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Blog sobre viajes
Bienvenido a este blog de viajes, en donde puedes encontrar rutas a rincones interesantes con algunos consejos y sugerencias que te pueden servir como pequeña guía de viaje. Aunque el punto de partida de estas rutas, generalmente es desde Valladolid, las mismas se pueden adaptar fácilmente cuando tengan otra Ciudad de origen. Espero que este blog, pueda ser de vuestro interés e utilidad.
Jose Maria Vicente
Archive for septiembre 2016
Santoña y Lierganes
Santoña, una de las más antiguas villas
marineras de Cantabria, se encuentra situada a los pies del Monte Bucero,
una península unida al pueblo por una franja estrecha de arena donde se
localiza la playa de Berria y rodeada por los humedales que forman la Reserva
Natural de las Marismas de Santoña y Noja. Además de por sus anchoas, es también conocida por tener la mayor
concentración de fuertes defensivos, baterías y polvorines de toda España.
Salimos
de Valladolid en dirección a esta villa marinera y tras 3 horas de recorrido,
llegamos a nuestro destino (275 Km).
Partiendo
de la Calle Santander, que es donde se ubica Información y Turismo, llegamos al
paseo marítimo, de aproximadamente kilómetro y medio de largo; si giramos al lado izquierdo ,nos encontramos con el Fuerte de San Martín, que yergue sobre
una pequeña colina; sus orígenes se remontan al siglo XVII y es uno de los tres Fuertes que podemos visitar en Santoña, desde el se
puede disfrutar de unas vistas que se extienden sobre el mar Cantábrico y llegan
al cercano Laredo (en su interior, varias exposiciones, una de ellas muy
interesante: “Santoña plaza Napoleónica”, en donde se explica cómo Santoña pudo llegar a
convertirse en el Gibraltar del Norte).
Deshacemos
el camino andado y en el mismo paseo marítimo, cogimos un barco que te permite
realizar un interesante paseo de una hora de duración (coste del viaje : 10 €). Durante
el recorrido por la bahía puedes observar unas vistas inmejorables del Puerto,
de la playa de Laredo, los fuertes de San Martin y San Carlos y saliendo al mar
Cantábrico, entre unas aguas de color verde esmeralda ,disfrutaras viendo las cuevas
del Buciero.
Otro punto de interes es el Faro del Caballo, un pequeño faro construido en un lugar único
entre unos acantilados impresionantes. (Si se dispone de tiempo, merece la pena
acercarse a este rincón, al que se accede a través de un sendero que parte del
pueblo; el ascenso no requiere un gran esfuerzo y transcurre entre
impresionantes vistas, sin embargo la bajada, se hace a través de más de 700
escalones de piedra; se tarda en hacer este
recorrido alrededor de una hora y media).
Parada
para tomar un vino en un lugar que no debes dejar de visitar si vas a Santoña, La
Taberna de Alberto (C/ Claveles 8). Se trata de un local con el ambiente de las tabernas de
antaño, donde pedimos unas anchoas que te las sirven en la propia lata, antiguamente llamada "octavilla" y una ración de queso picón de
Tresviso. No te lo puedes perder, ambas tapas ¡espectaculares¡
Para comer,
el lugar elegido: La Esquina da Tasca (C/ Manzanedo 25), local situado frente
al Ayuntamiento, con buenos pinchos en barra y con un aceptable menú del día.
Dejamos
para el final una visita a la Iglesia de Santa María del Puerto, templo
original del siglo IX, aunque con añadidos posteriores de hasta el s. XVI. La
fachada es de estilo románico y de su interior, destacar el retablo mayor
de estilo plateresco y la bella imagen gótica de la Virgen del Puerto.
Según
salimos de Santoña, realizamos una breve parada para ver la Playa de Berria, un
inmenso arenal con 2 km. de arenas finas y doradas, posiblemente uno de
los arenales más bonitos del Norte.
Nuestro
siguiente destino después de recorrer 37 km es Lierganes, considerado uno de
los pueblos más bonitos de España. Se encuentra a los pies de dos pequeñas
elevaciones montañosas, que por su aspecto son conocidas popularmente como
"Las Tetas de Liérganes".
El
paseo por sus calles refleja una arquitectura de piedra con numerosas casonas
señoriales que se entremezclan con otras de arquitectura popular, de esta
manera realizamos un agradable recorrido entre escudos tallados en piedra y balconadas
de madera decoradas con flores de colores vivos, así como por unos cactus llamados ”sedun”
en forma de cordones alargados, que no pinchan y que alcanzan longitudes inmensas
(según cuentan son de origen mexicano).
Nos
detenemos en la Plaza del Marqués de Valdecilla, antiguamente llamada la Plaza
del Mercadillo. Una de las casas más significativas de esta plaza es la de los
Cañones (s. XVIII), una antigua Fábrica de Artillería que hubo en la localidad principios del siglo XVII, donde se fabricaron cañones de
hierro aprovechando la energía del Río Miera. De su
fachada destacar el almohadillado alrededor de la puerta principal y el escudo de armas de la familia “Cantolla”,
nombre por el cual también es conocido esta casona, también resaltar los
cañones que adornar las esquinas de la casa.
En las
proximidades, nos encontramos con la Casa Rañada Portilla (siglo XVII), en donde
destaca su galería de madera, bellamente engalanada con flores.
Nos
acercamos hasta la ribera del río Miera para admirar el Puente Mayor o Romano,
que pese a su nombre, se trata de una obra del siglo XVI. En las inmediaciones,
se encuentra un antiguo Molino, hoy día dedicado a centro de interpretación y
la escultura en bronce del Hombre Pez (Cuenta la leyenda que un vecino del
pueblo se zambulló en las aguas de la ría de Bilbao y apareció, cinco años
después en Cádiz).
Otra
de las casas interesantes y una de las más antiguas de Liérganes es La Casa
Setién (s. XVI), en donde destaca la bella ventana plateresca de su fachada.
Para
finalizar la jornada, tomamos un chocolate con churros, muy típico de esta
localidad. El lugar elegido fue el Hotel Cantábrico: aceptables los churros,
servicio muy lento, chocolate malo y precio caro. Esperamos la próxima vez
encontrar un mejor sitio y acertar.
Antes de dejar Lierganes, nos acercamos hasta la Confitería Maria Luisa (Paseo del Hombre Pez 6), donde compramos un dulce típico conocido como "sacristanes", unos lazos elaboradas a base de hojaldre, que estaban realmente buenos.
Ponemos
fin a esta interesante ruta y después de 246 Km. llegar a Valladolid.
Jose Maria Vicente