de mármol; en el interior, dominan los arcos de
herradura, uno de los cuales divide la nave única en dos partes, se cree que
fue parte del monasterio fundado por San Genadio en el siglo X, antes de retirarse a su cueva (visitable
todos los días, de 10 a 14 y de 16 a 20 horas, salvo los lunes y martes que está
cerrado).
Desde el mismo pueblo, por la
calle en donde se encuentra el Bar y a través de un camino bien señalizado y sin grandes
dificultades, llegaremos a la cueva de
San Genadio, de quien se dice llegó hasta este valle buscando paz y se
convirtió en ermitaño tras renunciar al obispado de Astorga; durante este recorrido, de unos treinta minutos, disfrutaremos de un espectacular paisaje y
tendremos las mejores vistas de todo el Valle del Silencio y de Peñalba.
De vuelta al pueblo, hacemos un
alto para comer en Casa Rural Aromas del Oza, la carta es pequeña, pero la comida es casera y el trato
inmejorable. Mi recomendación, es pedir botillo (16 €), el rey de la gastronomía berciana. (Este producto típico esta elaborado de forma artesanal a partir de la costilla y rabo de cerdo, todo ello embutido en grandes tripas que tras ser atados, son colgados para ahumarles y comenzar su proceso de curación). Es necesario reservarlo previamente en 617176528.
Debemos deshacer el camino andado para llegar hasta Ponferrada, en donde visitamos sus monumentos más significativos, comenzando por el Castillo de los Templarios; esta majestuosa fortaleza que data del siglo XII se encuentra situada sobre una colina en la confluencia de los ríos Boeza y Sil y estaba destinada a proteger el paso de los peregrinos a Compostela por parte de la Orden Militar del Temple. Próximo al castillo, encontramos la Basílica de la Encina, de estilo renacentista, en cuyo interior se encuentra la imagen de la Virgen de la Encina, “La morenica”, patrona del Bierzo. Un paseo por la calle del Reloj nos lleva hasta la renacentista Torre del Reloj, ubicada sobre la única puerta que se conserva de la muralla medieval.
Nuestro siguiente destino es
Molinaseca (a 6 Km.), situada en pleno corazón del camino de Santiago y lugar en donde haremos noche; el sitio elegido es el
Hotel Molina Real, de nueva construcción y con un trato estupendo por parte de su
personal. Del pueblo, destacar su puente mediaval de siete arcos.
La ruta de este segundo día, comienza
en dirección a la pequeña población de Compludo, en donde visitamos la Herrería
de origen medieval, perfectamente conservada y para cuyo funcionamiento se ha
sabido combinar el agua, el fuego y el aire. (Visitable todos los días, de 11 a
14 y de 16 a 20 horas, salvo los lunes y martes que está cerrado).
Iniciamos el camino de vuelta a
Valladolid con una parada en Astorga, lugar de paso del camino de Santiago. Comenzamos nuestro recorrido por el casco histórico de la ciudad, llegando hasta el Palacio Episcopal, preciosa obra de Gaudí, construido en granito
gris del Bierzo y en donde más que un Palacio, recuerda a un castillo, con sus almenas.
Justo al lado, se encuentra la Catedral de Santa María, construida en varios
estilos arquitectónicos, destacando su espectacular fachada principal en estilo
barroco, de su interior resaltar la bella sillería renacentista del coro,
realizada en madera de nogal. También nos acercamos a contemplar, la muralla
medieval que flanquea el casco histórico, la cual se encuentra en buen estado
de conservación.No debemos marcharnos de la localidad sin probar y comprar el dulce típico: Mantecadas de Asorga, una delicia para el paladar, con textura suave y esponjosa .
A 9 Km. de Astorga, nos acercamos
hasta el pueblo Santiago Millas, uno de los pueblos tradicionales de la Maragatería, parando a comer en Casa Lucinio, donde tomamos un buen cocido maragato ( es costumbre comer el cocido al revés: es decir, comenzando por la carne
y terminando por la sopa), la carne muy rica y variada, los garbanzos se deshacían
en la boca y la sopa correcta. Si a esto le añadimos unas natillas muy bien preparadas,
el resultado es excelente y el precio total, café incluido: 20 € por menú. Un
paseo por el pueblo para bajar el cocido y vuelta para Valladolid.
Como otra opción para comer, es acercarse
al pueblo de Castrillo de Polvazares, que ya conocemos de otras ocasiones y en Casa Coscolo, puedes desgustar también un estupendo cocido maragato. Este
pueblo, típico de la maragatería, tiene un encanto especial, con sus casas arrieras construidas en piedra y las calles empedradas.
Fin de la interesante ruta por estas tierras
del Bierzo.
José María Vicente
