domingo, 10 de enero de 2021

Esta ruta nos invita a visitar las cuatro villas terracampinas de: Fuentes de Nava, Cisneros, Paredes de Nava y Becerril de Campos, a través de un recorrido lleno de historia y naturaleza, en donde podras admirar un gran número de obras de arte de los siglos XV y XVI, época del esplendor del renacimiento en España.

 

Salimos de Valladolid en dirección a Fuentes de Nava, de donde nos separan 76 Km. Cerca de su casco urbano se localizan los restos de uno de los humedales más importantes de Castilla y León: la Laguna de la Nava, donde según las épocas del año en que lo visites, podrás contemplar numerosas especies de aves acuáticas, que en sus anuales migraciones atraviesan la Península Ibérica y que en esta laguna encuentran un merecido descanso.

Tomaremos como punto de partida de la visita del pueblo, el “Centro de Visitantes de la Laguna de la Nava”, ubicado en un antiguo caserón del siglo XVII.  Su visita te permitirá conocer, a través de un recorrido interactivo ilustrado con paneles, el entorno natural de la laguna, el patrimonio cultural de la zona y las diferentes aves que habitan el espacio del humedal. En la misma calle nos detenemos en la iglesia de Santa MaríaSe trata de un edificio del siglo XVI, con aportaciones barrocas posteriores, en donde es de resaltar su bella portada gótica. Pero lo que sin duda mas te sorprenderá es su interior, entre lo que destaca: Una talla de la Asunción de la Virgen, obra de Alejo de Vahía y su majestuoso artesonado mudéjar policromado. A los pies de la iglesia se sitúa la torre exenta, de estilo herreriano, construida en piedra de sillería, cuenta con dos cuerpos y un remate moderno, que la verdad no esta muy logrado.

El otro templo que no debemos dejar de visitar es la iglesia de San Pedro, en donde llama la atención su esbelta torre renacentista de 65 metros de altura, rematada por una soberbia linterna hexagonal, lo que la ha hecho ser conocida como la "Estrella de Campos". 

Dentro del interior del templo, es digno de admirar su retablo mayor, atribuido a Juan de Valmaseda, que cuenta con tallas y pinturas de Juan de Villoldo y Alonso Berruguete, siendo de resaltar el impresionante cuadro del “Santo Entierro”, en la parte inferior del retablo. 

Esta iglesia, junto a la de Santa María, posee un bello órgano barroco del siglo XVIII, obra del maestro burgalés Tadeo Ortega. Este tipo de órganos, desde donde emana una música celestial, emotiva e inolvidable, es una seña de identidad de la provincia palentina, que cuenta con una treintena de ellos.


Nos dirigimos hacia Cisneros, a 18 Km de donde nos encontramos. Localidad muy ligada a uno de los linajes más importantes de la historia de España: Los Cisneros, cuyo representante más conocido fue el Cardenal Cisneros. Juan Francisco Jiménez de Cisneros, fue confesor de Isabel la Católica, arzobispo de Toledo, fundador de la Universidad de Alcalá de Henares y por dos veces regente de Castilla. Aunque algunos aseguran que el Cardenal nació en esta villa, en realidad había nacido en la localidad madrileña de Torrelaguna, aunque quien si nació y está enterrado en el pueblo, es su abuelo paterno, Toribio Jiménez.

Comenzamos la visita de este municipio palentino en la Plaza de Anselmo Arenillas, que es donde se ubica el monumento más representativo de la villa: La iglesia de los Santos Facundo y Primitivo, construcción datada en el siglo XVI. Sus exteriores poseen el tradicional porticado que se desarrolla alrededor del templo, pero lo que más nos sorprenderá son las magníficas obras de arte que atesora en su interior, en donde es de resaltar los bellos artesonados mudéjares del siglo XVI, entre los que sobresalen los del presbiterio y especialmente el de la capilla de la Virgen del Castillo, patrona de la villa. 

También de su interior es de destacar: El Retablo mayor gótico, con tablas y esculturas de la escuela de Pedro Berruguete y el sepulcro en piedra de Antonio Rodríguez de Cisneros, oidor del Consejo Real de la Inquisición. La iglesia conserva un interesante órgano del siglo XVIII.

El otro templo que visitamos, justo al lado del Ayuntamiento y frente a la estatua del Cardenal Cisneros, es la iglesia de San Pedro. Dentro de ella, podemos admirar el excelente Retablo mayor renacentista, obra del escultor palentino Francisco de Giralte, discípulo y colaborador de Alonso Berruguete. 

Resaltar del interior varios sepulcros pertenecientes a los antepasados del Cardenal, entre los que destacan el de Toribio Jiménez de Cisneros, abuelo paterno del Cardenal Cisneros, del siglo XVI, el de Gonzalo Jiménez de Cisneros, del siglo XIII, realizado en mármol blanco apoyado sobre cuatro leones, con un bajo relieve que narra la vida de Jesús o el de su tío Albar, una obra gótica del siglo XIII. 

Por último, en el coro del templo, después de traspasar su bella reja de madera policromada, podremos contemplar el excelente órgano barroco del siglo XVIII. No quiero olvidar, una bella talla gótica de la Virgen de Villacilar del siglo XIV y una escultura orante de Álvaro de Cisneros, tío del Cardenal. El interior del templo, alberga un interesante Museo, con una importante colección de piezas de orfebrería sacra, donde abundan cálices o crucifijos, así como una bella cajonería de nogal del siglo XVII.

Antes de abandonar el pueblo nos detenemos en un “trinquete” o frontón destinado al juego de pelota a mano, juego tradicional muy arraigo en la Tierra de Campos palentina y que fue edificado en 1910.

Tras recorrer 18 Km, llegamos a Paredes de Nava, pequeña localidad de la comarca de Tierra de Campos palentina, donde nacieron personajes ilustres, como el reconocido poeta Jorge Manrique, Pedro Berruguete y su hijo Alonso, saga de artistas que dejaron gran cantidad de obras tanto en la provincia, como en esta población.

Es la hora de comer y dado que no encontramos sitios donde poder elegir, nos conformamos con pedir unas raciones y tapas en un Bar del pueblo, del que no recuerdo su nombre. Este punto gastronomico, es el que Paredes de Nava deberia potenciar, de la misma manera que lo han hecho con lo artistico y monumental.

Terminada la comida nos dirigimos hasta la Plaza de España, lugar en donde podemos ver el monumento en bronce de Jorge Manrique, uno de los poetas más importantes de la literatura española, autor de una de las más bellas elegías escrita en lengua castellana: “Las Coplas a la muerte de su padre”. En esta misma plaza, se encuentra la iglesia de San Eulalia. El monumental templo, de proporciones catedralicias, destaca especialmente por su original torre, en donde pueden verse representados tres estilos arquitectónicos: románico, gótico y mudéjar, coronado este último cuerpo por un colorista y llamativo chapitel de teja vidriada, que luce en todo su esplendor especialmente en los días soleados. 

En su interior, es de resaltar la bella cubierta del presbiterio, junto al impresionante retablo del altar mayor, obra de Inocencio Berruguete y de su cuñado Esteban Jordán, para el que se reutilizaron las 12 tablas de los Reyes de Israel, pintadas años atrás por Pedro Berruguete. 

Destacar también del interior del templo, el majestuoso órgano barroco del siglo XVIII, el Coro, con su sillería de nogal del siglo XVI, un pulpito mudéjar del siglo XV y en uno de los retablos laterales de la cabecera del templo, una bella talla de la Inmaculada, atribuida al taller de Gregorio Fernández.

En el Museo de Arte Sacro, se recopilan obras de arte que se encontraban dispersas por otros templos de la villa, con una buena representación de los mejores imagineros castellanos del siglo XVI. Alguna de las obras de arte que podemos admirar: Retablo de San Juan Bautista del Maestro Villamediana; Tablas de los Evangelistas, de Pedro Berruguete; pila bautismal románica donde fueron bautizados Pedro y Alonso Berruguete, así como Jorge Manrique, tallas de San Joaquín y Santa Ana de Alejo de Vahía, dos bellas Vírgenes de Esteban Jordán, una hermosa Virgen con el Niño de Alonso Berruguete; en la última Sala podemos ver la antigua Sacristía, un bello Retablo flamenco del maestro Paredes, junto bellas piezas de orfebrería.

Otro de los templos de interés es la iglesia de Santa María, construida en el siglo XV. Destacar de sus exteriores la bella portada gótica y su torre renacentista en el último tramo. 

Destacar de su interior, el retablo del altar mayor, obra del del imaginero Manuel Salcedo y del pintor Diego de Avendaño, en donde es de resaltar una imagen de la Virgen de Cantomenudo, una bella talla del siglo XIII. No quier dejar de mencionar su órgano barroco, que al igual que de la Iglesia de Santa Eulalia, es obra de Tadeo Ortega.

Nos acercamos ahora a la Plaza del San Francisco, lugar donde se encuentra el edificio del Ayuntamiento, situado en el antiguo Convento Franciscano tras la desamortización de Mendizábal. Lo que más destaca de la Iglesia de San Martín es su torre estilo mudéjar y su bella portada plateresca. La Iglesia hoy en día está desacralizada y en ella se encuentra el “Centro de Interpretación de Tierra de Campos”, que permite al visitante conocer la vida y cultura de estas gentes de Castilla. 

Además de visitar las bellas iglesias comentadas anteriormente, recomiendo pasear por las calles del pueblo, lo que te permite contemplar su arquitectura civil, a la que a veces no prestamos demasiada atención. Hay que fijarse en las casas blasonadas que salpican sus calles, reflejo del esplendor y la importancia que tuvo la villa. En la Calle Jorge Manrique, dedicada al ilustre escritor nacido en esta localidad y cerca de la iglesia San Martin se encuentran dos bellos ejemplos: Casa “Castella Najera”, edificio modernista que alberga en su interior una botica del siglo XVII y Casa “Dueñas”, casa blasonada del siglo XVIII, que alberga en su interior una bodega y una capilla. En la calle Corpus Christi, encontramos la Casa “Sánchez Cuadrillero”, casa de labranza del siglo XVIII, con el escudo de armas de las dos familias en su fachada. Esta última casa, nos llamó enormemente la atención, al coincidir su nombre, con alguno de mis apellidos paternos.

El ultimo pueblo de esta Ruta Tierras del Renacimiento, es Becerril de Campos. Su legado artístico, a través de sus museos, iglesias y plazas, le ha hecho merecedor de ser declarado en 1974 “Conjunto Histórico-Artístico” y en 2016, “Pueblo más bonito de España”. En esta ruta de solo un día, no nos da tiempo a visitar Becerril de Campos, por lo que te recomiendo consultar un post de este blog: “Becerril de Campos y la Astronomía”, donde encontraras un resumen detallado de lo más significativo e interesante.

 

Vuelta para Valladolid, para despues de 72 Km poner fin a esta interesante ruta.

Otras sugerencias y curiosidades.

* Los órganos ibéricos son una de las joyas más valiosas del patrimonio histórico artístico de las iglesias de la Tierra de Campos palentina, tanto por su calidad como por cantidad. Esto es debido a que, durante el siglo XVIII, época de mayor florecimiento en la construcción de órganos en España, alguno de los más genuinos y brillantes organeros, como Tadeo Ortega, tuvieran en estos pueblos sus talleres. Además de los interesantes órganos que hemos podido admirar en esta ruta, os propongo otras interesantes propuestas de localidades palentinas en donde contemplar estos bellos instrumentos musicales: Frechilla, Abarca de Campos, Ampudia, Frómista, Tamara de Campos o Santoyo (Sobre estos dos últimos, te recomiendo consultar un post de este blog: “Las Catedrales de Campos”).

 

* Dependiendo la epoca del año en que visites la Laguna de la Nava, estas son la especies de aves que puedes encontrar:

  • Invierno: Presencia de una gran número de aves. Entre las más comunes estarán los gansos, azulones, cercetas, silbones, ánades o garzas reales.
  • Primavera: La mejor época para poder ver el paso de aves migratorias, como gaviotas, espátulas, archibebes, agujas, garcillas o chorlitos, siendo tambien esta época de cría para especies como la garza imperial, el aguilucho lagunero, somormujos o zampullines entre otros.
  • Verano: Pese a su escasez de agua, la laguna da refugio a varios miles de azulones o numerosasas cigüeñas blancas.
  • Otoño: Se pueden observar aves como por ejemplo  las grullas, avefrías y una amplia variedad de limícolas.


        Jose Maria Vicente

 

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