jueves, 7 de enero de 2021

Dedicaremos la ruta por la Comarca de los Montes Torozos, a conocer el rico patrimonio que atesoran los seis pueblos castellanos que vamos a visitar en esta ocasión, al tiempo que seguiremos los pasos de un importante personaje de la historia de España, Don Juan de Austria.

Para ponernos en situación, tratare de explicar quién era Jeromín, el hijo ilegítimo del Rey Carlos V y de Bárbara Blomberg. Este niño, llamado Jerónimo o familiarmente Jeromín, se crio con Luis Méndez de Quijada, mayordomo del Rey y su mujer, Magdalena de Ulloa, en su castillo de Villagarcía de Campos. Su hermano Felipe II, se encontró con él por primera vez en 1559 en los alrededores del Monasterio de la Santa Espina y por voluntad de su padre, le reconoció como miembro de la familia real, cambiando su nombre a partir de entonces por el de Juan de Austria. Después del éxito en la Batalla de Lepanto, Felipe II le envía como gobernador de Flandes, allí conocerá a su madre y el escandaloso estilo de vida que llevaba la «Madame», como era conocida. Para no perjudicar su honra, decide traerla a España, dejándola recluida inicialmente en el convento de Santa María la Real, de San Cebrián de Mazote, hoy día de propiedad privada, hasta su traslado definitivo a Cantabria, donde moriría.

 

Salimos de Valladolid en dirección a Wamba, de donde nos separan 17 Km.  Visitamos la iglesia mozárabe de Santa María, construida en siglo X y uno de los templos más antiguos de la provincia de Valladolid. Edificada sobre una iglesia visigoda en la que se cree fue elegido el Rey Wamba como sucesor en el trono del Rey Recesvinto, fue ampliada posteriormente en el siglo XII, ya en estilo románico. De su exterior, es digna de mención la maravillosa portada románica que se sitúa a los pies del templo.

Accedemos a la iglesia a través del pórtico. Ya en su interior, podemos admirar la parte mozárabe del templo, localizada en la preciosa cabecera de tres ábsides rectangulares que se apoyan en sencillas columnas sujetas por arcos de herradura, que se une con las tres naves ya de estilo románico. 

Entre sus retablos, es digno de mencionar uno de estilo flamenco del siglo XVI. 

En la pared opuesta por la que hemos entrado, se abre una puerta que da paso a una pequeña nave lateral, que guarda parte de las antiguas pinturas que poblaban las paredes del templo, así como una pila bautismal y la Capilla de Doña Urraca, esposa del rey Fernando II de León, también conocida como Capilla de la Reina, en donde llama la atención su bóveda, sustentada por una deteriorada columna central, que recuerda al tronco de una palmera, por lo que se la conoce como el "Árbol de la vida"

Siguiendo nuestra visita por el edificio, llegamos a lo que fuera en su día, allá por el siglo X, el antiguo claustro, del que hoy solo se conservan algunas paredes. En una de estas paredes, hay una pequeña puerta por la que se accede al Osario de la Orden de San Juan, de los mayores existentes en España, en el que de forma más o menos ordenada se apilan huesos y calaveras y en donde puede leerse el siguiente epitafio: “Como te ves, yo me vi, como me ves, te veras

Como curiosidad, indicar que es esta la única localidad española que su nombre empieza por W. (Horario de visita: viernes de 17 a 19.30 h.; sábados, domingos y festivos de 11 a 13.30 h. y de 17 a 19.30 h. Entre semana, se puede concertar una visita llamando al teléfono 983 563 317 o 679 142 730). 

 

Tras un corto viaje de doce kilómetros, llegamos a nuestro siguiente destino, Torrelobaton. Nos detenemos en primer lugar en la Plaza Mayor, plaza típicamente castellana con soportales, que data del siglo XVII y que conserva la única puerta de la antigua muralla exterior con la que contaba la ciudad. Continuamos caminando en dirección al majestuoso Castillo, construcción del siglo XV, uno de los mejor conservados de toda la Comunidad. La fortaleza posee un patio cuadrangular, flanqueado en tres de sus ángulos por torres cilíndricas y una torre del homenaje, en el cuarto ángulo, desde cuyo alto se tienen unas increíbles vistas. Accedemos al interior de la torre del homenaje, en donde se encuentra el Centro de interpretación del Movimiento Comunero. Una interesante visita que pasa por mostrar de una manera didáctica y fácilmente comprensible los principales hechos y protagonistas de esta época de la historia, con las principales claves del movimiento Comunero. (Fue este castillo el último lugar por el que pasaron los comuneros castellanos, antes de ser alcanzados y ajusticiados en Villalar). Como curiosidad, este lugar se utilizó para el rodaje de algunas escenas de la película “El Cid”, protagonizada por Charlton Heston. (Horario de visitas: Verano: viernes Tarde; sábados, Domingos de 11 a 14 h. y de 17 a 19,30 h. Invierno: sábados, Domingos de 11 a 14 h. y de 16 h. a 18,30 h.).

Junto al castillo, se encuentra la Iglesia de Santa María, que tuvimos la suerte de encontrar abierta, ya que solo abre en horario de culto. En su interior, podrás admirar un bello retablo atribuido a Inocencio Berruguete del siglo XVI. (Inocencio, era nieto y sobrino de Pedro y Alonso Berruguete).

 

Continuamos viaje hasta San Cebrián de Mazote, de donde nos separan 11 Km. Al llegar a la plaza principal, frente al Ayuntamiento, podemos ver el Convento de Santa María de las Dueñas, también conocido por el nombre de Santa María la Real, un antiguo convento de monjas dominicas, construido entre los siglos XV y XVI, en donde estuvo recluida Bárbara Blomberg, madre de Juan de Austria. Justo enfrente se encuentra la joya de este municipio, la iglesia de San Cipriano, uno de los mejores ejemplos de arquitectura mozárabe de la península, que luce perfecta tras varias restauraciones realizadas a lo largo del siglo XX. (Un ejemplo de ello, es la acertada restauración del Cimborrio). 

Se trata de una basílica que data del siglo X, en donde lo más sorprendente se encuentra en su interior, que se distribuye en tres naves, la central más ancha y alta que las laterales, separadas por columnas de mármol que soportan bellísimos arcos de herradura. Así mismo, es de resaltar su artesonado, la riqueza de sus capiteles, uno de los cuales podemos ver convertido en pila de agua bendita y el ábside con planta de arco de herradura, a los pies del templo. Guarda en el interior una interesante imagen gótica de una Piedad del siglo XV, una bella talla de la Virgen en alabastro, obra de Inocencio Berruguete (Talla original, procedente del Monasterio de la Santa Espina) y un magnifico Cristo yacente de Andrés de Solanes, discípulo de Gregorio Fernández. Su interior es de cierta similitud a la iglesia mozárabe de Santiago de Peñalba, en León.

Ponemos rumbo a La Santa Espina, pequeña pedanía dentro del municipio de Castromonte, de donde nos separan diez kilómetros.

 

Dado que es la hora de comer, lo primero que hacemos es dirigirnos al Rincón del Labrador. Restaurante pequeño, con comida casera y de temporada. Buena la ventresca con pimientos y su plato estrella:  huevos fritos, con lomo, chorizo y patatas a la sartén. A mejorar, la forma de presentar la cuenta, sin especificar cantidades, ni precio.

El máximo activo turístico de esta localidad es el Monasterio de la Santa Espina, que da nombre al pueblo. La infanta Doña Sancha de Castilla, hija de la Reina Urraca I de León, fue la fundadora del Monasterio en 1.147, año en el que llegaron los monjes cistercienses.

Lo primero que encontramos nada más entrar al Monasterio es el Claustro de la Hospedería, de estilo herreriano, fruto de una ampliación realizada en el edificio en el siglo XVI. En una sala contigua a este claustro se encuentra un interesante Museo de Insectos y Mariposas, con cerca de 3000 ejemplares de los cinco continentes. A continuación, se sitúa el Claustro Regular, que mantiene elementos románicos que datan del siglo XII, si bien sufrió reformas posteriores en el XVII. Por uno de los corredores de este último claustro, se accede a una impresionante Sala Capitular del siglo XII, de gran belleza y sencillez, sustentada por cuatro columnas con capiteles, de donde parten los nervios para formar la bóveda estrellada.También es de destacar la Sacristía, la parte más antigua del monasterio, que posee una biblioteca anexa, ambas del siglo XII. La iglesia, impresiona por su grandiosidad, lo que le da un aspecto catedralicio. Se construyó en el siglo XIII, con obras posteriores, como la fachada y sus dos altas torres, de mediados del siglo XVII, atribuidas a uno de los discípulos de Ventura Rodríguez. Accedemos por el claustro al interior del templo. En el centro del altar mayor podemos ver un retablo de madera policromada, que no es el original de la iglesia, sino que procede del Monasterio de Santa María de Retuerta, en donde la imagen de la Virgen que preside el altar, es una copia de la original que se encuentra en la iglesia de San Cebrián de Mazote. El retablo original, realizado por completo en alabastro, desapareció tras el paso de las tropas de Napoleón por la zona. En el lado de la epístola, se encuentra la Capilla de Los Vega, lugar donde reposan los restos de esta familia de nobles castellanos, construida en el siglo XIV en estilo gótico,  posee una bonita bóveda estrellada y unas tallas de la Virgen y San Juan del siglo XVIII. Otra capilla de interés, es la del Arcángel San Rafael, donde se encuentran los restos de la familia del promotor de la última restauración, Rafael Cabestany, siendo de resaltar el sagrario de madera policromada del siglo XVIII y la imagen de la Virgen y el Niño de alabastro del siglo XVI. Dejamos para el final la Capilla de la Reliquia, situada a la derecha del altar mayor, en ella se guarda una custodia con una de las espinas que Jesús portó en su corona el día de su Muerte y que Doña Sancha, fundadora del monasterio, donó tras conseguirla del Rey francés Luis el Joven, que era quien tenía la mitad de la corona.

En el interior del Monasterio, se encuentra una Escuela de Capacitación Agraria, de las más antiguas de España, dirigida por los Hermanos de la orden de la Salle, los mismo que se encargan de las visitas guiadas, por cierto, muy amenas e interesantes. Destaca en los exteriores la enorme muralla que rodea el recinto, levantada en el año 1.550. Si dispones de tiempo, en los aledaños del Monasterio, se encuentra un Museo de Aperos, donde se muestran utensilios de labranza de los siglos XIX y XX.  (Horarios: Lunes, cerrado.  Martes a Jueves: de 10:30 a 13:30 y 16:30 a 18:30; Viernes: 10:30 a 13:30; Sábados, pases de visita: 11:30-12:30-13:30- 16:30-17:30-18:30; Domingos: 11:45-12:30-16:30-17:30-18:30. La visita a los claustros y Sala capitular es libre y gratuita, si quieres una visita guiada que incluye el acceso al interior de la iglesia y a la sacristía, cuesta 2 €).

Dejamos para el final la visita de Villagarcía de Campos. Esta localidad que vio crecer a "Jeromín", Don Juan de Austria, el vencedor de la Batalla de Lepanto, hijo ilegítimo del Emperador Carlos V y hermanastro de Felipe II. Vivió aquí porque así lo quiso su padre, al ser encomendada su tutela al matrimonio formado por Don Luis Quijada y Doña Magdalena de Ulloa, matrimonio que fundó la grandiosa Colegiata de San Luis. Templo renacentista, ligado durante largo tiempo a la Compañía de Jesús, “jesuitas”, es obra del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, que se inspiró para su construccion en el Monasterio del Escorial, lo que ha hecho que algunos lo conozcan como el “Escorial de Campos”. Fue construida gracias al mecenazgo de Don Luis Méndez de Quijada y Doña Magdalena de Ulloa, al objeto de ser utilizada como panteón familiar. Su interior, acoge un espléndido Museo. Iniciamos la visita por la Galería de entrada, donde podemos admirar seis grandes lienzos del pintor barroco Francisco Gutiérrez Cabello, que representan diversas escenas evangélicas y bíblicas, de una gran belleza. Al final de la galería, encontramos un gran cuadro que plasma el encuentro que tuvo lugar en las inmediaciones de la Santa Espina, entre Felipe II y su hermanastro el pequeño “Jeromín. Resulta curioso y llamativo ver en este óleo, las dos torres del Monasterio de la Santa Espina, cuando en la fecha del encuentro, en 1559, no existían, ya que las mismas datan del siglo XVII. 

Continuamos hacia la Sala presidida por los retratos de los dos mecenas de la Colegiata: Don Luis Quijada y Doña Magdalena de Ulloa y en donde vemos también sus escudos familiares en madera policromada. En la Sala Lepanto podemos ver, como su propio nombre indica, recuerdos de la Batalla de Lepanto en la que participó y salió victorioso Don Juan de Austria. Entre otros objetos que podemos ver se encuentran los restos muy deteriorados de una bandera turca o el pequeño crucifijo del Cristo de las Batallas, que llevaba en todas sus contiendas bélicas y a su lado, un relicario con el “Lignum Crucis”, regalo del Papa Pío V. Pasaremos ahora a la Sacristía de los Capellanes, pintoresca estancia distribuida en dos pisos, separados por una barandilla, en cuya planta baja podemos ver una interesante colección ornamentos litúrgicos, junto a parte de la sillería del coro y un facistol. No quiero olvidar la bella imagen de la Virgen del Patrocinio, obra del escultor vallisoletano de Nava del Rey, Luis Salvador Carmona. En la parte alta, es de destacar el Retablo de la Compañía de Jesús, con cinco esculturas de Santos Jesuitas, realizadas por Tomás de Sierra. 

Desde esta última sala, accedemos al interior de la Iglesia, en donde es de resaltar el retablo Mayor, obra del escultor palentino Juan Sanz de Torrecilla, sobre la traza de Juan de Herrera, siguiendo el modelo del Monasterio del Escorial. Lo componen seis historias de la vida de Jesús, talladas en alabastro. Bajo el frontón, podemos ver la escultura de San Luis Rey de Francia, a cuya advocación se construyó la colegiata. Bajo el altar mayor se encuentra la cripta en donde reposan los restos de los mecenas, Doña Magdalena y Don Luis. A los lados del retablo mayor, se encuentran dos interesantes retablos barrocos dedicados a San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, con imágenes atribuidas a Gregorio Fernández. A los pies del templo en el lado de la Epístola, se encuentra la Capilla del Relicario, una joya de la imaginería castellana, que se encuentra presidida por una talla de la Inmaculada, situada en el retablo Mayor. La capilla esta llena de pequeñas esculturas y relicarios, resaltando las numerosas tallas, algunas de pequeño tamaño, obra del escultor Tomás de Sierra del siglo XVIII. 

La Sacristía, situada detrás del altar mayor, posee una interesante colección de casullas y en un piso superior, se encuentra la Capilla del Noviciado, donde podemos ver un bello retablo barroco, presidido por la imagen de San Ignacio de Loyola y dentro de hornacinas, a los lados, las imágenes de San Francisco Javier y San Francisco de Borja. (El museo es visitable los sábados, domingos y festivos de 16.30 a 18.30 h.). Fuera, en los exteriores de la Colegiata, encontramos una gran zona ajardinada, junto a la que se conservan restos de un antiguo acueducto. En el pueblo, también pudimos visitar la Iglesia de San Pedro, un edificio mudéjar del siglo XV, con una esbelta torre y fachada renacentista. En el interior es de resaltar la talla de un Ecce Homo, de la escuela de Gregorio Fernández y un bajorrelieve de Juan de Juni, en el que se representa a Cristo, descendiendo de la Cruz.

Dejamos para el final, la visita del Castillo-Palacio de los Quijada, en donde se junta el estado ruinoso en que se encuentra actualmente, con su interés histórico, por ser este el lugar donde paso su infancia y fue educado Jeromín, desde que llego con siete años y permaneció hasta los doce.

Otras sugerencias y curiosidades.

 

* Si te gusta el senderismo, merece la pena adentrarse por una red de caminos perfectamente señalizados, que partiendo desde la parte trasera del Monasterio de La Santa Espina, nos llevara por la llamada ruta “Senda del Pantano” hasta el Embalse de la Santa Espina, donde disfrutaras de la belleza del paisaje y con un poco de suerte, podrás ver todo tipo de animales, desde garzas, aguiluchos o cormoranes.

 

* La Guerra de las Comunidades. Hacen referencia al levantamiento armado que tuvo lugar por parte de las tropas comuneras, cuando al mando de Juan Padilla, lograron tras varios días de asedio, la toma del castillo de Torrelobatón. Fue este el último lugar por el que pasaron los comuneros, antes de partir en busca de refuerzos en dirección a Toro, pero el ejército imperial los alcanzó a la altura de la localidad de Villalar, desarrollándose la batalla de Villalar, con la victoria de las tropas de Carlos V y la posterior ejecución de los lideres comuneros el 23 de abril de 1521.

 

* A tan solo 8 Km de Villagarcía de Campos, se encuentra la localidad de Urueña, que bien se merece una visita. Posiblemente el motivo más conocido para visitar Urueña sea el hecho de tener la categoría de “Villa del Libro”, otorgada en 2007 por la “Organización Internacional de Villas del Libro” y es con Bellprat, en Barcelona, la única población española que cuenta con este título. Además de librerías, podemos encontrar un rico patrimonio artístico y paisajístico, lo que le ha permitido encontrarse entre el selecto grupo de los “Pueblos más bonitos de España”.

Podemos comenzar la visita de Urueña, con una parada en la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, situada en un pequeño valle, a escasos dos kilómetros de la villa y desde donde podemos disfrutar de unas magníficas vistas de la muralla que rodea el pueblo. En el siglo XII, la infanta Sancha, manda construir la actual ermita en el lugar donde se encontraba la primitiva iglesia. Su estilo arquitectónico corresponde al románico-lombardo, que tiene su origen en la zona norte de Italia (Lombardía), estado extendido en España por el Pirineo catalán y oscense. La arquitectura exterior, sin contrafuertes, debido al grosor de sus muros, se caracteriza por los “arquillos ciegos” (Pequeños arcos bajo los aleros), que se unen con las “lesenas” (banda vertical estrecha sobre el muro exterior), lo que contribuye a romper la monotonía de sus muros. En su interior, resaltar el Retablo mayor, que contiene una bella imagen románica de la Virgen de la Anunciada del siglo XIII, patrona de la localidad. Puedes concertar la visita guiada de una hora de duración, en la Oficina de Turismo. (2 €. por persona).

El paseo por el pueblo, que no es muy grande, nos permitirá disfrutar de bellos rincones. Nos detenemos en primer lugar en la Museo del Cuento, un rincón curioso, especialmente si vas con niños, en donde podemos encontrar los más populares relatos infantiles de todos los tiempos, desde Cenicienta, Caperucita Roja o el Gato con botas, a través de una adaptación realizada por la artista vallisoletana Rosana Largo. 

Continuamos nuestro recorrido con una parada en el Museo de Campanas, un llamativo museo en donde a través de varios paneles informativos, te explican el origen, los materiales y las formas de fabricación de las campanas, junto a una pequeña colección de 20 campanas, lo que te permite tocar y escuchar los diferentes sonidos. 

Nos detenemos ahora ante la Iglesia de Santa María del Azogue, templo renacentista con nada destacable en sus exteriores, mientras que en su interior es de resaltar: un Cristo atado a la columna, de Andrés de Solanes, discípulo de Gregorio Fernández, que también realizo el paso procesional de la Oración del Huerto, en la Semana Santa vallisoletana; un Cristo crucificado del siglo XIV y una pila bautismal de origen románico. Enfilamos ahora la Calle Real, que divide en dos el casco urbano y que nos llevara hasta la Puerta de la Villa, donde dispones de un mirador con espectaculares vistas, con la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, al fondo. Otra de las mejores formas de descubrir el pueblo, es caminar sobre el adarve de su muralla del siglo XII, transitable en su mayor parte. Recomiendo el paseo que comienza en la Puerta de la Villa y que finaliza en el Peinador de la Reina, también conocido como Peinador de doña Urraca, una torre defensiva, semicircular de 20 metros de altura, del siglo XII, recientemente rehabilitada, desde se tienen unas inmejorables vistas de la inmensidad de Tierra de Campos. 

Otros puntos de interés, si dispones de tiempo, son: Centro Etnográfico Joaquín Díaz, localizado en una casa nobiliaria, la Casa de la Mayorazga, fundado por el folclorista Joaquín Díaz, en donde podemos ver una interesante colección de grabados e instrumentos musicales. Museo de Instrumentos de Luis Delgado, museo que recoge una muestra de parte de la colección de instrumentos de Luis Delgado, lo que te permite observar más de 400 instrumentos de todas las partes del mundo y de diferentes épocas, una colección realmente magnífica. De entre las diez librerías que puedes encontrar, me gustaría señalar la Librería “Alcaraván”, que lleva abierta desde hace 27 años y en donde sus libros de viajes y gastronomía, despiertan enorme interés.

 

 Jose Maria Vicente

 

 

 

 

 

Deja un comentario

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

- Copyright © Desde Valladolid a rincones con encanto - Disñado por Jorge VR -