sábado, 19 de septiembre de 2020




La Ruta del Califato, parte de la antigua capital del Califato, Córdoba y termina en la capital del último reinado musulmán de los nazaríes, Granada, pasando por la provincia de Jaén. En este recorrido podrás deleitarte visitando alguno de los castillos más impresionantes de España, que durante siglos establecieron frontera entre dos culturas y religiones; junto a ellos, disfrutaras de enclaves paisajísticos de gran belleza y encontraras iglesias que en muchos casos antes fueron mezquitas, lo que te permitirá a lo largo de los 180 kilómetros que dura esta ruta, disfrutar de la historia hispano-musulmana. 
El punto de partida de esta ruta, lo comenzamos en Córdoba, para continuar hasta la localidad de Espejo, de la que nos separan 37 km. El principal monumento de esta localidad es su Castillo, estratégicamente encaramado en lo alto de un cerro y desde donde se tienen unas impresionantes vistas de la campiña cordobesa. Paseando por sus empinadas calles, llegamos al Castillo gótico mudéjar, edificado en el siglo XV,  rodeado por una muralla de gruesos muros, coronados por cuatro torres. De su construcción, sobresale el patio de armas y la Torre del Homenaje, una de las partes más antiguas del castillo, siendo esta la única torre sin almenas del complejo, pero embellecida por una línea de matacanes. El edificio principal tiene una capilla del siglo XVIII, en donde es de resaltar una bella imagen del siglo XIII de la Virgen de la Fuensanta, patrona de la localidad. Desde lo alto de las torres, disfrutaras de unas impactantes vistas y en días claros, es posible divisar municipios cercanos como Montilla, o Aguilar de la Frontera. A lo largo de la interesante visita guiada, pudimos ver muchos objetos antiguos, como una colección de sables de la Orden Militar de Santiago. En el subsuelo hay un aljibe romano, sobre el que se encuentra el patio interior del Castillo Ducal y que según cuenta la leyenda, era una de las salidas subterráneas al exterior del castillo, que tenía como objetivo facilitar la huida en caso de ataque enemigo. Actualmente, el castillo es propiedad de los herederos de la Duquesa de Osuna.
Dentro del recinto amurallado del castillo, pero separado del edificio principal, hay otra torre, la Torre del Caballero, que se comunica con la Iglesia de San Bartolomé, el templo que nos encontramos nada más bajar del Castillo.
En el interior del templo gótico es de resaltar un bello artesonado mudéjar y el magnífico retablo de San Andrés del siglo XVI, situado en la Capilla Mayor, obra maestra del pintor cordobés Pedro Romana. También en su interior, se encuentra un Museo de orfebrería, en donde es de destacar la magnífica Custodia Procesional del siglo XVIII, considerada una de las obras cumbres de la orfebrería barroca.
Muy cerca de Espejo, a tan solo 7 km, llegamos a nuestra siguiente parada, Castro del Río. Paseando entre calles empedradas y casa encaladas, nos encaminamos a la zona más elevada del casco urbano y nos detenemos en la Iglesia de la Asunción. Construida en el siglo XIII, se levantó en el mismo lugar que ocupó una antigua mezquita; destacando de su exterior la portada plateresca, añadida en el siglo XVI, la cual se encuentra construida en piedra arenisca y que presenta un aspecto muy erosionado. De su interior, llama la atención las bóvedas de la cubierta, que ocultan el antiguo artesonado mudéjar, apreciable solo en algunos sectores. También es de resaltar la sillería del coro y una pequeña tabla de la Virgen del Rosario del siglo XVII. 

En las proximidades de la Iglesia, se encuentra la antigua fortaleza almohade, de la que conserva parte de las murallas, la torre del homenaje y el patio de armas. 
El otro monumento ante el que nos detenemos durante el paseo, es el dedicado al Arcángel San Rafael, custodio de Córdoba y que da nombre a la plaza en donde se encuentra, construido entre los siglos XVIII y XIX, consta de un pedestal que soporta la figura del Arcángel.

No dejes de acercarte, si andas bien de tiempo, al singular Barrio medieval de la Villa. Durante el paseo entre casas blancas y calles angostas, pasaremos por pintorescos arcos que atraviesan las calles principales.
Al final de la Calle Rincón, recomiendo detenerse en el “reñidero”, construcción del siglo XVIII, dedicada a las peleas de gallos, que está considerado uno de los más antiguos de España. (Posee un aforo de 300 personas y  actualmente se sigue practicando sin apostar a dichas peleas, ya que es ilegal).
Después de recorrer 18 km, llegamos a nuestro siguiente destino, Baena, a 61 Km de la capital cordobesa.

Paramos en primer lugar a comer en Bar Picoteo. Local agradable, donde además de poder comer a base de tapas, se puede comer de menú, recomiendo de lo que probamos: el flamenquín y el flan de queso.

Terminada la comida, nos acercamos a visitar la Almazara Núñez de Prado. Situada en una tradicional casa de labranza, la familia Núñez de Prado ha estado produciendo aceite de oliva virgen desde 1795, siendo actualmente la séptima generación la que se dedica al cultivo de 700 hectáreas con más de cien mil olivos, donde se cosechan las variedades: hojiblanca y picual. Realizamos una interesante visita guiada, en donde nos explicaron todo el proceso de elaboración del aceite, pasando por las diferentes instalaciones del proceso productivo, en donde es de resaltar la bodega de tinajas del siglo XVIII, una almazara de 1.943, así como un molino clásico de granito.
Para finalizar, efectuamos una cata de aceite. ¡ visita recomendable, os encantará! 
Un par de curiosidades sobre el mundo del aceite:  Un olivo adulto puede dar de media, entre 20 y 50 kilos de aceitunas y se pueden necesitar 5 kilos de aceitunas para elaborar 1 litro de aceite. Se trata de una cifra aproximada, ya que depende de otros factores, como la climatología, la variedad de aceituna o el momento de recolección de la misma.

Terminada la visita de la almazara, nos dirigimos hacia la parte alta del pueblo, al objeto de visitar la Iglesia de Santa María la Mayor. Se trata de una construcción gótica del siglo XVI, con dos portadas, de las que destaca la Puerta del Perdón, en estilo plateresco y cuyo campanario se encuentra sobre un antiguo minarete árabe. Lo más resaltable del interior, es el maravilloso retablo labrado en piedra de la Capilla Mayor, donde descansa la imagen gótica de Nuestra Señora de la Antigua y a los pies del templo, no podemos dejar de admirar una magnifica Reja.

Desde la iglesia, descendemos por la calle Arco de la Villa, para llegar a la Plaza del Palacio, centro neurálgico de la Baena árabe y medieval, que aparece presidida por uno de los símbolos más representativos de la ciudad, el León Ibérico, reproducción en bronce del original que se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid. En esta plaza, se sitúa la fortaleza-castillo del siglo IX, que por sus dimensiones, es el más grande de los que vamos a encontrar en esta ruta. Después de mucho tiempo en estado de abandono, ha sido recientemente restaurado y se encuentra en buen estado de conservación.

Continuamos caminando entre casas blancas y estrechas callejuelas hasta llegar a la Plaza de la Constitución, antiguamente llamada Plaza del Coso, nombre que debe a la costumbre extendida en muchos pueblos de Andalucía, de celebrar corridas de toros en la plaza principal. En esta plaza, con más aspecto de plaza castellana, que de plaza típica de pueblo andaluz, se encuentran varios de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como el Ayuntamiento, la Casa del Monte que data del siglo XVIII y el Casino.

Recorremos 10 Km hasta nuestra próxima parada, Zuheros, encontrándonos durante el camino con un paisaje donde se alzan los relieves calizos y la riqueza paisajística del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.

Llegados a Zuheros, nos dirigimos a la Hacienda Minerva. Se trata de una granja típica andaluza del siglo XIX, reconvertida en un bonito hotel rural, rodeado de olivares. La taberna del establecimiento ocupa el antiguo almacén del Molino, manteniendo el suelo de piedra original y te permite disfrutar de unas agradables vistas, mientras tomas una cerveza en los miradores-terraza del Hotel. Tienes la opcion de acceder a un pequeño "spa", que presenta una decoración de estilo árabe e incluye baños termales, zona de relajación y sala de masajes (Posee un aforo máximo de 8 personas, cada sesión de baño tiene una duración de 60 minutos y el precio es de 18,00 €).

La mañana del segundo día, la dedicamos a conocer el bonito pueblo de Zuheros, que forma parte del selecto club de los Pueblos más bonitos de España. Situado en plena sierra, este pequeño pueblo cordobés, conserva una arquitectura popular de casas blancas, coronado en lo alto por su castillo.

El impresionante Castillo, construido sobre un peñasco, fue edificado por los árabes en el siglo IX, conserva restos de lo que fue un antiguo Palacio renacentista y desde su torre, se disfrutan de unas espectaculares vistas de toda la comarca de la subbética. Justo debajo de la roca que sostiene al castillo, han construido un puente colgante por donde recomiendo dar un agradable paseo por la falda del castillo, entre pasarelas y miradores, con unas vistas impresionantes de la campiña cordobesa.

Ubicada a los pies del castillo, encontramos la Iglesia de la Virgen de los Remedios, levantada en el siglo XVI sobre una antigua mezquita de la que queda parte de su alminar, hoy dia convertido en campanario. Paseando por sus angostas y empinadas calles de fachadas encaladas, llegamos al Mirador de la Villa, desde donde se obtienen estupendas vistas panorámicas del Cañón del Rio Bailón y su entorno.

Situado en la carretera que sube a la Cueva de los Murciélagos, recomiendo detenerte en el Mirador del Cañón del Río Bailón, que ofrece unas impresionantes vistas panorámicas, desde donde puede contemplarse el vuelo de numerosas aves que nidifican en los tajos del Bailón, como búho real o halcón peregrino.

De vuelta de nuevo a Zuheros, parada para comer en Restaurante Zuhayra, que destaca por la calidad de la materia prima, su elaboración y un trato impecable. Resaltar de lo que probamos: el bacalao confitado, el rabo de toro a la cordobesa y la leche frita con helado de turrón. Local totalmente recomendable.

Terminada la comida ponemos rumbo a la tranquila población de Luque, puerta de entrada a la sierra y de la que nos separan apenas dos kilómetros. La localidad se aglutina en torno al Castillo, al que se accede entre empinadas cuestas y casa encaladas. De origen nazarí, fue levantado en el siglo IX sobre la base de lo que fue una fortaleza romana, es popularmente conocido como “El Venceaire”, una deformación de su nombre original: Albenzaide o Benzaide.
A los pies del castillo y junto a la vieja muralla de la villa, se encuentra otro de los edificios de interés histórico-artístico del municipio, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, conocida popularmente como la "Catedral de la Subbética". También merecen una visita la Ermita de San Bartolomé, de cuyo interior es de resaltar la pequeña talla de San Bartolomé que data del siglo XVII, patrón de la villa y la Torre del Reloj, levantada en 1.820, que incorpora un curioso reloj de campanas movido por pesas, una lástima que permanezca parado.

Nos adentramos en la provincia de Jaén, para desplazarnos 22 Km hasta llegar a Alcaudete, conocida por los árabes como la ciudad de los manantiales. Nada más divisar el pueblo, lo que más llama la atención es la impresionante mole del Castillo y la Iglesia de Santa María, enclavados en lo alto. Una carretera a la entrada del pueblo, nos lleva hasta lo alto del cerro, donde encontramos la Iglesia de Santa María, templo de proporciones catedralicias levantado entre los siglos XV y XVII, con una estructura gótico-mudéjar. De su exterior resaltar las dos bellas portadas de estilo plateresco y su alta torre, que sobresale del conjunto de la Iglesia. (No pudimos ver su interior por encontrarse cerrada, según creo solo abre los domingos por la mañana). Justo al lado de la iglesia, en la Plaza Santa María, se encuentra un gran mirador, desde donde podrás divisar todo el entorno de Alcaudete, ya que el casco antiguo se encuentra diseminado por la falda de la montaña. Si seguimos ascendiendo a la cumbre del cerro, llegaremos al recinto defensivo del Castillo, que pasó de manos musulmanas a cristianas, para terminar entre los siglos XIII y XIV, a manos de la Orden de Calatrava. La fortaleza, de forma poligonal, se encuentra coronada por seis torres, siendo la más destacable la del Homenaje, con tres pisos de altura, más la terraza. (El recorrido no está acondicionado para personas con movilidad reducida, pues hay tramos con escaleras).
Justo frente al castillo, se encuentra el Hotel Hospedería Castillo de Alcaudete, en donde nos alojamos este segundo día.
Tras bajar del castillo y de nuevo en la Plaza de Santa María, nos dirigimos a la Iglesia de San Pedro, construcción del siglo XVI, en cuyo interior destacan las naves cubiertas por “bóvedas vaídas”, muy características del genial arquitecto del Renacimiento, Andrés de Vandelvira. Ascendiendo por la calle Campiña llegamos hasta la Plaza 28 de febrero, centro neurálgico de la villa en donde se localiza el Ayuntamiento, con una bella fachada barroca y junto al lateral izquierdo, se sitúa el Arco de la Villa, considerado como una de las puertas por las que se accedía al recinto amurallado de la ciudad medieval y en la misma plaza, podemos ver la Ermita de la Aurora, cuidada por los monjes Carmelitas descalzos hasta el siglo XIX y hoy día convertida en una cafetería, lo que aprovechamos para hacer un alto en el camino y tomarnos una cerveza. Subiendo por la calle Llana se localizan varias casas palaciegas, que dan prueba de la importancia y el auge económico de ese pueblo, ejemplo de ello es la Casa de los Leones y al final de la calle Torres Ortega, la casa popularmente conocida como la “Casa de la Baronesa".
No dejar pasar la oportunidad de comer o cenar en el Restaurante "Almocadén", donde puedes degustar la comida local con un toque innovador, como el risotto o el bacalao.
El tercer día, nos desplazamos hasta Castillo de Locubín, pequeño pueblo de la Sierra de Jaén, que conserva las típicas casas andaluzas, con sus fachadas encaladas y sus calles empinadas. Del conjunto de su patrimonio histórico y artístico destaca la Iglesia de San Pedro Apóstol, templo edificado entre los siglos XVI y XVII. También es de interes la Ermita de Nuestro Padre Jesús, que guarda una imagen de Padre Jesús atribuida al maestro Martínez Montañés.

Abandonamos Castillo de Locubín camino de Alcalá la Real. Esta localidad jienense fue en tiempos la frontera entre los reinos de Granada y Castilla y desde aquí partieron los Reyes Católicos para recibir las llaves de Granada. Su núcleo urbano se extiende a los pies del majestuoso Castillo, una auténtica ciudad-fortaleza del periodo nazarí. Comenzamos nuestro recorrido visitando uno de los monumentos más emblemáticos de la provincia, el Castillo de La Mota, un imponente recinto defensivo, situado en el cerro de la Mota, a más de mil metros de altitud. (Dejamos el coche en un aparcamiento habilitado en la zona).
El castillo, se encuentra dispuesto en tres recintos: El recinto exterior, del que actualmente, solo quedan en pie restos de muralla, que data de los siglos XI y XII. La Alcazaba o recinto interior, para cuyo acceso disponía en su momento de varias puertas. Finalmente, el Alcázar, último recinto defensivo, que conserva tres torres: la del Homenaje, que sirve de acceso a la alcazaba y desde donde se tienen unas inmejorables vistas de la zona; la de la Vela o Campana, situada en la zona más alta y la Mocha. La imponente Iglesia mayor abacial o de Santa María la Mayor, se encuentra situada en el interior del recinto fortificado. En el exterior se pueden ver numerosos contrafuertes, rematados por pináculos y una majestuosa torre, sin olvidar detenerte a admirar las gárgolas, de una gran belleza. De su interior, son de resaltar unas catacumbas sobre las que se han habilitado un pasillo de cristal, por donde puedes “pasar” e ir viéndolas más de cerca. (Recomiendo acceder a la Fortaleza mediante visita guiada, para no perderse los secretos que esconde esta joya histórica).
Nos dirigimos a visitar el casco histórico, descendiendo por las calles Mazuelos y Abad Palomino. Al final de esta última calle, se encuentra la Iglesia de San Antón. Girando a la izquierda por la Calle Álamos, podemos ver el Pilar de los Álamos, un gran relieve renacentista en el que dos tenantes sostienen el escudo de la villa. Ya en la Carretera de las Mercedes, nos detenemos en el Palacio Abacial, construcción en estilo barroco, en cuyo interior destaca el claustro de tres cuerpos y en donde también podemos encontrar la Oficina de Turismo.
Parada para comer en Casa Pepe, donde pedimos para compartir una rosca típica de este restaurante.
La Iglesia de la Consolación, situada enfrente de la calle Real, es también conocida como Santa María la Mayor. Su interior se encuentra presidido por la Virgen de las Mercedes, patrona de Alcalá y también podemos admirar alguna de las imágenes que desfilan en la Semana santa alcalaína (Nuestro Padre Jesús Nazareno o la Virgen de los Dolores). No lejos de aquí se encuentra El Palacete de la Hilandera, una casa señorial modernista. Bajamos de nuevo a la Carretera de las Mercedes, giramos a la izquierda por la calle General Lastres, hasta llegar a la Plaza Arcipreste de Hita, uno de los alcalaínos más reconocido mundialmente y en donde se encuentra el Ayuntamiento, construcción que data del siglo XVIII, se compone de tres cuerpos y dos torres, una a cada lado, aunque sólo se llegó a terminar una de ellas. En esta torre, se ubicó en 1803 un reloj, que además de la hora también da las fases lunares.
En el centro de la plaza, se sitúa la estatua de Juan Martínez Montañés, el escultor barroco, llamado el "Dios de la madera", nacido en la ciudad. Si tomamos la calle Angustias, llegaremos a la Iglesia de las Angustias,  la más antigua de la ciudad. En su interior, guarda piezas importantes, como la pila bautismal donde fue bautizado el imaginero barroco Martínez Montañés. A continuación, caminando por la calle Vera Cruz vamos de nuevo en dirección al Castillo, con una parada que recomiendo, el Convento de las Trinitarias, que se encuentra pegando a las murallas de la Fortaleza. Entre las piezas religiosas que se encuentran expuestas en su interior, resaltar  la Custodia utilizada para la Festividad del Corpus Christi, así como el Cristo de la Misericordia, imagen del s. XVI o la Imagen del Niño del Coro.

Cogemos de nuevo el coche para dirigirnos al Mirador de San Marcos, justo frente a la Fortaleza de La Mota, donde además de las inmejorables vistas de las que podemos disfrutar, encontramos la Ermita de San Marcos, construcción del siglo XVI, cuyo interior se encuentra presidido por la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza, una de las advocaciones marianas de mayor arraigo entre los lugareños.
Nos alojamos en la Casa rural “Mirador Tierra de Fronteras”. Situado en un marco incomparable desde donde se pueden disfrutar de unas espectaculares vistas del pueblo y de la imponente Fortaleza de la Mota. Merece la pena probar las ricas cervezas artesanales que elaboran sus propietarios. (Solo abren los fines de semana). 

La ruta del cuarto día, nos adentra en tierras granadinas, con una primera parada en Moclín, en cuyo entorno se encuentran numerosas atalayas como son la torre de la Porqueriza o la de Mingoandrés. Pero la construcción más importante es su Castillo, que se levantó a mediados del siglo XIII como elemento de defensa del Reino Nazarí de Granada. Presenta dos recintos claramente diferenciados por sendas murallas: El primero, en la parte baja, es el que mejor se conserva, con torre de acceso y el segundo constituye la alcazaba.Otras construcciones interesantes son: la Iglesia de la Encarnación o el Santuario del Cristo del Paño, que fue mandada construir por los Reyes Católicos sobre una antigua mezquita; la Casa del Pósito, que fue construida en el siglo XVI.

Continuamos la ruta en dirección a Colomera, con un casco urbano que se extiende sobre la ladera de un cerro coronado por los restos de una fortaleza. Es el típico pueblo de calles estrechas y empinadas, donde, además de los exiguos restos del Castillo del siglo IX, destaca la Iglesia de la Encarnación, templo que se levantó sobre una antigua mezquita en el siglo XVI y de cuyo interior destaca el bello artesonado que cubre la nave central.

Nos desplazamos 30 Km hasta Alfacar, desviándonos previamente en Nivar, al objeto de comer en Restaurante El Gallo. Buenas las costillas al horno, aunque con exceso de grasa,  el resto normal.

Terminada la comida, nos acercamos a Alfacar, situada a siete kilómetros de la capital granadina. Su nombre, de origen árabe, alude a los alfares que abundaban en la zona. También es conocida por la calidad de su agua proveniente de la gran diversidad de fuentes y manantiales, así como por sus hornos de pan. Uno de los lugares más relajantes de la visita, fue la visita de la Fuente Grande, también conocida como la Fuente de las Lágrimas, que se encuentra situada en la parte alta de pueblo, cerca del Parque Federico García Lorca. (En este término municipal, murió el gran escritor andaluz, asesinado durante la Guerra Civil Española).

A tan solo tres kilómetros, se encuentra Víznar, la localidad  situada dentro del Parque Natural de la Sierra de Huétor. Su patrimonio histórico-artístico se encuentra concentrado en la Plaza de la Constitución, en donde puedes contemplar: el Ayuntamiento, la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar y el Palacio de Cuzco.

Terminada esta interesante ruta, nos quedamos en Granada, de donde  próximamente publicare una nueva entrada.

Otras sugerencias y curiosidades.
 
Dejo aquí algunas curiosidades que se dan en la localidad de Castro del Río: En este municipio estuvo preso en 1592 Miguel de Cervantes. Se encuentra instalada una Fábrica de elaboración y procesado de bacalao noruego, la más grande de España. Tienen en funcionamiento una imprenta centenaria. En este pueblo cordobés se conservan unas “saetas” autóctonas, conocidas como "Samaritanas", generalmente dirigidas a las Vírgenes. (La saeta es un canto religioso tradicional interpretado fundamentalmente en las procesiones de Semana Santa en España).

* Si dispones de tiempo en Baena, recomiendo la visita del Museo Arqueológico, instalado en la llamada Casa de la Tercia, un edificio construido en el siglo XVIII para almacén de grano y semillas y como bodega de aceite. El museo nos propone un recorrido por la extraordinaria riqueza histórica y patrimonial de Baeza, desde la prehistoria, hasta la actualidad, con una interesante y completa colección numismática de más de 2.000 monedas.

* De las diferentes cuevas que se encuentran en sus alrededores de Monclin, destacar la Cueva de Malalmuezo, donde se han hallado restos de la época del Neolítico y del Paleolítico, con interesantes pinturas rupestres. Otro enclave interesante desde el punto de vista arqueológico se encuentra en Tózar, donde se han hallado dólmenes y tumbas antropomorfas excavadas en la roca.

* A unos cuatro kilómetros de Zuheros, se encuentra la Cueva de los Murciélagos, situada en una gruta natural de la época del Neolítico, debe su nombre a los habitantes que la han utilizado como refugio y hogar: los murciélagos. Realizamos una visita guiada, en donde es de destacar lo espectacular de algunas de sus salas, que gracias a la erosión de las aguas subterráneas han conseguido bellos adornos naturales mediante las estalactitas y estalagmitas. Como punto negativo, las explicaciones de la guía fueron cortas, el trato mejorable y la visita muy a la carrera. (Si tienes problema de movilidad, debes tener en cuenta hay que bajar y subir muchos escalones, cerca de 700 entre los de bajada y subida).

* A las afueras de Luque, se encuentran los Bunkers del Aceituno, construidos durante la Guerra Civil Española, situados en lo alto de un cerro rodeado de olivos, en las proximidades del polígono de "El Alamillo”. Se trata de un complejo formado por bunkers, nidos de ametralladoras, pasadizos, etc.…

* Si dispones de tiempo en Alcalá la Real, recomiendo subir la empinada cuesta que nos lleva al bonito y típico Barrio de las Cruces, nombre que debe a la colocación de gran cantidad de cruces blancas, formando un Vía Crucis, que rememoraba la pasión de Cristo. En el barrio se sitúa la Ermita del Ecce Homo que data del siglo XVII y frente a la puerta de la Ermita, se encuentra la primera estación del Calvario que los franciscanos del Convento de la Consolación implantaron en el llamado cerro de las Cruces.

* Pinos Puente, situado cerca de Colomera, es una población con gran encanto, que conserva un puente árabe del siglo VII, uno de los más antiguos de España. Otro de los atractivos de Pinos Puente radica en conocer que en su término municipal vivió durante su infancia y adolescencia el universal poeta Federico García Lorca. Aquí se inspiró para varias de sus más importantes obras: La casa de Bernarda Alba, Bodas de Sangre o Doña Rosita la Soltera. También es interesante por la relación que tuvo Pinos Puente con el Descubrimiento de América. Cuando Cristóbal Colón iba camino de Francia, convencido de que los Reyes Católicos no le darían el apoyo económico para su viaje, fue mandado buscar por Isabel la Católica, justo cuando se encontraba a la altura de este municipio, para comunicarle que estaba dispuesta a financiar su viaje.

Jose Maria Vicente







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