domingo, 31 de octubre de 2021

 

Visitaremos en esta ruta algunas Iglesias y Conventos de Valladolid, en donde además de admirar su riqueza monumental, nos permitirá conocer algunas de las tallas utilizadas en los pasos procesionales de la Semana Santa, que tiene el honor de ser la primera de España en ser declarada de Interés Turístico Internacional. Semana Santa que destaca por su sobriedad y realismo, junto a la belleza y calidad de sus tallas, obras de los mejores imagineros de todos los tiempos. De esta manera, en cualquier época del año nos posibilitará admirar este rico patrimonio artístico que se conserva desde hace siglos.

 

Tomaremos como punto de partida de nuestra ruta, la Plaza Mayor vallisoletana (una de las más grandes de España), realizando un recorrido circular que nos llevará a visitar las Iglesias que posteriormente comentaremos, para terminar en la peatonal calle Platerías, que nos conducirá de nuevo hasta la Plaza Mayor.

 

Iglesia de Santiago(C/ Santiago, Atrio).

 

Construida entre los siglos XV y XVII, todo el exterior del templo, presenta un aspecto austero, sin apenas decoración, en donde lo más resaltable es la torre, formada por cinco cuerpos con un remate octogonal que la corona. En el interior, destaca el monumental retablo Mayor de estilo barroco, coronado con una cruz de Santiago, en donde podemos ver la imagen del Santo y la escena de la aparición de la Virgen del Pilar al apóstol. Merece especial interés el retablo de la Epifanía. Este bello retablo plateresco, se sitúa en la última capilla del lado de la epístola, realizado por el palentino Alonso Berruguete, cuyo cuerpo central forma una única escena que es la que da nombre al retablo. Como anécdota decir que es el único retablo de este imaginero que se conserva en la capital vallisoletana.

 


En este templo tiene su sede la "Cofradía de las Siete Palabras" (1929). La Cofradía organiza cada Viernes Santo a mediodía el Ejercicio o Sermón de las Siete Palabras en la Plaza Mayor, en donde un sacerdote reflexiona sobre las siete palabras que Cristo pronunció en la Cruz, delante de los respectivos pasos que las ilustran. El Sermón, viene precedido de un pregón a caballo, que es leído a lo largo de toda la mañana en distintos puntos de la ciudad.

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (1):

 

En el lado del evangelio podemos ver el Santo Cristo de las Mercedes, realizado en 1550 por el escultor italiano Pompeyo Leoni, que se encuentra acompañado por los dos ladrones, estos son una réplica de una obra de Gregorio Fernández de 1617 conservada en el Museo Nacional de Escultura. Según cuenta la leyenda, la talla del Buen Ladrón “Dimas”, lleva el rostro del Duque de Lerma, dado que éste le adeudaba al artista una suma importante de dinero por su trabajo en el retablo de la Colegiata de Lerma.

Las tres esculturas, forman un paso procesional de la Semana Santa, conocido como “En tus manos encomiendo mi Espíritu”, que representa la séptima palabra que Cristo pronuncio en la Cruz y que cada mañana de viernes Santo preside en la Plaza Mayor el “Sermón de las siete palabras”.


Se puede visitar la iglesia antes o después de las horas de culto: De lunes a sábado a las 9, 12 y 20 horas. Domingos a las 9, 12,13 y 20 horas.

 

Iglesia de Jesús. (C/ Peso, 2)

 

Es un templo moderno con fachada en ladrillo (1885), vinculado a la "Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno", una de las cinco cofradías penitenciales históricas de la ciudad (1596).

 

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (2):

 

Presidiendo el altar mayor, podemos ver la imagen titular de la cofradía, Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Escuela Castellana del siglo XVII. Representa una de las caídas de Cristo con la cruz a cuestas, camino del Calvario. Resaltar, que frente a las imágenes más habituales de los Nazarenos con vestimenta, esta escultura lleva la túnica tallada y policromada.  Además de participar en los desfiles de Semana Santa, protagoniza cada primer viernes de marzo, un multitudinario besapié.

 

Otra de las imágenes procesionales que podemos ver en el templo, es el Cristo de la Agonía, de Juan Antonio de la Peña (1684), en donde es de destacar la magistral realización de la cabeza del Cristo

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Iglesia de San Benito. (C/ San Benito 3). 

 

Se trata de una de las iglesias más antiguas de Valladolid perteneciente a los Carmelitas descalzos. Muy sobria tanto por dentro como por fuera, aunque destaca su grandiosidad, con una fachada que puede parecer un castillo por sus dos torres.

 

En su interior, tiene una preciosa rejería que abarca las tres naves (1571) y un bello retablo, pero nada comparable a lo que debió ser en su día con el retablo original de Berruguete, que actualmente se puede admirar en el Museo Nacional de Escultura.

 

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Adosado a la iglesia se encuentra el gran edificio monacal, que cuenta con tres claustros, uno de ellos el conocido Patio Herreriano, hoy Museo de arte contemporáneo.

 

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (2):

 

En una de las capillas laterales del lado evangelio, podemos ver al Cristo del Consuelo, obra de Gregorio Fernández (1610). A resaltar la corona de espinas tallada en la propia madera y los amoratamientos de rodillas y pies.

 


En la misma capilla, encontramos la imagen de la Virgen de la Alegría, una de las últimas incorporaciones a los desfiles procesionales, de reciente construcción por el imaginero vallisoletano Miguel Ángel Tapia (1997).

Iglesia San Miguel. (C/ San Ignacio).

 

Iglesia, construida en el último cuarto del siglo XVI, es uno de los más claros exponentes de la arquitectura jesuítica. 

 

Tiene el aliciente de conservar en su interior una valiosa colección de obras de Gregorio Fernández, que van desde la primera etapa, hasta su última producción en plena madurez ¡un verdadero museo, que vale la pena no perderse ¡

A destacar el retablo de San Francisco Javier y San Antonio, obras de Gregorio Fernández y en el altar mayor (en el lado del evangelio), es de resaltar el monumento funerario de los Condes de Fuensaldaña, construido en alabastro (1620), una de las pocas obras realizadas en este material por Gregorio Fernández. 

En el retablo mayor, destaca la figura de San Miguel obra del mismo autor. 

La Sacristía, tiene una notable colección de mobiliario, pinturas y esculturas barrocas, que merece la pena visitar.

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (2):

 

En el lado de la epístola, se abre la "Capilla de la Buena Muerte", presidida por un espectacular retablo barroco coronado en el ático por una bella imagen de la Piedad. En su parte baja, podemos ver lo que se denomina un altar sepulcro, tiene dos puertas con la representación de unos corazones, en referencia a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Estas puertas se abren para enseñarnos la magistral talla del Cristo Yacente de Gregorio Fernández (1632). Se trata de un Cristo Yacente que tiene la peculiaridad de estar tallado íntegro o en “bulto redondo” (incluidos los genitales, que se cubren con un paño de pureza), a sus pies descansan la corona de espinas, trenzada en espino y los tres clavos, sobre sendos cojines. Para lograr mayor naturalismo, Gregorio Fernández recurre al empleo de postizos, como ojos de cristal, dientes de hueso, uñas de asta de toro y heridas a base de resina. Como curiosidad indicar que desde un ángulo determinado, es posible ver a través de la boca entreabierta, el velo del paladar. 

 

En la misma capilla y en la parte superior, encontramos el conjunto procesional “Monte Calvario”, atribuido a Pedro de la Sierra (1638), donde se un aprecia una gran influencia de Juan de Juni y Gregorio Fernández. Consta de un Cristo crucificado, la Virgen, San Juan y María Magdalena, que resalta de manera especial por los espejos que le rodean dentro del retablo en el que se ubica. 

 

Se puede visitar la iglesia antes o después de las horas de culto: De lunes a sábado a las 12 y 19,30 horas. Domingos a las 11,45, 13 y 19 horas.

 

Monasterio de San Quirce y Santa Julita. (Plaza de la Trinidad).

 

Templo bajo la advocación de los santos Julita y su pequeño hijo Quirce, que fueron martirizados por no renegar de su fe cristiana (16 de Junio). El convento de religiosas de la regla cisterciense de San Bernardo se instaló en Valladolid en 1256, es una de las comunidades más antiguas establecidas en Valladolid, tan solo superada por el monasterio de Las Huelgas. Este templo contaba en el siglo XVII con un pasadizo aéreo que le comunicaba con el Palacio Real, al objeto de permitir a los Reyes asistir a los oficios religiosos. En su iglesia, se encuentra la sede de la "Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo", otra de las penitenciales históricas y la segunda más antigua (1531). Esta cofradía tuvo desde el principio una función asistencial con atención especial a los ejecutados, dándoles entierro y ayuda a sus familias.

 

Resaltar las imágenes y pasos procesionales que podemos admirar en su interior (6):

 

Santísimo Cristo de las Cinco Llagas (Manuel Álvarez, 1548-1563), que protagoniza la noche del sábado Santo una bella procesión que recorre cinco conventos de clausura próximos a esta iglesia, en cada uno de los cuales se realiza una parada para leer una pequeña oración, que hace mención a las "cinco llagas de Cristo", una expresión devocional que hace referencia a las cinco heridas que Jesús recibió en la crucifixión. (Estando vivo, las perforaciones con clavos de ambas manos y pies, para sujetarle a la cruz y una vez muerto, la herida del costado derecho practicada con una lanza).

 

Santísimo Cristo del Perdón. (Bernardo del Rincón 1656, nieto del genial imaginero Francisco del Rincón). Representa a Jesús arrodillado en los momentos previos a ser crucificado. No te pierdas el detalle de la espalda destrozada por los flagelos ¡una autentica belleza a nivel artístico ¡

 

Santo Cristo del Calvario. (Atribuido a Francisco Diez de Tudanca, 1650). Llama la atención las dimensiones de la talla, así como la de ser una representación de un Cristo vivo. (Basado en estudios de cómo eran las personas de la época, Jesús pudo tener una estatura de 1,70 metros).

Nuestro Padre Jesús Flagelado. (Escuela Castellana, 1650). Es de destacar la mirada misericordiosa y el dramatismo de la cabeza girada de Cristo. (Cuando se procesiona en Semana Santa forma parte de un conjunto escultórico más amplio, cuyos sayones se encuentran en el Museo Nacional de Escultura).

Cristo con la Cruz a Cuestas. (Gregorio Fernández, 1614). Se trata de una figura de vestir que representa a un Nazareno cargando la cruz con ambas manos.

Con la incorporación de la talla a la titularidad de la cofradía en 2013, se encargó al imaginero gaditano Rafael Martin una nueva cruz, que fue tallada en madera de cedro y que posee un novedoso sistema de anclaje a la figura de Cristo que permite variar la inclinación de la cruz.

María Santísima de la Pasión. (Francisco de Giralte 1540-1553). Pequeña talla cuya iconografía corresponde a una Piedad y que cada primer domingo de Octubre sale en procesión por la ciudad.

 


ruz plana tallada en madera ligera de cedro de Canadá, par

Leer más: https://www.rafaelmartinhernandez.com/obras/cruces-de-madera-y-resina/
ruz plana tallada en madera ligera de cedro de Canadá, par

Leer más: https://www.rafaelmartinhernandez.com/obras/cruces-de-madera-y-resina/

Horario de visitas: Solo los lunes Mañana, de 11,30 a 13,30 horas y Tarde, de 18 a 20,30 horas.

 

Iglesia San Martin. (C/ San Martín).

 

De fachada construida en ladrillo y muy austera, solo permanece del primitivo templo su torre-campanario del siglo XII. Como curiosidad, indicar que aquí fue donde bautizaron a José Zorrilla, cuya pila bautismal aún se conserva.

 

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (3):

 

En la segunda capilla del lado del evangelio, podemos admirar la imagen de la Virgen de la Piedad, también llamada “La quinta Angustia”, representa a Cristo muerto sobre el regazo de su madre, en una magistral obra de Gregorio Fernández (1625). Como curiosidad, indicar que, desde principios del siglo XX, la "Cofradía de la Piedad", otra de las cinco históricas de la ciudad (1578), es la intercesora en la concesión del indulto a un preso, condenado por delitos menores y durante la tarde del Jueves Santo, este se incorpora al itinerario de la procesión empujando el paso de la Virgen.

 

 

En otra capilla lateral, podemos ver el Cristo de la Humildad, obra de José de Rozas (1691). También es conocido como Cristo del Gallo, debido a que la escenografía que lo acompañaba incluía un "gallo", en referencia a las negaciones de San Pedro.

En una capilla de lado de la Epístola, se encuentra la talla de Jesús de Medinaceli, (Juan Antonio Blanco, 2012), una imagen de vestir, aunque completamente tallada, lo que suscito en su momento críticas en algunos sectores, al considerarla poco apropiada frente a la imaginería barroca de la Semana Santa vallisoletana. Procesiona con la Cofradía del Discípulo Amado, que tiene su sede en esta iglesia.


 

Se puede visitar la iglesia antes o después de las horas de culto: De lunes a sábado a las 11 y 19.30 h. Domingos y Festivos a las 11 y 13 h.  

 

Iglesia de Santa María de la Antigua(C/ Arzobispo Gandasegui s/n).

 

Situada frente a la Catedral vallisoletana, esta bella iglesia data del siglo XIII del que conserva su torre y el pórtico en estilo románico, mientras que el resto, es de estilo gótico. ¡no perderse la visita y si es de noche, la puedes ver bellamente iluminada ¡

 


Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (1):

 

En la Capilla de los Tovar, podemos ver el Santísimo Cristo de la Preciosa Sangre (Lázaro Gumiel, 1953). La imagen con la que desfila actualmente la Cofradía es una copia del Cristo Crucificado llamado de las "Catalinas" de Juan de Juni, ubicado en la iglesia conventual de estas monjas dominicas. Como curiosidad, para sacar procesionalmente al Santo Cristo, la carroza que lo traslada dispone de un sistema basculante para poder salvar las dificultades de altura en la puerta principal del templo.

 

 

Se puede visitar la iglesia antes o después de las horas de culto: De lunes a sábado a las 9.00, 9.30 y 19.15 h. Domingos a las 10.15, 11.15 y 19.15 h.

 

Iglesia de las Angustias. (C/ Angustias 10).

 

La iglesia de las Angustias es propiedad y sede de la Ilustre "Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias", otra de las penitenciales históricas de la ciudad y una de las cofradías más antiguas de la Semana Santa de Valladolid (1536). 

La fachada renacentista de esta iglesia fue construida por Juan de Nantes, para lo que se inspiró en la fachada de la Catedral vallisoletana, obra de Juan de Herrera. Las esculturas pétreas que decoran la fachada son obra de Francisco de Rincón. En su interior es de resaltar además de las tallas procesionales que luego comentaremos, el retablo mayor con esculturas de Francisco de Rincón, en donde es de destacar la talla de la Piedad situada en el ático. 

 

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (4):

 

Nada más entrar, en un altar situado a la izquierda, nos encontramos con el Cristo de los Carboneros, obra del imaginero Francisco del Rincón, en 1602. Este nombre le viene por el gremio de los mozos del carbón que cargaban con la imagen en las procesiones de la cofradía. Tiene la originalidad de tener el paño de pureza sin anudar, solo sujeto con una cuerda a la cintura a diferencia de lo que podemos ver en otros cristos. Resaltar el detalle de la corona de espinas, tallada junto al cabello.

 

En el crucero, lado Evangelio, podemos ver un Cristo Yacente. (Anónimo del siglo XVII). Esta bella talla se encuentra en el interior de una urna y aunque de autor desconocido, nos hace recordar a los cristos yacentes de Gregorio Fernández. Anteriormente esta talla formó parte del paso del Santo Sepulcro, en donde su actual Cristo es copia de este yacente

Justo enfrente, en el crucero de la Epístola se sitúa la Capilla de la Virgen, donde en un camarín heptagonal se aloja la imagen de madera policromada de Nuestra Señora de las Angustias, la “Señora” de Valladolid”.  Se trata de una impresionante talla realizada por Juan de Juni, en 1561, una de las primeras imágenes en madera policromada, en donde llama la atención el magistral trabajo de la cabeza de la Virgen, donde destaca el colorido del rostro, las mejillas rosadas y los ojos enrojecidos por el llanto, con pequeñas lágrimas deslizándose bajo los párpados. Cuenta la leyenda que consiguió un gran realismo al inspirarse en el dolor de su hija, afectada por una grave enfermedad.  Es conocida como “la Virgen de los cuchillos”, por los siete cuchillos que en su día llevaba entre la mano y el pecho y que en la actualidad se sitúan a los pies de la imagen para evitar que la talla sea dañada. También la valió el apodo de "la zapatona", ya que según cuenta la leyenda, la imagen fue un encargo al artista de la localidad de Medina de Rioseco y pudo ser rechazada, bien por lo grande de su pie o tras un litigio del imaginero al no terminar el retablo de Santa María de Mediavilla por trasladarse a Valladolid. ¡una autentica maravilla ¡


 

A cada lado de la Virgen, dos hornacinas alojan las tallas de María Magdalena y San Juan, obras de Gregorio Fernández, en 1621, procedentes del antiguo paso del Descendimiento, cuyas tallas centrales, los dos ladrones y la Piedad, se conservan en el Museo Nacional de Escultura. En la actualidad ambas tallas procesionan en solitario.


En los desfiles procesionales, podemos ver a un nazareno portando entre sus manos un azadon, en referencia a las tareas que realizaban en el pasado, ayudar en los entierros.

Se puede visitar la iglesia antes o después de las horas de culto: Laborables a las 9:30, 13:00, 17:00 y 21 horas. Sábados a las 20:00 horas. Domingos a las 12:00 y 13:00 horas.

 

Iglesia de la Vera Cruz. (Calle Platerías).

 

La "Cofradía de la "Vera Cruz" es la más antigua de las penitenciales vallisoletanas (1.498), vinculada en sus orígenes al cuidado de los enfermos contagiosos.

La fachada de la iglesia fue realizada por Diego de Praves (1595), siguiendo el estilo del manierismo, un estilo arquitectónico de finales del siglo XVI. El interior del templo puede considerarse un auténtico Museo de la Semana Santa, por la cantidad y calidad de los pasos procesionales que guarda. Un lugar imprescindible, que no deberías perderte si eres amante del arte.

 

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del templo (8):

 

Lo primero que nos encontramos al entrar en la Iglesia, si comenzamos la visita por el lado de la epístola es el Santo Cristo del Humilladero, de autor anónimo (siglo XVI). Nombre que le viene dado por el Humilladero que la cofradía tenía antiguamente a la entrada de la ciudad. Se trata de una magnífica talla llena de expresión

En la siguiente capilla lateral se sitúa El Descendimiento (Gregorio Fernández 1623). Se trata del más espectacular de los pasos procesionales que desfilan en la Semana Santa vallisoletana, además de ser el más pesado: siete figuras que suman tres toneladas y media de peso. En ella se representa el momento, en que el cuerpo de Cristo es desclavado y descendido de la cruz por José de Arimatea y Nicodemo, subidos en unas escaleras y en presencia de la Virgen, acompañada por San Juan y María Magdalena. El paso mantiene la misma composición y orden originales, excepto por la Virgen, que es la hoy conocida Virgen de la Vera Cruz y que por la devoción que suscitó en su momento, desfila sola desde 1745 y fue sustituida por una replica de Pedro Sedano.  Es conocido popularmente como el "Reventón”, dado que en 1741 cuando en era portado a hombros por los cofrades, aplasto a uno de ellos contra la puerta de la Iglesia.

 

En la siguiente capilla se sitúa La Entrada de Jesús en Jerusalén (1550), popularmente conocida como “La Borriquilla”, obra de Francisco Giralte, discípulo primero y colaborador después de Alonso Berruguete. Consta de siete figuras: Jesús, sobre la borriquilla y seis apóstoles sujetando las palmas unos y otros tirando mantos a sus pies para que pase por encima de ellos. Ofrece la peculiaridad de ser la única escena de las que se procesionan en Semana Santa, que está realizada íntegramente en lo que se denomina “imaginería ligera”, a partir de la técnica del "papelón", con lo que estaban elaboradas la mayoría de las imágenes en esta época, fue a partir de 1600, cuando ya comenzaron a hacerse en madera hueca. Esta técnica, cuya finalidad era conseguir figuras de poco peso, consistía básicamente en un armazón de madera recubierto de vestiduras elaboradas con cartón y tela encolada, estando solamente trabajada en madera policromada, la cabeza, pies y manos.



En el brazo derecho del crucero, podemos ver la imagen de Cristo atado a la columna” una de las obras señeras de Gregorio Fernández (1619), en donde destaca la perfección anatómica con un gran realismo en la las heridas y llagas de la espalda. La escultura posee una leyenda, muy conocida entre los vallisoletanos, según la cual Cristo se apareció al escultor para preguntarle “¿dónde me viste, que tan bien me retrataste?”, a lo que respondió el imaginero: “Señor, en mi corazón”. Se cree que la imagen de las Carmelitas Descalzas de Ávila es copia de ésta.

 

Nuestra Señora de la Vera Cruz, para algunos la obra maestra de Gregorio Fernández (1623), se encuentra presidiendo el monumental retablo mayor, en donde podemos ver a la Virgen con los brazos levantados y con la mirada de sus ojos elevada al infinito. Es para muchos la imagen más bella realizada por el imaginero lucense y una de las de mayor devoción en la ciudad. Según la leyenda el autor se basó en el rostro de una hija suya moribunda. Inicialmente formaba parte del paso El Descendimiento y desde 1745 procesiona en un paso independiente.

En el brazo izquierdo del crucero encontramos la figura del “Ecce Homo” (Gregorio Fernández 1620), conocido popularmente como el Cristo de la caña o de los artilleros, al ser este cuerpo militar quien lo procesiona. El imaginero ha dotado a la figura de Jesús de un gran realismo, dotándola de unos ojos de cristal, dientes de marfil y gotas de sangre de resina. La corona es de espino natural, pues Gregorio Fernández nunca las labró sobre el cabello de Jesús: las trenzaba y colocaba para dar por terminada su obra.

Siguiendo por el lado izquierdo se encuentra un retablo en donde se sitúa el Lignum Crucis. Se trata de una cruz que contiene en el centro un pedazo de la Cruz de Cristo procedente de Liébana. La reliquia, es un bello ejemplo de la orfebrería vallisoletana del siglo XVI, está construida en plata, bronce dorado y piedras preciosas, presentando forma de cruz con una base octogonal en donde se reproduce la escena de Adán y Eva junto al árbol del Paraíso.

En la última de las capillas se encuentra, La oración del Huerto, de Andrés Solanes, discípulo de Gregorio Fernández (1629), destaca la gran expresividad del rostro arrodillado de Cristo y en donde también es de resaltar la bella policromía de su vestimenta. De este paso fueron retirados dos sayones en 1769, y según varios estudios también se le retiró una figura de Judas actualmente en el Museo Nacional de Escultura.

 

Horario de visitas: Mañanas, de 11,30 a 13,30 horas / Tardes, de 18 a 20,30 horas

 

Ponemos fin a esta interesante ruta, después de haber visitado “paso a paso” alguna de las iglesias vallisoletanas; tenemos otras Iglesias en Valladolid con magnificas obras de arte en su interior, alguna de las cuales también procesionan en la Semana Santa, en esta ocasión no las hemos citado para no alargar el recorrido; en una próxima entrada haré mención a ellas.

 

Otras curiosidades y sugerencias.

 

* Se consideran Cofradías penitenciales históricas, a Hermandades que se constituyeron entre los siglos XV y XVI. Estas cinco cofradías, son: “La Vera Cruz”, “La Pasión”, “Las Angustias”, “La Piedad” y “Jesús Nazareno”, por todas ellas hemos pasado en el recorrido comentado anteriormente. La diferencia en iglesias parroquiales y penitenciales, se encuentra en que estas últimas tienen la puerta de entrada más alta, poseen balcón y tienen salón de cabildos.

 

* La visita del Museo Nacional de Escultura (C/ Cadenas de San Gregorio), es una de las que no debes perderte cuando visites la ciudad vallisoletana. Del exterior destaca su maravillosa portada del siglo XV.

 

De su interior yo resaltaría el Retablo mayor, obra de Alonso Berruguete y la magnífica sillería, procedente de la Iglesia de San Benito.

Otras tallas de interés son el entierro de Cristo, obra de Juan de Juni, la bella escultura de la Magdalena de Pedro de Mena o el gran naturalismo del Cristo Yacente de Gregorio Fernández.

En la Sala del Museo dedicada a “Pasos Procesionales”, podemos admirar varias escenas de la pasión, que cada Semana Santa recorren las calles de esta ciudad castellana. En total el Museo guarda 42 piezas, que son prestada a las Cofradías para configurar total o parcialmente diez pasos o escenas de la pasión. Entre las condiciones de préstamo, figura la de que las tallas solo pueden ser alumbradas con luz eléctrica y no con velas.

 

Imágenes que procesionan y que podemos ver en el interior del Museo (3)

 

La Elevación de la Cruz (Francisco del Rincón, 1604). El originalmente conocido como "Paso del Levantamiento" es pionero de la imaginería procesional vallisoletana, por ser el primero realizado en madera policromada en vez de la técnica del papelón, existente hasta ese momento. Representa La Elevación de la Cruz con Cristo, cuatro sayones y los dos ladrones: Dimas, con la mirada a Jesús, mientras Gestas dobla la cabeza para evitar su visión. (En el paso que podemos ver en el Museo, falta la imagen de Jesús, propiedad de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo y que en Semana Santa se incorpora al paso).

 

Camino del Calvario. (La imagen de Cristo es atribuida a Pedro de la Cuadra, 1600-1620, el resto de las tallas son de Gregorio Fernández, 1614). Consta de cinco figuras: Jesús, Simón de Cirene vestido como los labriegos de la Castilla de entonces, la Verónica y dos sayones: uno con una trompeta anunciando el paso del Nazareno y otro con gesto encolerizado tirando de la cuerda anudada al cuello de Cristo. Lo procesiona la Cofradía de Cristo Despojado.


Sed tengo (Gregorio Fernández, 1612). Es seguro que el Cristo, un crucificado vivo y los dos sayones que se juegan la túnica a los dados, son obra de Fernández (Llama la atención la herida que tiene en la cabeza el sayón que se encuentra arrodillado). El sayón de la lanza en mano derecha y el caldero para la esponja en la mano izquierda, obra de Melchor de la Peña en 1629. En 1717 se incorpora el sayón de la esponja y el de la escalera que clava el rotulo de la cruz, procedentes del taller de Fernández 1763.

 


* Valladolid cuenta con otros tres yacentes considerados de autoría de Gregorio Fernández, que podemos ver en la iglesia de San Pablo, un magnifico templo gótico isabelino, cargado de historia. Un Cristo yacente que data de 1610, dispuesto dentro de una urna dorada, en donde la cabeza se apoya sobre almohadones tallados y policromados, realizado por encargo del Duque de Lerma y otro Cristo de menor tamaño fechado hacia 1627. (No procesionan ninguno de estos dos Cristos).




Por último, el Cristo que se encuentra en las monjas del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana (Plaza Santa Ana), obra de la última etapa de Gregorio Fernández, fechada en 1634. La naturalidad de esta imagen se ve resaltada por los ojos de cristal, las uñas de asta de toro y las gotas de resina que acompañan a la sangre del costado. (Se procesiona la noche del Jueves Santo con gran devoción y silencio). Recomiendo visitarle en el museo del propio Monasterio, en donde también son de resaltar tres cuadros de Francisco de Goya.

 

 


* Una breve reseña sobre alguno de los imagineros autores de alguna de las tallas que hemos comentado anteriormente:

Juan de Juni, fue un imaginero franco-español, fallecido en Valladolid en 1577. Formo junto a Alonso Berruguete la gran escuela de la escultura castellana, con un gran dominio en los materiales escultóricos como el barro, la piedra y la madera, con un perfecto conocimiento de la anatomía humana.

Francisco Rincón, muere en Valladolid, siendo aún muy joven, en 1608. Su temprana muerte privó al mundo del arte de un gran artista que pudo haber estado, de no haber perecido tan pronto, a la altura de los grandes maestros del Barroco español. Sin embargo, sus descendientes heredaron sin duda su maestría, muestra de ello es la magnífica talla del “Cristo del Perdón” que para la Cofradía de la Pasión realizó su nieto Bernardo del Rincón.

Gregorio Fernández, muere en Valladolid en 1636, después de dejarnos un importante legado de obras magistrales. Destacado escultor del barroco español, trabajo en sus inicios como aprendiz de Francisco de Rincón, para más tarde seguir la influencia de Alonso Berruguete y Juan de Juni, a los que tenía gran admiración.

 

Fin de esta interesante ruta por alguna de las iglesias vallisoletanas, que nos ha permitido ver de cerca 31 tallas procesionales de incalculable valor artístico.

 

Jose Maria Vicente

 

 

 

 

 




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  1. Que buen trabajo para conocer nuetro maravilloso patrimonio muy bien explicado

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    1. Yolanda, me alegra que te haya gustado esta interesante ruta que nos permite admirar nuestro rico patrimonio.

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  2. Me ha encantado el repaso por todas las iglesias. Tendremos que organizar un día para verlas en persona. Un beso fuerte tío

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    1. Gracias Carmen por tu comentario, me alegrara acompañarte.

      Un beso

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