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- Orense capital termal de España
Cuando viajamos a Galicia nos centramos normalmente en su costa y nos olvidamos de la única ciudad del interior, Orense. Reza un dicho popular que “tres cosas hay en Orense que no las hay en España, el Santo Cristo, el puente romano y las burgas hirviendo agua”. Después de haberla visitado en varias ocasiones, quiero dejar en este post los monumentos y lugares de interés que tienes que apuntar en tu agenda cuando visites la capital orensana.
Salimos de Valladolid en dirección a Orense de donde nos separan 349 Km. El hotel elegido, es el "NH Ourense”, hotel moderno situado en un edificio restaurado, a unos 5 minutos del centro de la ciudad.
Paseamos desde el Hotel hasta el Parque de San Lázaro, para continuar caminando por la peatonal calle Santo Domingo, donde encontraremos a lo largo de la calle numerosos edificios con la fachada de piedra y los típicos balcones con la barandilla de forja. Al lado derecho podemos ver la iglesia de un antiguo Convento Dominico. El final de la calle nos lleva a la pintoresca Praza do Ferro. Una pequeña plaza con una fuente que en su día se encontraba en el interior del Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil y que coge este nombre, por ser el lugar en donde se celebraba un antiguo mercado de herramientas y utensilios de «ferro», o hierro en español. Es la puerta de entrada a la zona de vinos y tapeo de Ourense.
Caminando por la calle Lepanto llegamos a la Catedral de San Martiño, una de las grandes desconocidas de España. La historia de la Catedral de San Martiño es un periplo de construcciones que han modelado su estructura y aspecto actual durante más de ocho siglos, cuya primera fecha de alzado se sitúa entre los siglos XII y XIII. De construcción románica, en su interior debes detenerte de manera especial en estos cuatro lugares: Pórtico del Paraíso, un conjunto escultórico que data del siglo XIII, que representa la llegada del juicio final, en donde vale la pena observar su bella policromía original. Se trata de una réplica del conocido Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago.
El pórtico del Paraíso está protegido por un nártex cerrado por medio de tres arcos, obra de Gil de Hontañón. Está conformado por tres arcos dobles, el central más ancho y ligeramente más alto que los dos laterales, separados por dos gruesos pilares, con un parteluz en el arco central donde podemos ver una escultura de Santiago Apóstol y justo encima, San Martín, patrón de Ourense.
Los pilares tienen un basamento liso y sobre
éstos hay dieciocho esculturas, nueve apóstoles en el lado del Evangelio y
nueve profetas en el lado de la Epístola, portando en sus manos cartelas con su
nombre, a excepción de una figura que permanece en el anonimato. Entre ellos,
presta atención a la sonrisa amable de Daniel. No ha llegado
hasta nuestros días el gran tímpano central, pero si uno de los elementos singulares
del pórtico del Paraíso, las esculturas de los 24 ancianos que figuran en la
arquivolta central, músicos portando instrumentos de la época. La Capilla Mayor, cuenta con un impresionante retablo de
madera policromado del siglo XVI, ornamentado por el maestro Cornelis de
Holanda. No debemos dejar de levantar la vista para admirar la hermosa boveda estrellada del cimborrio.
La Capilla
del Santo Cristo, situada a
la derecha del altar mayor, en donde es de resaltar la imagen gótica del
crucificado, que impacta por su tremendo realismo donde la barba y el pelo, son postizos de pelo
natural, circulando
la leyenda de que este le crece de forma milagrosa y que todas las semanas acude un barbero a la Caterdral para cortarlo. La Capilla en la que se encuentra
está cerrada por una verja, así que hay que verle desde los barrotes. La
decoración interior se encuentra labrada en oro al más puro estilo barroco y en
ella podemos ver una parte de la sillería del Coro de la Catedral, tallada por
Diego de Solís, junto a una bella talla en alabastro de la Virgen Blanca. En la parte superior hay unas intersantes pinturas que representan escenas de la vida de Cristo.
El Museo Catedralicio, instalado en un claustro gótico denominado “Claustra Nova”, se inició en el siglo XIII y se dejó inacabado en el XIV. En su interior encontraras piezas tan curiosas valiosas como el Misal Auriense, que dicen que es el primer libro impreso en Galicia (1494) o el Tesoro de San Rosendo del que forman parte el “ajedrez Fatimí” (Egipto medieval), ocho figuras (torre, alfil, caballo y cinco peones) de diminuto tamaño y cristal de roca del siglo X, de las que existen alrededor de 180 piezas en el mundo, altamente codiciadas y buscadas por coleccionistas. También cuenta con una colección de 53 piezas de diferentes tamaños de esmaltes de Limoges.
Aunque el interior de la Catedral y el Pórtico del Paraíso son dos maravillas, no dejes de dedicar algún tiempo a observar las fachadas. La fachada sur, que se puede ver desde la plaza del Trigo, resalta por el aspecto defensivo que le confieren torres y almenas. Si quieres ver la fachada norte tendrás que dirigirte a la calle Lepanto, si levantas la mirada verás el cimborrio de la Catedral, del siglo XVI. La fachada oeste se aprecia desde la plaza de San Martiño, con su torre de las Campanas que se eleva 40 metros. A esta torre se puede subir con la misma entrada de la Catedral, así que no te pierdas las magníficas vistas desde arriba.
La Plaza Mayor tiene forma irregular y la particularidad de tener su suelo ligeramente inclinado. Destacar la fachada del antiguo Palacio Episcopal, en la actualidad sede del Museo Arqueológico Provincial, que se construyó entre los siglos XII y XVIII. A la izquierda se alza el Ayuntamiento, ubicado en el unico lateral de la plaza sin soportales.
En un lateral, podemos ver la casa de Fermín García, que data de 1909, con balconada y miradores acristalados. Una curiosidad: Si eres amante del cine, la película “Los Girasoles ciegos” de José Luis Cuerda, ambientada en la posguerra española, eligio el casco antiguo de Orense para rodar su pelicula, seguro que te acordaras.
Desde la Plaza Mayor se accede subiendo por una monumental escalinata a la iglesia de Santa María Madre. Esta iglesia barroca que data del siglo XVIII, situada en el que muy probablemente había sido el emplazamiento de la antigua Catedral de Ourense. En su interior, destaca el retablo churrigueresco, que aloja en su centro la imagen de Santa María Madre, del siglo XVI, patrona del gremio de los sastres. No debes perderte la foto desde la monumental escalinata que lleva hasta la puerta de entrada al templo.
En la parte posterior de esta última iglesia se encuentra la Plaza de la Magdalena, que tiene la particularidad de ser este lugar uno de los cementerios que en su día tuvo la ciudad, por lo que aún pueden verse lapidas funerarias en los laterales de la plaza. En el centro de la Plaza, podemos ver un interesante y bello cruceiro barroco que data de 1718. Realizado en granito, tiene representadas en lo alto de la cruz, por una cara la figura de Cristo crucificado sobre una calavera y por la otra, la Virgen acompañada de ángeles.
Esta última plaza, da paso a la Praza do Trigo, presidida por la fachada sur de la Catedral, en donde es de resaltar la torre del reloj del siglo XVI, que se añadió sobre la torre original, siendo perceptibles la diferencia entre las dos etapas constructivas.
Como curiosidad, además del reloj sobre la torre, podemos ver en una de sus columnas, un reloj de sol. Dos relojes marcan la hora en esta plaza, ¿serás capaz de encontrarlos?
La plaza en la que nos encontramos fue un antiguo mercado de cerámica, plateros y cereales, de donde le viene el nombre, cuenta con la Fuente Nueva, colocada sobre una escalinata para vencer el desnivel del terreno y se encuentra rodeada por soportales y casas hidalgas, entre las que destaca la Casa de los Temes del siglo XVIII, se prolonga con la Praza das Damas, que fue patio de naranjos de la catedral.
Parada para comer en: Taberna "Atarazana" (Rua Fornos 11), en esta ocasión nos decantamos por un interesante menú del día, maridado con un buen vino tinto “Mencía” y un blanco “godello”.
Si con algo asociamos Ourense es con el termalismo, el origen romano de la ciudad ha mantenido la cultura termal durante siglos. Terminada la comida continuamos con el paseo, pasando por la plaza do Trigo, para después dirigirnos a la zona de "As Burgas", situadas en pleno centro de la ciudad. As Burgas, un manantial de agua caliente, son varias, la “Burga de Abajo”, de donde mana agua a través de dos gruesos caños situados en una fuente monumental de mediados del siglo XIX y donde las aguas fluoradas y carbonatadas afloran a 67 grados de temperatura, con un caudal de 300 litros por minuto.
En la misma plaza, pero a mayor altura, se encuentra la “Burga de Arriba”, acondicionada como baño termal, con una gran piscina exterior y sauna húmeda, lo que te permite tomar un relajante baño en pleno casco histórico. Como curiosidad, puedes encontrar a vecinos que vienen a beber, o sumergir alguna parte de su cuerpo en ellas, porque se dice que dichas aguas tienen propiedades curativas. En la propia plaza se encuentra el Centro de Interpretación Arqueológico Termal, con exposiciones donde se explica la historia de las aguas termales. La visita se completa con hallazgos arqueológicos, como la piscina santuario de Revve Anabaraego, del siglo I.
A orillas del río Miño, se suceden varias áreas termales, las cuales te permiten bañarte al aire libre en cualquier época del año, las cuales se encuentran comunicadas por un agradable paseo peatonal y por un pequeño tren que parte de la Plaza Mayor. La más recomendable y por la que nosotros pasamos es "Outariz”, (al no ser fin de semana, no hubo problema para entrar, ya que tienen aforo limitado). Aquí hay varios conjuntos de piscinas termales al aire libre organizadas en dos circuitos: el Zen, de inspiración japonesa, construido en madera y piedras ovaladas y el Celta, donde las termas que lo conforman están construidas en piedra, recordando los castros de la antigua civilización celta. Disfrutamos gratamente del centro termal con sus aguas a 50 º C y tras las 2 horas de las que dispones para realizar el circuito, hemos salido muy relajados y descansados.
Nos dirigimos hasta la Plaza do Ferro, centro neurálgico de la zona de vinos de Orense, para realizar una ruta de tapeo. En la parte final del post, dejo alguno de los bares y tapas interesantes.
Empezamos el segundo día caminando en direccion al Parque de San Lázaro, uno de los puntos más céntricos de la ciudad, que da acceso a la zona peatonal donde se desarrolla la principal actividad comercial y económica. Aquí se encuentra parte de la iglesia del antiguo Convento San Francisco, construido en el siglo XIV en lo alto de la ciudad, del que solo se conserva el claustro, que posteriormente comentaremos. Trasladado piedra a piedra de su emplazamiento original a este parque en 1929, entre los capiteles de las columnas profusamente decorados de su fachada encontraremos, si detenemos la mirada, la figura de un gaitero.
Presidiendo el centro del parque está una monumental fuente barroca que proviene del Monasterio cisterciense de Oseira, en San Cristovo de Cea. El parque concentra varias esculturas, algunas realmente curiosas como la de O Carrabouxo, un personaje de boina negra leyendo el periódico, protagonista de la viñeta humorística que a diario José Lois publica en un periódico local desde 1992.
En una esquina de la parte inferior del parque, haciendo esquina con la Rua do Progreso podemos ver un homenaje a los promotores de Rallye de Orense, a los que vemos sentados junto al vehículo construido por el propio Reverter, mezcla de la carrocería de un Renault Alpine y un motor Porsche, bautizado con el nombre de “alpinche”.
El Parque de San Lázaro conecta con el Casco Viejo por la peatonal Rúa do Paseo, la calle más comercial de la ciudad y también la más transitada. Merece la pena que pases por ella para descubrir las fachadas de sus edificios modernistas, además de múltiples tiendas, especialmente de grandes firmas. Dos maestros del diseño como Adolfo Domínguez o Roberto Verino, son originarios de esta ciudad. En la confluencia de la calle del Paseo con Cardenal Quiroga podemos ver la escultura de “La Lechera”, que refleja con absoluto realismo la figura de aquellas mujeres que repartían la leche de casa en casa.
Continuamos por la calle Lamas Carvajal, para detenernos en la iglesia de Santa Eufemia, aunque solo sea para ver su peculiar fachada cóncava, algo que la diferencia de cualquier otra iglesia.
Justo al lado, se sitúa el renacentista Pazo de Oca Valladeres, sede del Liceo de Ourense. En la actualidad es sede del Liceo de Ourense, te aconsejamos entrar y disfrutar del patio central, admirando su fuente de mármol de Carrara.
Continuando por la plaza del Corregidor se llega hasta el claustro de San Francisco, una joya del gótico gallego. El claustro, recuerda la existencia de un antiguo convento franciscano fundado en el siglo XIV. El convento, tras la desamortización de Mendizábal paso por diferentes manos, llegando a ser cuartel militar, hasta que en 1929 se procedió al traslado de su cabecera y fachada principal al Parque de San Lázaro, donde la vemos hoy día. La gran atracción y lo único que se puede visitar es el claustro, donde son dignos de mención los capiteles esculpidos al detalle con motivos animales, vegetales y mitológicos en los 63 arcos que soportan 76 columnas dobles.
A la espalda del claustro se encuentra el Mirador de San Francisco, desde donde podrás ver una de las mejores vistas del casco histórico de Ourense. Merece muchísimo la pena.
No te puedes ir de Ourense sin atravesar el Ponte Vella y disfrutar de las vistas privilegiadas. Puente totalmente peatonal, de 370 metros, que fue levantado en el siglo XIII sobre otro anterior romano, del que solo se conservan algunas piedras de la base, siendo reconstruido en el siglo XVII. Su ojo central de 43 metros de luz es el mayor arco gótico de España.
Actualmente es todo un símbolo, apareciendo incluso en el escudo de la ciudad.
Otras sugerencias y curiosidades.
* Los días 7 y 17 de cada mes (excepto si coincide en domingo, que se pasaría al lunes) se celebra feria en Ourense, por lo que al mediodía es recomendable peregrinar hasta el Campo de la Feria (situado al lado de las Termas de A Chavasqueira) para probar una de las tradiciones gastronómicas más antiguas y asentadas en Ourense. El menú lo forman el pulpo y la carne cocida en caldero (carne ao caldeiro), acompañados de un buen vino Ribeiro. De postre, siempre café y bica (bizcocho de manteca) y si no hay prisa quizás algún licor.
* Para desayunar recomiendo la Cafetería del Hostal Cándido, en la rúa Irmáns Villar, donde preparan un estupendo chocolate con churros un manjar dulce del que puedes disfrutar todos los días del año desde 1993. Es esta una de las paradas obligatorias para cualquiera que venga a la ciudad.
* La renacentista capilla de San Cosme y Damián, en la plaza del mismo nombre, acoge un curioso museo y su Belén de Baltar, que hace referencia al escultor gallego Arturo Baltar, con más de un centenar de figuras de barro cocido que recrean además de la temática religiosa, escenas tradicionales del mundo rural gallego.
* Paseando por su encantador peatonal casco antiguo haremos un alto en el camino para comer y lo haremos esta vez a base de tapas en alguno de los numerosos bares que se encuentran por esta zona. Más de 30 bares se concentran entre esta plaza y las calles adyacentes: ‘Paz', 'Lepanto', 'Viriato', 'Fornos', que no en vano se conoce como la Zona do Vinos.
O Eironciño. Plaza do Ferro.
En la misma Plaza do Ferro, con vistas a la famosa Fuente original del Monasterio de Santo Estevo de Ribas do Sil, es un bar rustico con encanto. La historia nos lleva allá por el año 1.960, cuando los antiguos dueños lo abrieron, muchos años después cogieron las riendas del local los actuales propietarios. La estrella de la carta son los calamares (en bocata o ración) son de lo mejor que puedes encontrar, aunque no desmerecen los chicharrones o la tortilla de patatas. Y ya lo dice su lema: «Si los mejores calamares quieres probar, tienes que entrar. Igual no nos conocemos, pero aun podemos».
Orellas, (S. Domingo 2 y Paz 6).
Uno de los más antiguos y míticos locales del tapeo en Ourense, que han pasado desde 1953 de generación en generación las sabrosas y tradicionales recetas de la cocina gallega. En este santuario del cerdo se sientan en sus mesas tanto vecinos como turistas. Su especialidad, como cabe deducir por su nombre, la tapa o ración de oreja, con su toque de pimentón y su chorrito de aceite de oliva, aunque hay quienes prefieren el lacón, el rabo o la “cachucha” (cabeza de cerdo prensada) y todo ello acompañado de un buen ribeiro servido en taza. Ya lo dice el refrán "Del cerdo se aprovecha todo, hasta los andares”.
Casa do Pulpo. (Juan de Austria 15 y Viriato 5).
Es este otro de los locales de visita obligada. Situado junto a la Catedral orensana, parece pequeño desde fuera, pero tiene un comedor en el interior, aunque en esta ocasión nos quedamos en unas mesas altas. Nosotros pedimos un pulpo a la feira, no el mejor que hemos probado por estas tierras y unos pimientos de Padrón, el pan que ponen… muy bueno, todo ello acompañado de un albariño y a seguir el recorrido.
Bar "Samuel. (Viriato 12).
Es más bien una pequeña tasca, de ambiente rústico, decorada con barriles a modo de mesa y billetes del mundo en sus paredes. Presume de tener la mejor “carne o caldeiro” de la ciudad, un plato sencillo: carne cocida a fuego lento que se sirve aderezada con un toque de ajo, pimentón y patatas y listo para comer. La carne es de la zona de la aguja o de la la falda de la ternera, las mas blandas y jugosas. Además de la carne tienen también otras tapas, entre ellas nos gustó la empanada de zamburiñas.
Taberna "Atarazana. (Fornos 11).
Bar Pepinillo. (Reza, 5).
El Bar Pepinillo abrió sus puertas en 1946, estando considerado el bar más antiguo de Orense que se mantiene en el mismo local y por la misma familia. Hacerse un bocadillo es una tarea aparentemente sencilla, pero conseguir la combinación perfecta de ingredientes ya es más complicado. Este negocio familiar, que ya va por la tercera generación, comenzó su andadura vendiendo vino a granel bajo el nombre de “O Laurel”, pero empezó a crecer gracias a las variedades de bocadillos con pepinillos, que ha dado nombre al propio establecimiento, entre ellos el más popular en bocadillos fríos es el de queso de Arzúa con anchoas y pepinillos y en caliente destaca el de panceta con queso y pepinillo. Lo que hace tan especiales los pepinillos de este lugar no es el vinagre en el que vienen, sino en el que ellos mismos los meten, un vinagre propio hecho con vino blanco, una de las fórmulas del éxito del establecimiento.
Café de El Sol. (Paz, 27).
No todo va a ser comer y aquí saben bien cómo bajar la comida. Por si no fuera poco con los vinos de las cuatro denominaciones de origen que se elaboran en la provincia, en Ourense: el Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra y D.O. Monterrei, también hay tradición de licor café. Este pequeño bar, que hace esquina en la rúa da Paz y que acaba de cumplir 45 años, es conocido por su licor café, que siempre sirven casi congelado. No dejes de probarlo. Nos llamó la atención el futbolín que hay en la parte de abajo del bar, uno de los rincones más especiales y representativos del local.
* El Ponte do Milenio, que se construyó en 2001 dando entrada al nuevo milenio, simbolizando una adaptación de la ciudad a la época contemporánea. Su pasarela peatonal se eleva hasta 22 metros, un lugar increíble para divisar la ciudad, especialmente al atardecer subir sus escaleras y disfrutar desde arriba las vistas de Ourense.
El Paseo Termal se inicia poco después del Puente del Milenio, y se extiende a lo largo de 4 kilómetros por el margen derecho del río Miño. En este espacio se encuentran las populares fuentes de O Tinteiro, así como los baños termales de A Chavasqueira, Muíño da Veiga, Outariz y Burga de Canedo:
1. A Chavasqueira. Este circuito lúdico es de inspiración japonesa, concretamente de la cultura Onsen. Tiene un Rotenburo (con 3 piscinas termales exteriores), un Ofuro (baño interior), un Templarium (sauna húmeda) y un Sudarium (una sauna de piedra y madera). Dirección: Campo da feira S/N.
2. O Tinteiro. Es muy visitada por sus beneficios para la piel, y por las vistas, está situada en un mirador panorámico sobre el río Miño. Dirección: Paseo do Tinteiro, s/n.
3. Muiño da Veiga. Hay 5 piscinas alrededor de este antiguo molino. Aquí es donde el agua está más caliente, puede sobrepasar los 70 grados. Hay aparcamientos, taquillas y vestuarios.
* El Paseo Termal es una zona peatonal y no se puede transitar por ella en coche. No obstante, existen varios aparcamientos gratuitos muy próximos desde los que acceder cómodamente a las termas. A continuación, te detallamos los principales:
Campo de la Feria: Próximo a A Chavasqueira y O Tinteiro. Acceso desde la calle Ribeiriño. Coord. GM:42.347735, -7.878155 | GPS: N 42º 20′ 51.846″ O 7º 52′ 41.357″
Aparcamiento Muíño da Veiga: Próximo a Muíño da Veiga y Outariz. Acceso por la N-120 (dirección Vigo). Coord. GM: 42.352397, -7.909714 | GPS: N 42º 21′ 8.629″ O 7º 54′ 34.97″
Aparcamiento Outariz-Reza: Próximo a Outariz y Burga de Canedo. Acceso por OU-402 (dirección Cortegada). Coord. GM: 42.348291, -7.912312 | GPS: N 42º 20′ 53.84″ O 7º 54′ 44.23″
Otra cómoda forma de acceder al Paseo Termal es utilizando el Tren, un colorido trenecito que tiene paradas en A Chavasqueira, Muíño de Veiga, Termas de Outariz y Outariz y Burga de Canedo. El tren sale de la Plaza Mayor y tarda unos 40 minutos en llegar hasta Outariz.
Otras formas de transporte público: Existen dos líneas de autobús que dan servicio a las zonas termales del Miño.
- Línea 26: A Chavasqueira – Residencia – Lleva hasta este conjunto de piscinas al comienzo del Paseo Termal. Parada: Parque de San Lázaro (Calle Curros Enríquez).
- Línea 5: Ceboliño-Reza – Te dejará en el aparcamiento de Outariz/Reza, desde donde solo tendrás que cruzar la pasarela peatonal para llegar al área de Outariz y Burga de Canedo. Parada: Parque de San Lázaro (Calle Juan XXIII).