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- Jaca y San juan de la Peña
sábado, 18 de noviembre de 2017
Salimos de
Valladolid en dirección a Huesca y
después de 495 Km llegamos a la Capital del Alto Aragón, en donde observamos cómo
la ciudad vieja se agrupa en lo alto de una colina presidida por la majestuosa
silueta de la Catedral.
Dado que no hace
mucho tiempo habíamos estado en la ciudad de Huesca visitando los monumentos más
significativos como la Catedral de Santa María y la bella
Iglesia románica de San Pedro
“El Viejo”, nuestro
recorrido en esta ocasión fue para visitar el Convento
de San Miguel, llamado popularmente Las
Mínguelas que data del siglo XII, en donde destaca su ábside gótico y torre
románica, así como un órgano de 1852 que puede contemplarse en su interior. (Como complemento de este viaje recomiendo
ver entrada del blog: “Alto Aragón, Comarcas del Somontano y Ribagorza”).
Nos dirigimos ahora hasta
la Plaza de la Universidad para visitar el Museo de Huesca, situado en el
edificio de la antigua Universidad, ocupando ocho salas dispuestas alrededor de
un bello patio octogonal; en su interior, además de colecciones arqueológicas
pueden admirarse las estancias del Palacio de los Reyes de Aragón.
Un alto en la ruta
y parada para comer en Restaurante “La
Vicaria”, que conocíamos de otra visita anterior; tomamos un estupendo menú
con variedad de platos y calidad en los productos con lo que les elaboran.
Es hora de coger de nuevo el coche para dirigirnos a la cercana localidad
de Loarre. Un
poco antes de llegar, nos detenemos en Bolea
(a 20 Km de Huesca) para visitar la Colegiata de Santa María, una bella
iglesia gótica del siglo XVI, donde la verdadera joya es su retablo mayor que
se compone de 20 tablas pintadas al temple y 57 tallas de madera policromada,
siendo especialmente bello el colorido en una gama de rojos y verdes.
Llegados
a Loarre, nos acercamos hasta su
famoso Castillo, un recinto fortificado que
data del siglo XI y que está considerado como el castillo románico mejor
conservado de Europa. Se encuentra enclavado a 1.070 metros de altitud sobre
una imponente roca de piedra que le sirve de defensa y rodeado por un recinto
amurallado de doscientos metros de longitud. Entrando al castillo pasas por un
pasillo escalonado que en la parte derecha te conduce a una pequeña cripta y
más arriba te lleva a la iglesia románica, cuyo ábside curiosamente forma parte
del amurallamiento defensivo .En el exterior, destacar las torre del Homenaje
con sus 21 metros de altura, en donde no debemos dejar de subir y asomarnos al
mirador denominado de la Reina, un balcón de lujo por las esplendidas vistas
que se contemplan (Visitas de martes a domingo de 11 a 17,30 horas, coste: 4,5
euros). ¡realmente espectacular¡
De vuelta de nuevo a la
capital, dejamos nuestro equipaje en el Hotel elegido para pernoctar esta
primera noche, el ABBA, situado en la parte nueva de la ciudad y no lejos del centro.
En este segundo
día nos dirigirnos a visitar el Monasterio de San Juan de la Peña,
en pleno Pirineo Aragonés. Para llegar hasta allí, tomamos dirección a Jaca, para luego seguir hasta Santa Cruz de la
Serós, desde dónde sale una carretera de montaña que en siete kilómetros nos
lleva a contemplar bajo una imponente roca de color rojizo la espectacular
imagen del Monasterio Viejo. Es necesario continuar con nuestro vehículo un
kilómetro y medio más arriba hasta la explanada del Nuevo Monasterio en donde
debemos dejar el coche y desde este punto coger un microbús, incluido en el
precio de la entrada, que nos dejara en el viejo Monasterio.
Comenzamos con la visita al
Monasterio
Viejo (Siglos XI-XII), que se compone de dos plantas, la inferior en
donde se encuentra la iglesia excavada bajo la montaña y de estilo mozárabe;
los ábsides que se encuentran incrustados en la propia roca, conservan frescos
con escenas del martirio de San Cosme y San Damián. Subiendo las escaleras y en
la planta superior encontramos el Panteón de Nobles repleto de lapidas
semicirculares. Desde este panteón se accede a la iglesia alta, de estilo
románico, con tres ábsides de gran belleza situados bajo la roca y en lado
izquierdo podemos ver el Panteón Real en el que fueron enterrados los Reyes de
Aragón y Navarra durante quinientos años.
Desde la iglesia, por una
puerta de arco de herradura accedemos a la verdadera joya de San Juan de la
Peña, su magnífico claustro románico, uno de los más bellos de Europa y que
curiosamente nunca tuvo techo sino que cuenta únicamente con la protección de
la roca como tejado.
Es de destacar la espectacularidad de sus capiteles, con un
grupo que datan del siglo XI y se encuentran decorados con temas animales y
vegetales y un segundo grupo de capiteles del siglo XII y que están decorados
con temas de la vida de Jesús (Natividad, Epifanía, Última Cena…..).
En dos de
sus lados abren sus puertas sendas capillas, la de San Victorian y la de San
Voto.
Terminada la visita,
regresamos al aparcamiento donde habíamos dejado el coche y entramos al Monasterio
nuevo, de estilo barroco y que actualmente alberga la sede de los
Centros de interpretación de San Juan de la Peña y del Reino de Aragón (de gran
ayuda para comprender mejor todo lo que hemos visto anteriormente), además de
una de las Hospedería de Aragón.
Para finalizar, recomiendo
realizar una ruta hasta el llamado “Balcón de los Pirineos”. El camino
hacia este mirador comienza junto a la entrada principal del “Monasterio
Nuevo”, transcurre rodeado de un bosque
de hayas y en apenas 15 minutos nos encontraremos con este impresionante
mirador; en una mesa de roca, aparecen los nombres de los picos más importantes
del Pirineo que tenemos ahora frente a nosotros con sus cimas nevadas la mayor
parte del año.
De vuelta para Jaca,
paramos en Santa Cruz de Seros, un
pueblo con mucho encanto en donde vale la pena pasear por sus calles
empedradas, admirar sus casas tradicionales con tejados de pizarra y sus
llamativas chimeneas adornadas con figuras denominadas “espantabrujas”. Posee
dos bellos ejemplares del Románico: la pequeña Iglesia de San Caprasio a
la entrada del pueblo y la Iglesia de Santa María.
Llegados a Jaca, primera capital del reino de
Aragón, la primera parada que realizamos es para comer en Restaurante “Biarritz”, situado en las proximidades de la Ciudadela. Disponen de un buen
menú por 15 euros con comida casera y una atención magnífica. Un detalle, al
comienzo de la comida la casa te invita a un pequeño aperitivo y después del
postre, te vuelve a invitar a unos chupitos de vino moscatel servido en porrón
con 2 tejas de almendra, que estaban realmente deliciosas. Totalmente
recomendable.
Después de la comida, dimos
un agradable paseo por la Ciudadela, fortaleza construida a
finales del siglo XVI por encargo de Felipe II, con forma pentagonal, se
encuentra muy bien conservada y con amplios espacios verdes.
Dentro de la
fortificación podéis conocer espacios interesantes como son la Iglesia y el
Museo de miniaturas militares, en donde es posible entre otras cosas admirar
más de 30.000 soldados de plomo en diferentes escenarios históricos
¡verdaderamente interesante¡
Nuestro siguiente destino
es visitar la bella Catedral de San Pedro, que data del siglo XI y que está
considerada la primera seo románica construida en España. Destacar los capiteles historiados del pórtico y el cimborrio octogonal del crucero.
La Catedral
cuenta además con un Museo de arte sacro, que posee una de las mejores colecciones
de pintura medieval de España, además de numerosas esculturas y retablos
procedentes de pueblos de la diócesis (de estos últimos, destacar las
pinturas románicas de la Sala Bagues).
Para terminar la jornada
recomiendo pasarse por “La tasca de Ana”
(C/Ramiro I Nº 3) y probar sus ricas y sabrosas tapas en un pequeño local
siempre abarrotado. Probamos dos tapas: “Maite”, una empanadilla redonda que
lleva una pasta de queso y gambas y “Rodolfito”, un langostino rebozado con una
salsa secreta, una especie de mayonesa con un toque especial ¡realmente buenos
, especialmente este ultimo¡
El hotel elegido en Jaca: El Acebo, situado en pleno corazón del
casco antiguo y frente a la Catedral. Lo mejor, la ubicación y en cuanto a las
habitaciones, pedir que sean exteriores, dado que las interiores dan a un
pequeño y ruidoso patio.
Este tercer día salimos
en dirección a Valladolid, realizando una parada en Zaragoza para visitar la
espectacular Basílica de Nuestra Señora
del Pilar, en donde según cuenta la tradición se apareció la Virgen al
apóstol Santiago. De su interior, destacar la cúpula Regina Martirum con unos
bellos frescos de Goya y la capilla de la Virgen, obra de Ventura Rodríguez. Como
curiosidad podemos contemplar sobre la fachada los impactos ocasionados por los
cañonazos de los franceses durante el ataque realizado a la ciudad en 1808.
Es interesante subir a la torre en un ascensor que
te eleva a 78 metros de altura, para después continuar subiendo por unas
escaleras hasta un mirador que se encuentra a una altura de 90 metros y poder
observar unas espectaculares e impresionantes vistas de la ciudad (Coste 3 €).
Antes de partir, una recomendación de dos rincones que no debes perderte en tu visita a Zaragoza: Caramelos Alcaine, una de las tiendas mas antiguas de la ciudad,se remonta a 1926 (situada en la Calle Cesar Augusto 68,en la parte trasera del mercado central),conserva el encanto de las tiendas de ultramarinos de antes y en donde sorprende la combinación de olor a café y caramelos, en ella nos aprovisionamos de "frutas de Aragon", un dulce típico a base de frutas confitadas (maceradas y cocidas) en una concentración de almíbar y después recubiertas de chocolate, lo que le da un aspecto similar al de un bombón.
Pastelería La Tolosana,en donde no debes dejar de comprar la especialidad de la casa: "trenza de Almudevar", que llevan fabricando mas de 30 años, elaborada con una fina masa de hojaldre con mantequilla rellena de frutos secos y rematada con una capa glaseada. (Tiene tres locales en la ciudad, nosotros pasamos por Trenzante, en la calle Alfonso 1º Nº 6).
Continuamos de camino a
Valladolid y ponemos fin a esta interesante ruta.
Otras sugerencias y
curiosidades
* Como curiosidad, el
castillo de Loarre ha sido escenario de varias películas, una de las últimas
fue “El reino de los cielos”.
* Destacar el motivo
decorativo utilizado de manera abundante en la Catedral de Jaca que es conocido
como “taqueado o ajedrezado jaques”, basado en cuadrados (llamados “tacos”) o
en rectángulos (Llamados “billetes”) que van colocados unos hundidos y otros
salientes de forma alterna en líneas paralelas, lo que da lugar a sombras que simulan
un tablero de ajedrez.
* Tras la visita de Santa
Cruz de Seros, de regreso a Jaca, es interesante detenerse en el
“Mirador de los buitres” y contemplar el vuelo del buitre Leonado, que anida en
las peñas del Parque.
* Prueba de la
tradición repostera de Huesca, son las numerosas pastelerías que puedes
encontrar a lo largo de la ciudad. Una
de las que recomiendo no perderse es la centenaria Pastelería “Ascaso” (calle del Coso Alto, 9) y en donde no
debes dejar de probar la especialidad de la casa: pasteles rusos, ¡una
verdadera delicia¡
* La Ermita
rupestre de la Virgen de la Peña, en el pueblo de Aniés (a 25 Km de la
Capital Huesca), se encuentra colgada sobre el abismo y rodeada de un
maravilloso paisaje. No pudimos acercarnos a visitarla por encontrarse cerrada
hasta Semana Santa. (Por si es de interés, dejo la manera de llegar: coger la
carretera de Huesca a Pamplona por Ayerbe y al llegar al Km. 14, tomar el
desvío a la derecha que indica, Bolea, Aniés y Loarre, pasado el pueblo de
Bolea y a 2 Km. hay un desvío a la derecha que indica Aniés, una vez en este pueblo,
hay que coger una pista que sube a la sierra y a 3 Km. encontraremos el cruce
donde se coge una senda peatonal para subir a la Ermita, tras 20 minutos de
camino, llegamos a la Ermita).
* Una recomendación en tu visita a Zaragoza si eres amante del dulce, pasar por la centenaria Pastelería "Fantoba" (C/ Jaime I Nº29) que data de 1856. Su interior te traslada a tiempos pasados, destacando las estanterías de la época. Pasteles muy ricos, pero caros.
* Una recomendación en tu visita a Zaragoza si eres amante del dulce, pasar por la centenaria Pastelería "Fantoba" (C/ Jaime I Nº29) que data de 1856. Su interior te traslada a tiempos pasados, destacando las estanterías de la época. Pasteles muy ricos, pero caros.
José María Vicente