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- Oviedo en 2 dias
martes, 6 de diciembre de 2016
Os invitamos
a realizar un recorrido por la capital del principado de Asturias, callejeando
por su casco histórico y admirando la riqueza monumental que atesora.Lo primero
que llama la atención en el momento que
comienzas a pasear por las calles de Oviedo es la limpieza, esto la
ha hecho merecedora en varias ocasiones del galardón que se otorga a las
ciudades más limpias de España.
Salimos de Valladolid y después de 255 km nos encontramos en la ciudad de Oviedo. Nuestro punto de partida es la Plaza de la Escandalera, en donde podemos ver dos esculturas: La de los Asturcones, la preferida por los niños, se trata de un caballo de pequeño tamaño de origen asturiano y la Gorda de Botero (aunque realmente se llama la Maternidad), son estas estas algunas de las más de 100 esculturas al aire libre que podemos encontrar repartidas por toda la ciudad.
Al lado de esta plaza, se encuentra el
Teatro Campoamor, lugar en donde se celebran anualmente la entrega de los
Premios Príncipe de Asturias, ahora llamados Princesa de Asturias.
Nos
adentramos al casco histórico caminando por la calle Fruela, que nos conduce a
la Plaza de la Constitución, lugar en donde se encuentra el Ayuntamiento con
una larga fachada renacentista y la Iglesia de San Isidoro el Real,
construida en el s.XVI sobre un antiguo colegio jesuita. Su fachada barroca se
encuentra en este momento en fase de rehabilitación. A los pies
de esta iglesia, se encuentra el Mercado del Fontán, un mercado en el que
se pueden encontrar todo tipo de productos (verduras, carnes, pescados, quesos...)
y que es un buen lugar para comprar unas fabes o un queso de cabrales fuera de los
sitios turísticos del centro. En la parte exterior del mercado y en la contigua
Plaza Daoiz, los jueves y los sábados por la mañana, se encuentra
rodeado de puestos ambulantes, en donde llaman la atención por su colorido los
puestos de flores y los de gente local que vende los productos que ellos mismos
producen.
Hacemos un
alto en el camino en uno de los muchos bares que rodean esta bonita Plaza, en
cuyo centro resalta la escultura de las "Vendedoras del Fontán" y en
donde son de admirar sus bonitas balconadas de madera llenas de flores;
entramos en Casa Ramón, donde tomamos una cerveza con unos ricos calamares.
No
lejos de aquí, en la calle Ramón y Cajal, paramos a comer en Restaurante Jamón
Jamón. En el comedor situado en la primera planta y con vistas a la antigua
Universidad, comimos un menú asturiano que consistía en fabada, cachopo, bebida
pan y postre (12,90 €) y un rico menú del día por 10,90 €. Destacar la
amabilidad del personal y de su dueño, Jesús, así como la buena relación calidad-precio
de la comida. En resumen 100% recomendable!!!!
A pocos
pasos del restaurante, nos detenemos en la Plaza Portier. En ella se encuentra el
Palacio de Toreno, construcción palaciega en estilo barroco, destacando su
portada con columnas y blasones dispuestos a cada lado de un balcón central. En
el interior, tiene un interesante patio con columnas toscanas y una monumental
escalera de piedra.
Nuestro
siguiente parada es en la contigua Plaza de Alfonso II El Casto, lugar en
donde se encuentra la Catedral de San Salvador , la cual delimita con un
conjunto de nobles edificios entre los que destaca la capilla de la Balesquida,
que tiene su origen en el siglo XIII y está dedicada a Nuestra Señora de la
Esperanza;el Palacio de los Marqueses de Camposagrado, con dos espectaculares fachadas y un
bonito alero de madera
También en la misma plaza se encuentra el Palacio de Valdecarzana, de siglo
XVII, un edificio barroco de tres plantas en el que llama la atención el monumental escudo que lo corona. Frente a la
Catedral, se encuentra la estatua de la Regenta, uno de los símbolos de Oviedo, gracias a la novela de Leopoldo Alas Clarín.
Interrumpimos
nuestro paseo para acercarnos al Hotel y poder dejar el equipaje. El elegido para esta ocasión es el Hotel Clarin, situado en una calle muy céntrica y a poca distancia del
casco histórico. Como alternativa también recomiendo el Hotel NH Principado.
Para
terminar la ruta de este primer día nos acercamos a la Calle Gascona, más
conocida como El Bulevar de la Sidra. Una pequeña calle peatonal entorno a la
cual se agrupan numerosos restaurantes y sidrerías. Para tomar una botella de
sidra acompañada de una tapa gentileza de la casa recomiendo Sidrería El
Pigueña. Pasamos también por la Sidrería Tierra Astur, especializada en
productos asturianos, donde tomamos unos tortos (típico pan asturiano a base de
maíz) con queso de cabrales y una botella de sidra.
Comenzamos
nuestro recorrido del segundo día partiendo del Campo San Francisco, que cuenta con una
extensión de 90 ha y es un estupendo lugar en donde disfrutar de la naturaleza
en pleno centro de la ciudad. Paseando por el parque, nos encontraremos con
diversas esculturas, como la erigida en honor al escritor Leopoldo Alas
“Clarín” o la de Mafalda,frente al lago de los patos. Como curiosidad, en el
lateral del parque que da a la Calle Uria, decoran diariamente con césped la fecha,
mes y año en que nos encontramos.
Nuestro
siguiente destino es la Plaza en donde se encuentra la Catedral de San Salvador,
al objeto de realizar una visita de su interior. La Catedral dispone de una sola torre y está
construida en estilos distintos, la
mayoría gótico con algunos elementos del Renacimiento y del Barroco;a resaltar el espectacular retablo mayor en madera policromada.
La Cámara
Santa del siglo IX, está declarada Patrimonio de la Humanidad y es sin duda el
elemento más destacado de todo el conjunto catedralicio.Las 12 estatuas-columnas que representan a los Apóstoles, son una autentica maravilla, pero el tesoro más preciado
de la Catedral son las cruces de la Victoria (recubierta de oro y esmaltes) y la de los Ángeles (realizada en madera recubierta de planchas de oro) son los símbolos de
Asturias y de la ciudad de Oviedo;también en su interior se encuentra el Arca Santa que contiene un gran número de
reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario.
Antes de
abandonar esta zona vale la pena acercarse a la iglesia de San Tirso, separada
de la Catedral por la calle Santa Ana. De esta iglesia sólo se conserva de la
época prerrománica el testero del ábside central con una bella ventana
trigeminada .
Iniciamos el
camino de vuelta para Valladolid, con parada a comer en Carabanzo (se accede este pueblo por el primer desvió que nos
encontramos a Pola de Lena a 30 Km de Oviedo, para después recorrer otros 6 km
por una carretera de elevada pendiente). El restaurante elegido es: Via Carisa,
con estupenda comida casera, regada con un buen vino crianza de Rioja, de donde
es originario el propietario (Coste comida 20 €).
Terminada la comida, nos acercamos de nuevo a Pola de Lena para visitar la Iglesia de Santa Cristina (s.IX), una joya del arte prerrománico asturiano .Situada totalmente aislada en una loma y rodeado de un paisaje de gran belleza, se accede dejando el coche en un parking, para seguir el último tramo caminando por un paseo sin mucha dificultad de unos 200 metros. El elemento más significativo de su interior es el “iconostasio” de triple arquería apoyado en columnas de mármol y que sirve para separar el presbiterio de la zona destinada a los feligreses; es muy común en las iglesias Ortodoxas, pero poco en las iglesias Católicas. Una maravilla indescriptible.
Vuelta para
Valladolid y fin de la interesante ruta.
Otras sugerencias y curiosidades para esta ruta.
* Junto a la
Catedral, se encuentra el Monasterio de San Pelayo, de la orden Benedictina.
Está habitado por monjas, que se las conoce popularmente como “ pelayas”. Se sabe que fue fundado por Alfonso II el Casto, lo cual indica que
sus orígenes se remontan a finales del siglo VIII. Recomiendo la visita a este
monasterio y sobre todo a la Iglesia en hora de Vísperas y misa (De lunes a
viernes a las 19 horas y domingos a las 11) es un placer escuchar los cánticos
gregorianos de las monjas benedictinas. También disponen de una hospedería y
elaboran dulces.
* Junto a este Monasterio, se encuentra la iglesia de Santa María la Real de la Corte,
que merece la pena visitar y en cuyo interior alberga uno de los mejores
órganos de Asturias.
* En el
ensanche de la ciudad y próxima a la comercial calle Uría, se encuentra la
Iglesia de San Juan el Real, un templo de comienzos del siglo XX, cuya
curiosidad radica en que aquí se vivió el enlace de Francisco Franco y Carmen
Polo en el año 1923, apadrinado por el rey Alfonso XIII.
* La ciudad
está salpicada en su callejero por más de cien estatuas. Además de las ya comentadas,
es muy fotografiada la dedicada al cineasta Woody Allen, que fue galardonado
con el Premio Príncipe de Asturias en 2002 y que rodó en la ciudad parte de la
película Vicky Cristina Barcelona. (Se encuentra situada en la calle Milicias
Nacionales, muy próxima a la comercial Calle Uría).
* Otra curiosidad. ¿Sabíais que en la catedral y en otros edificios de Oviedo suena el
“Asturias Patria Querida” cada hora? Lo que para los visitantes resultar
gracioso, seguro que no lo será tanto para la gente que vive allí y le toca
escuchar la melodía varias veces al día.
* Nunca a lo
largo de mis visitas a Oviedo he comido una buena Fabada, por lo que si queréis
disfrutar con este plato, os recomiendo acercaros a la vecina localidad de Lugones,
a pocos kilómetros de la ciudad y comer en el Restaurante La Maquina, donde
preparan unas fabes bien cocinadas y un compango delicioso (17 €), bueno y el
postre de arroz con leche (5 €) ¡excelente¡
* Dejo para el
final un apunte sobre la repostería, en donde la estrella es un dulce típico
llamado “carbayon”. Por la singularidad del centenario local merece la pena
visitar la Confitería Camilo de Blas (Jovellanos 7).
* Otra pastelería recomendable es Confitería Rialto (San Francisco 12), donde te permite sentarte y degustar un carbayon tomando un café.
* Dejo para el final este dicho popular: " Quien va a Santiago y no al Salvador (Catedral de Oviedo), visita al criado, pero no al Señor".
* Dejo para el final este dicho popular: " Quien va a Santiago y no al Salvador (Catedral de Oviedo), visita al criado, pero no al Señor".
José María
Vicente