domingo, 26 de diciembre de 2021

 

Descubriremos en esta ruta la historia de alguna de las mujeres que de forma pública han constituido parte de la historia de nuestra ciudad. El Ayuntamiento de Valladolid ha colocado recientemente varias placas, como recuerdo de algunas mujeres ilustres y en donde curiosamente no aparecen estas mujeres, que tambien serian merecedoras de una placa y un reconocimiento por parte de la ciudad.



Ana de Austria.

 

Ana Mauricia de Austria, más recordada como la Reina Ana de Francia en el personaje que Alejandro Dumas inmortalizó en Los Tres Mosqueteros, nació en el Palacio de los Condes de Benavente de Valladolid en 1601. La futura reina de los franceses,  hija de Felipe III y Margarita de Austria, fue bautizada en la Iglesia de San Pablo, pasando su infancia en nuestra ciudad, donde Felipe III estableció la Corte de España, hasta que en 1606 decidio trasladarla a Madrid.


Ana Mauricia, con tan solo 14 años y Luis XIII de Francia se desposaron en 1615 en la catedral de Burdeos, convirtiéndose de esta manera en reina consorte. María de Médicis, madre del Rey, se esforzó por separar a la joven pareja e imponer su influencia con la ayuda del Cardenal Richelieu, dado que no querían que Ana tuviera ningún poder en la corte francesa.  
 
En la conocida novela de Alejandro Dumas, "Athos, Porthos y Aramis", defienden en la ficción el honor de la Reina de Francia, ante las acusaciones del Cardenal Richelieu, que la tachaba de tener una aventura con el Duque de Buckhingam, rumor que existió en la corte, pero que nunca se confirmó. Un claro ejemplo del ambiente hostil en el que la Reina tuvo que aprender a desenvolverse y que por lo que cuenta la historia, debió ser real.  
 
A la muerte de Luis XIII, su difunto esposo dispuso en el testamento que la regencia fuese asumida por un Consejo de Regencia, pero Ana, con el apoyo del Parlamento dio un golpe de efecto anulando el testamento de su marido, asumiendo el título de Reina regente, que ostentó durante ocho años, hasta la mayoría de edad de su hijo Luis XIV, el Rey Sol.  
 
Ana tuvo una muerte dolorosa en 1666, con uno de los pocos casos históricos documentados de cáncer de mama. A su muerte, fue enterrada en la Basílica de Saint-Denis, al lado de los grandes monarcas de Francia.  
 
Una breve reseña sobre el Palacio de los Condes de Benavente, situado en la plaza de la Trinidad, junto a la iglesia de San Nicolás de Valladolid. 
Fue este uno de los palacios más importantes de la ciudad, lugar de nacimiento de la Reina Ana de Austria y residencia de Felipe II en 1559 y Felipe III en 1601. Desde 1982, tras un proceso de reconstrucción y rehabilitación operado sobre el edificio en ruinas, se utiliza como biblioteca pública. De su construcción original solo conserva la primitiva portada de acceso, flanqueada por los escudos de los Condes-Duques de Benavente.


Marina Escobar.

 

Marina nació y murió en Valladolid (1554-1633). Fue una religiosa y mística española, fundadora de la Orden de las Brígidas en la capital vallisoletana, declarada «venerable» por la Iglesia Católica.

Convencida de su vocación religiosa, a punto estuvo de vestir el hábito de las carmelitas descalzas, llegando incluso a entrevistarse con Teresa de Jesús aprovechando que ésta pasaba unos días en Valladolid. Teresa la escuchó, pero no aceptó su petición, animándola a permanecer en su casa, junto a sus padres, dado que “Dios la tenía destinada para grandes cosas”.

Enferma desde muy joven, pasó media vida postrada en una cama, en la casa que la familia tenía en la Calle San Juan de Dios 3. Es entonces cuando comenzó a tener sueños místicos y visiones, como la muerte de Rodrigo Calderón, hombre de confianza del Duque de Lerma o encuentros frecuentes con Cristo, la Virgen y los Ángeles.

Su empeño por introducir en Castilla la Orden de Santa Brígida (Fundada en Suecia en el siglo XIV). Con la mediación del poderoso Conde Duque de Olivares y el propio Rey Felipe IV, fundo el Convento de Santa Brígida en Valladolid en 1637, en las dependencias del Palacio del Licenciado Butrón. (Situado en la Plaza de Santa Brígida, sede actual del Archivo de Castilla y León). En este Convento nunca llegó a ingresar, puesto que se abrió cinco años después de su muerte. (En la actualidad, la Iglesia se encuentra en estado de abandono y en venta).

La antigua calle del Candil, fue la elegida por el Ayuntamiento de Valladolid en 1950 para dar nombre y recordar a Marina de Escobar. Ignoro el criterio seguido para esta designación y que no lo fuera la calle donde nació o vivió, ni donde está el convento de las Brígidas.


María de Molina.

María Alfonso de Meneses, más conocida como María de Molina, fue Reina consorte de Castilla de 1284 a 1295, durante el reinado de su esposo Sancho IV «El Bravo», así como regente por partida doble con su hijo Fernando IV y su nieto Alfonso XI. María ha pasado a la historia por ser uno de los personajes más relevantes de su época.

El matrimonio entre María de Molina y Sancho IV, estuvo lleno de controversia desde el primer momento, dado que su parentesco, por consanguinidad con Sancho, hizo que la Iglesia no aceptara su casamiento, negándoles la dispensa papal. Su matrimonio transcurrió entre continuas infidelidades de Sancho, lo que le llevo a tener varios hijos con sus amantes. En medio de una dura batalla diplomática para conseguir la dispensa papal, murió Sancho IV, antes de que le fuera otorgada la misma, que llegaría 6 años más tarde, lo que obligo a la Reina a una fuerte lucha llena de obstáculos para que sus hijos fuesen reconocidos como legítimos y que su hijo Fernando, con tan solo 11 años fuera reconocido como heredero al trono de Castilla. De esta manera a la muerte de Sancho, María, fue Reina regente hasta la mayoría de edad de Fernando IV de Castilla. Su gran capacidad negociadora, le hizo ganarse el respeto de los súbditos y contener las ambiciones de la nobleza. La prematura muerte de su hijo en 1312, la volvió a convertir en Reina regente de su nieto Alfonso XI, que contaba tan solo un año en ese momento. En 1321 fallece la Reina en Valladolid, siendo enterrada en el Monasterio de las Huelgas Reales, templo construido sobre los terrenos y Palacio donado en su día por la Reina.

Una breve reseña del Monasterio de las Huelgas Reales. En el interior destaca el sepulcro en alabastro de María de Molina del siglo XV con un rico repertorio ornamental, donde quiero resaltar la representacion de la Virgen con el Niño en el lateral izquierdo.

Digno de mencion es el Retablo Mayor, con esculturas y relieves de Gregorio Fernández. En el coro bajo resaltar un Cristo de Juan de Juni y en el crucero, al lado del Evangelio, se encuentra un bello órgano barroco de 1706.


Teresa Gil.

Teresa, nacida en Portugal en 1250, pronto se trasladó a Castilla junto a su familia, al ser su padre uno de los hombres de confianza del Rey Alfonso X "El Sabio".

Sin ser hija de reyes, ni ostentar título alguno, fue dueña de un importante número de propiedades, recibiendo continuos favores del Rey Sancho IV “El Bravo”, del que se sospechaba fue su amante. Gracias a su amistad con al Rey, fue nombrada "Ricahembra de Castilla", también poseía el título de Infanta de Portugal y Señora de Zaratán y de Arroyo.

A pesar de no ser religiosa, fue abadesa del Monasterio de las Huelgas Reales (no esta documentado y puede ser parte de una leyenda). En este convento se conservan dos pinturas del siglo XVII con su figura y nombre. Fundadora del Convento “Sancti Spiritus” en Toro, murió en Valladolid en el año 1307, recibiendo sepultura en el coro de este Convento de monjas dominicas. 

La céntrica calle de Valladolid que lleva su nombre desde 1639 y en donde vivió Teresa, es la calle de la ciudad que conserva su mismo nombre desde hace más tiempo. 



 Rosa Chacel.

Rosa Clotilde Chacel Arimón, más conocida como Rosa Chacel, nació en Valladolid en 1898. Fue una escritora española de la Generación del 27, que creció en un entorno de elevada vocación cultural, no debemos olvidar que era sobrina nieta de José Zorrilla. De joven, se trasladó con su familia a Madrid, para vivir posteriormente en diferentes ciudades a lo largo de su vida. Las motivaciones políticas la hicieron exilarse en París, Grecia, Argentina o Brasil, regresando finalmente a Madrid para instalarse allí definitivamente. De su labor como escritora, destacan: Estación, ida y vuelta (1930), su primera novela; Memorias de Leticia Valle (1945), ambientada en Valladolid y llevada al cine en 1979 por Miguel Ángel Rivas; La sinrazón (1960), considerada por parte de la crítica como su obra cumbre; Barrio de maravillas (1976), obra por la que recibió el Premio de la Crítica. Rosa Chacel murió en Madrid el 27 de julio de 1994 y fue enterrada en el Panteón de los Ilustres de su Valladolid natal.


Espero que esta ruta sea de vuestro interes e utilidad.

 

Jose Maria Vicente

 

 

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