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- Camelias, bodegas y algo mas
Esta ruta que hoy realizamos conjuga la visita a alguno de los mas bellos jardines de Galicia con un recorrido por Bodegas Denominación Origen Albariño, junto a la visita de sitios que poseen un encanto especial y que aunque hayamos visitado otras ocasiones, no se cansa uno de visitar.
Salimos de Valladolid en dirección Orense, de donde nos separa 350 Km. Nos alojamos en esta ocasión en el Hotel Barcelo, situado junto a la misma Plaza San Lázaro, pulmón verde de la ciudad. No me quiero extender en detallar lo más significativo a visitar en esta capital gallega, ya que lo tienes de manera detallada en otro post de este blog: Orense capital termal de España.
El segundo día, nos desplazamos desde Orense 100 Km para visitar el Castillo de Sotomayor, situado en la localidad del mismo nombre, aparcando el coche en un pequeño parking que hay justo a la entrada al castillo.
En el año 2012, los jardines de este conjunto arquitectónico se convirtieron en el primer jardín de España y el séptimo de Europa, en ser reconocido por la Sociedad Internacional de la Camelia, como Jardín de Excelencia Internacional.
Este imponente castillo data del siglo XII, de cuya época data la Torre del Homenaje, pero no fue hasta el siglo XV cuando se convirtió en una gran fortaleza, que tuvo diferentes usos hasta convertirse en residencia veraniega en el siglo XIX y pasar posteriormente a manos de la Diputación de Pontevedra. Su interior, alberga un espacio museístico, que muestra a través de paneles interactivos, un recorrido por la historia de la fortaleza.
Rodeando uno de los castillos medievales mejor conservados de Galicia, se localiza un importante jardín botánico, donde podemos admirar singulares árboles, como una “sequoia roja” de gran tamaño, los restos de un “castaño” de 800 años, eucaliptus, una araucaria de 25 metros de altura o magnolios, pero sin lugar a dudas la protagonista indiscutible del jardín, es la camelia que inunda de color y aroma todo el paisaje, sin olvidar los numerosos viñedos.
Entre el medio millar de monumentales camelias, destaca la “camelia japónica”, en cuya base crecen 18 troncos, que la convierten en la de mayor porte de Galicia y la más longeva del parque. (Visita libre de 10 a 17 horas).
A 21 Km del Castillo se encuentra la localidad de Poio, donde nos dirigiremos hasta el Monasterio de San Juan, en cuyos exteriores podemos admirar un impresionante hórreo, de finales del siglo XVIII. No es el más largo, pero sí el más grande en superficie de la comunidad autónoma gallega y es tanta su capacidad, que su interior está dividido en varias cámaras donde almacenar la gran cantidad de grano (tiene un volumen de 123 metros cúbicos). Tiene 17 filas de tres pies, un ancho que supera los tres metros (3,36 m.) y una longitud de 33,46 metros, con un tejado a cuatro aguas.
Una breve reseña del Monasterio de San Juan, un conjunto monástico con más de mil años de antigüedad, situado en un promontorio desde donde disfrutar de unas estupendas vistas a la ría de Pontevedra y a la isla de Tambo, lugar donde antaño se retiraban los monjes benedictinos.
El conjunto monástico está ocupado por dos Monasterios, el antiguo con su iglesia y dos claustros y el moderno, lugar en donde se encuentra la Hospedería. Del exterior del templo, resaltar la grandiosidad de su fachada, flanqueada por dos torres-campanario. Un par de curiosidades: las numerosas sepulturas que podemos ver a lo largo del piso y la tumba suevo-visigoda de Santa Trahamunda, junto a una talla que representa a la santa con una rama de palmera y que popularmente es considerada la patrona de la “morriña”. No debemos perdernos la visita de los dos claustros: El claustro de las “procesiones”, levantado a finales del siglo XVI en estilo renacentista, con una fuente barroca en el centro. El claustro de la “portería”, del siglo XVIII, con un cruceiro en el centro y en cuyas paredes podemos admirar un gigantesco mosaico del Camino de Santiago, compuesto por miles de teselas en 80 metros de largo, lo que te permitirá “peregrinar” desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela sin moverte del claustro.
La biblioteca, es otro de los lugares de interés que recomiendo visitar si dispones de tiempo. En su interior, guarda más de 100.000 ejemplares, la mayoría traídos por las diversas ordenes que por allí pasaron. Entre los libros curiosos que puedes ver, se encuentra un ejemplar de la última biblia poliglota que se hizo en Europa en 1657 y el libro más pequeño del mundo que contiene el “Padrenuestro” en siete idiomas. (Visita de 10-14 h y de 16 a 18 h).
Ponemos rumbo a Combarro, de donde nos separan 6 Km. Considerado uno de los pueblos costeros más bonitos de Galicia, su fama le viene gracias al espectacular conjunto de más de 60 hórreos, aunque sólo 30 de ellos se asoman al mar. Además de los hórreos, hay un total de nueve cruceiros (cruces de piedra características de Galicia), la mayoría de ellos del siglo XVIII y están labrados en granito con la imagen de la Virgen y Jesús unidos por el costado, que poseen la particularidad de que la imagen de la Virgen se encuentra orientada hacia la ría, mientras que la de Cristo, lo hace al interior.
Una vez aparcado el coche cerca del Puerto deportivo, iniciamos la marcha caminando por la pintoresca Rúa de Mar, una de las calles más bonitas de Combarro, aquí es donde se encuentran la mayor parte de los hórreos, situados junto al mar perfectamente alineados, nos dejara una imagen irrepetible y sorprendente.
Hacemos un alto en el camino y
nos detenemos a comer en Restaurante “O Bocoi”, un local con unas vistas
inmejorables, pegado a la ría, donde recomiendo pedir arroz con pulpo, la
empanada de berberechos y las vieiras. Otra buena opción para comer es Bar
Pedramar. Si en lugar de pedir a la carta quieres tomar un interesante menú del día recomiendo Bar "Chousa Casa Gloria".
Terminada la comida, continuamos el paseo, que nos conducirá a la Plaza da Fonte, lugar donde se encuentra uno de los cruceiros más antiguos y finalmente llegaremos a la playa urbana de Padrón, desde donde tienes una de las más típicas panorámicas de Combarro. Si la marea está baja, como fue el caso durante mi visita, te recomiendo que partiendo de ella recorras toda la zona de la ría viendo los hórreos de Rúa do Mar desde otra perspectiva. Otra de las calles imprescindibles que ver es la Rúa de San Roque. donde encontramos a cada paso pequeñas plazas con mucho encanto y con cruceiros.
A 11 Km nos desplazamos a Sanxenxo para alojarnos en Hotel Carlos I. Alojamiento perfecto para descansar y disfrutar junto a la Playa. Instalaciones confortables y personal competente y amable
La tarde la dedicamos a descansar y pasear junto a la bella Playa de Silgar. Un buen lugar para tomar unas tapas es la Cervecería El Aviador. No dejes de probar las ricas empanadas de Panadería Veiganoba, elaboradas en horno de leña, nos gustó mucho la de berberechos.
El tercer día. Desde Sanxenxo nos desplazamos 18 Km hasta Cambados, villa señorial y marinera, donde podemos visitar alguno de los numerosos pazos que tiene esta localidad, uno de los más significativos es el "Pazo Torrado", al que puedes llegar caminando por la calle Príncipe, es una construcción del siglo XVIII, de la misma época que El Parador de Turismo, el magnifico Pazo Bazan. Entre sus pazos históricos, uno de los más importantes es el Pazo de Ulloa.
Caminando hasta la Avenida de la Pastora, llegamos hasta las ruinas de la iglesia de Santa Marina. Esta antigua iglesia se encuentra cerca de un viejo castro celta y fue abandonada en el siglo XIX y su techo desmantelado, quedando solo los arcos transversales que en su día sustentaban la bóveda. En su interior se encuentra un peculiar cementerio, que le valió en el 2014 entrar a formar parte de la Asociación de Cementerios Singulares de Europa.
Volvemos de nuevo al centro hasta llegar a la Plaza de Fefiñans, una explanada de piedra rodeada por un conjunto artístico que data del siglo XVI, del que forman parte la Iglesia San Benito y el imponente Pazo Fefiñans, flanqueado por dos curiosos balcones circulares a modo de púlpitos.El interior del pazo alberga una de las bodegas mas antiguas del lugar, que ya visitamos en otra ocasión y que recomiendo visitar.
Nos desplazamos desde Canbados 3 Km para visitar la Bodega Martin Codax. Una interesante visita guiada que te permite conocer los viñedos y los procesos de elaboración del vino albariño, junto a una interesante cata en una terraza con las maravillosas vistas de la ría de Arosa como fondo.
15 km nos separan de Carril donde tenemos previsto comer en Restaurante "A Casteleira". Buena No debes perderte el arroz “casteleira”, unas buenas almejas y las “zamburiñas”, bueno en realidad son “volandeiras”. Este local ha cambiado de ubicación, pero la calidad sigue la misma. Una apuesta segura. En la cercana Isla de Arosa dejo un par de recomendaciones para comer: Taperia “O Chabola” o “A Merca”.
Camino a Santiago de Compostela, de donde nos separan 52 Km. para alojarnos en Hotel Mapoula. Alojamiento que destaca por su buena ubicación en el casco histórico, que ha sido reformado con mucho encanto y en donde destaca la amabilidad de su propietaria. La tarde la dedicamos a visitar la ciudad compostelana para lo que te servirá de ayuda la entrada del blog: Curiosidades en Santiago.
El cuarto día. Por la mañana, después de desayunar en el Bar La Muralla, original local desde cuyo suelo acristalado puedes observar los restos de la antigua muralla, la
dedicamos a visitar el magnífico Pórtico de la Gloria, recientemente restaurado
(Existe una opción entrando a la web de la Catedral de Santiago para conseguir
entradas gratuitas), para después asistir a la Misa del Peregrino a las 12 horas. Antes de comer un agradable paseo por el Parque de la Alameda, donde podrás ver numerosas camelias.
Teníamos previsto comer en Restaurante “A Noiesia” en la Rua do Franco, que ya conocíamos de otras ocasiones, pero no pudo ser al encontrarse cerrado este día. En la misma calle nos quedamos el la Taberna “Do Obispo”, con buenos pinchos y tapas y buena relación calidad precio.
Después de comer en Santiago, nos acercamos hasta el Pazo de Oca a 28 Km. Conocido por muchos como el “Versalles gallego”, por la belleza de sus jardines, fuentes y estanques, es el más antiguo de los pazos gallegos, propiedad de la Casa Ducal de Medinaceli. Accedemos al interior del recinto y tras un corto paseo, desembocamos en una gran plaza, presidida por la fachada principal del pazo, del siglo XVIII, levantado sobre los restos de una antigua fortaleza, rematado por una torre con almenas. Al fondo, podemos ver la capilla barroca, comunicada con el Pazo por medio de un bonito corredor de arcos. Sus jardines, rodeados por una muralla de piedra, recrean varios ambientes, lo primero que nos encontramos, es una fuente de granito en el centro, rodeada de boj, a los que acompañan camelias y rododendros. En el jardín francés es digno de admirar un gran "laberinto de boj", inspirado en un dibujo del pavimento de la Catedral de Canterbury. Y por fin llegamos a la parte del jardín más fotografiada, la de los dos estanques, separados por un puente, en el superior podemos ver una curiosa isla de piedra con forma de barca, plantadas de bellas hortensias y un marinero en la proa, en el inferior podemos ver la misma representación, pero con las figuras de dos marineros. Partiendo del centro del estanque y en perpendicular, surge una espectacular avenida de tilos, dedicada en su día a realizar carreras de caballos.
Tampoco falta la parte destinada a huerto de flores, con dalias, hortensias o crisantemos, así como la dedicada a frutales.
Los jardines poseen un importante valor botánico, en donde son de resaltar: La centenaria “Criptomeria japónica”, árbol nacional en Japón; uno de los “camelios” más altos de España, con doce metros de altura, la espectacular “Camellia reticulata”, de un intenso color rojo; una “secuoya” gigante. No quiero dejar de mencionar el “lavadero”, antigua construcción popular, que desde la zona más elevada del recinto distribuye el agua procedente de los ríos Bóo y Mao por todo el jardín. La espectacularidad del entorno que hoy visitamos, ha dado lugar a que haya sido escenario de películas y series televisivas, como: «La novia ensangrentada», «Los Pazos de Ulloa», «La noche oscura» de Carlos Saura, «El aliento del diablo» y lo más reciente, «La piel que habito» de Pedro Almodóvar. (Horarios de noviembre a marzo: 10.00 a 14 h y 15 a 19 h, Coste 10 €, la visita de los jardines es por libre).
Nos desplazamos 85 Km, lugar en donde se encuentra Orense. En esta ocasión nos alojamos en el Hotel NH.
El quinto día. Desde Orense ponemos rumbo a Valladolid con parada en Puebla de Sanabria de donde nos separan 148 Km. Esta pequeña y coqueta localidad zamorana se encuentra en los listados de los pueblos más bonitos de España. Pasearemos por el suelo adoquinado de sus calles con sus casas de piedra, algunas adornadas con escudos nobiliarios en sus fachadas.
Comenzamos la ruta en la “Fuente del Pilón”, con sus 4 caños y los farolillos coronando. para subir por la empedrada calle Costanilla, encontrando a ambos lados hay casas blasonadas con fachadas espectaculares de piedra entre las que destacan la Casa de Los Aguilar o de los Osorio Rodríguez de Sanabria, para terminar en la Plaza Mayor. En esta última plaza se encuentran el Ayuntamiento con fachada porticada y dos torres a ambos lados y la Iglesia de Santa María de Azogue, construcción románica con añadidos posteriores góticos y renacentistas. Del exterior del templo destacar los capiteles románicos de la puerta, que muestran a Adán y Eva tentados por la serpiente y en los fustes aparecen figuras humanas ataviadas con el atuendo de la época, de su interior resaltar el órgano datado en el año 1780 y la pila bautismal románica realizada en granito y ubicada bajo el atrio.
Justo al lado de la Iglesia de Santa María se encuentra la bella Ermita de San Cayetano, a cuyo interior no pudimos acceder por encontrarse cerrada. Siguiendo nuestro recorrido llegaremos al imponente Castillo de los Condes de Benavente. Construido en el siglo XV como residencia de los Condes de Benavente, alberga hoy día la Oficina de Turismo. Se puede acceder de manera gratuita al patio de armas, pero merece la pena visitar su interior, de donde lo mas llamativo es su Torre del Homenaje. Al salir del castillo, os aconsejo avanzar por la calle de la Muralla, allí podéis disfrutar de unas espectaculares vistas.
Recomiendo pasear por la Calle San Bernardo, donde encontraras las casas más bonitas de Puebla, con la arquitectura típica sanabresa. En una placita con mucho encanto podemos ver la Casa del Abad, con uno de los blasones mas llamativos de la villa, un enorme escudo tallado en piedra que data de 1689 y que representa a 5 órdenes militares asociadas al Císter (Calatrava, Alcántara, Avis, Temple y San Jorge).
En esta misma calle se encuentra el curioso Museo de Gigantes y Cabezudos (se accede con la misma entrada que la visita al castillo). En su interior se encuentran 10 Gigantes y 33 Cabezudos, cuya tradición se remonta al año 1848, fecha en el que se tiene constancia de la presencia de alguna de sus figuras, como “la Negra y el Chino”. Se echa de menos una pequeña explicación de todo lo que rodea a estos personajes que durante las fiestas de Septiembre salen en pasacalle al ritmo de la música.
Al otro lado del río Tera se encuentra el Convento de San Francisco, que data del siglo XII, hoy día usado como escuela de artes y oficios. Junto al convento, se encuentra un interesante paseo que tiene una longitud de 5 Km y la playa fluvial del Tera.
Una visita que recomiendo y que nosotros ya realizamos en otra ocasión es acercarse hasta el Lago de Sanabria, el lago glaciar más grande de Europa y uno de los más antiguos. Alrededor del lago hay un total de cuatro playas de arena donde bañarse: las playas Arenales de Vigo, el Folgoso, la playas de Viquiella, la más popular y la Custa Llago, más pequeña y menos masificada, desde donde sale un barco con suelo de cristal, que recorre el lago. Una visita interesante especialmente si vas con niños.
Un alto en el camino y parada para comer. Al comienzo de la calle Costanilla nos detenemos ante un edificio del siglo XVII ocupado por el Hotel Rural La Hoja de Roble, en cuyo Restaurante "Samar" entramos para comer. Tomamos un menú del día, con una buena relación calidad precio y en donde quiero resaltar la profesionalidad y el trato al cliente por parte de Yoana, su propietaria.
Para poner fin a esta interesante ruta, nos separan de Valladolid 199 km.
Jose Maria Vicente