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Blog sobre viajes
Bienvenido a este blog de viajes, en donde puedes encontrar rutas a rincones interesantes con algunos consejos y sugerencias que te pueden servir como pequeña guía de viaje. Aunque el punto de partida de estas rutas, generalmente es desde Valladolid, las mismas se pueden adaptar fácilmente cuando tengan otra Ciudad de origen. Espero que este blog, pueda ser de vuestro interés e utilidad.
Jose Maria Vicente
Archive for agosto 2017
Oviedo y la comarca de la sidra
Os invitamos
a realizar esta ruta por el principado de Asturias, comenzando por una de las
comarcas más significativas en la fabricación de sidra, para terminar
visitando la capital ovetense, en donde admirar la riqueza monumental que atesora su casco histórico.
Salimos de
Valladolid en dirección a Oviedo, para continuar viaje hasta Villaviciosa, conocida como la capital de la comarca de la sidra, aunque la verdadera capital es Nava, en donde podemos ver el Museo de la Sidra.
Después de recorrer 285 km. llegamos a Villaviciosa, localidad situada en una pequeña llanura a nivel del mar, que aglutina en sus alrededores numerosas bodegas para la elaboración de la sidra y que presume de tener entre sus ilustres visitantes al rey Carlos I, tras llegar en barco al cercano puerto de Tazones para dirigirse a Valladolid a tomar posesión de su reinado.
Después de recorrer 285 km. llegamos a Villaviciosa, localidad situada en una pequeña llanura a nivel del mar, que aglutina en sus alrededores numerosas bodegas para la elaboración de la sidra y que presume de tener entre sus ilustres visitantes al rey Carlos I, tras llegar en barco al cercano puerto de Tazones para dirigirse a Valladolid a tomar posesión de su reinado.
Realizamos un recorrido por su casco histórico, deteniéndonos en una zona de la calle Sol conocida como “el Ancho”, en donde podemos admirar alguno de los numerosos Palacios que tiene catalogados la villa. (En la foto anexa, aparece el bello Palacio de los Valdes, con un gran corredor voladizo y un alero saliente).
También es de resaltar la Iglesia románica de Santa María de la Oliva, con una interesante portada en la que aparecen cuatro arquivoltas y la Virgen en la parte superior.
A
las afueras de Villaviciosa se encuentra la Fábrica de sidra el Gaitero, nuestro próximo destino. La sidra el Gaitero, supone para una mayoría de
españoles un grato recuerdo en momentos importantes de nuestras vidas, especialmente
en las fiestas Navideñas.
La visita, de una hora de duración, transcurre
entre las amenas explicaciones de la guía, comenzando por ver aspectos históricos, como recuerdos, fotos y
publicidad, junto a la proyección de un corto documental; después pasamos
a ver un pequeño museo, con antiguas maquinas de elaborar la sidra, para pasar a
continuación a las salas en donde se encuentran las centenarias barricas de
madera, los depósitos de acero inoxidable y el lagar, todo ello entre las interesantes
explicaciones del proceso de fabricación de la sidra: que comienza en el "canigu", zona de entrada de la manzana para su clasificación y lavado, sala de prensas, tren de embotellado y zona de embalaje. Para finalizar la visita, nos invitaron a probar sidra “Pomarina”, una sidra natural que no
precisa ser escanciada. En resumen, visita totalmente recomendable y ademas gratuita. (Aconsejo reservar previamente la visita).
Llegada la hora de comer, nos dirigimos bordeando la ria de Villaviciosa al pueblo marinero de Tazones, con
numerosos restaurantes en la zona del pequeño puerto. El restaurante “El Portal de Tazones”, justo a la
entrada del pueblo y frente al parking, fue el lugar elegido para comer.
Tomamos unas sabrosas zamburiñas y un rico rape a la plancha.
De
camino a Oviedo, merece la pena detenerse en
Valdedios y
visitar la Iglesia de San Salvador,
una joya del arte prerrománico,
conocida como el “Conventín”, que data del siglo IX y que aún conserva restos de
su policromía original. A escasos metros se encuentra el Monasterio cisterciense de Santa
María, del Siglo XIII, que alberga en su interior unos magníficos retablos barrocos, un
precioso órgano del Siglo XVIII y un espectacular claustro de estilo herreriano.
Imprecindible la visita de esta joya.
Llegados a
la capital ovetense, lo primero que hacemos es dejar nuestro equipaje en el Hotel Nature. Se trata de un hotel
moderno recientemente restaurado y en donde destaca la amabilidad de su personal.
A mejorar la accesibilidad al parking que tiene concertado el Hotel. (Cuando
necesitas bajar, lo tienes que hacer por la rampa de entrada de los coches).
Comenzamos nuestro recorrido por la ciudad partiendo del Campo San Francisco, que cuenta con una extensión de 90 ha y es un estupendo lugar en donde disfrutar de la naturaleza en pleno centro de la ciudad. Como curiosidad, en el lateral del parque que da a la Calle Uría, decoran diariamente con césped la fecha, mes y año en que nos encontramos y es un buen sitio para realizar una foto recuerdo de la visita.
Nos
adentramos al casco histórico caminando por la calle San Francisco para
detenernos en la Plaza Portier, lugar en donde se encuentra el Palacio de Toreno, construcción
palaciega en estilo barroco, que destaca por su portada con columnas y blasones
dispuestos a cada lado del balcón central; en el interior, tiene un
interesante patio con columnas toscanas y una monumental escalera de piedra.
Nuestro
siguiente parada es en la contigua Plaza de Alfonso II El Casto, lugar en
donde se sitúa la Catedral de San Salvador, la cual delimita con un conjunto
de nobles edificios entre los que destacan la Capilla de la Balesquida, que tiene su origen en el siglo XIII y
está dedicada a Nuestra Señora de la Esperanza, de gran devoción en la ciudad; el Palacio de Camposagrado, con dos espectaculares fachadas y un
bonito alero de madera y el Palacio
de Valdecarzana y Heredia, de siglo XVII, un edificio barroco de tres
plantas que acoge las dependencias del Tribunal Superior de Justicia de
Asturias.
Un alto en
el camino para tomar una botella de sidra acompañada de unos ricos calamares en
una sidrería situada en la misma zona en que nos encontramos, “La Ovetense” (C/San Juan 6), en esta sidrería
de gran tradición en la ciudad, tiene fama el pollo al ajillo, que nosotros dejamos
para probar en otra ocasión. La peatonal Calle Gascona, más conocida como El
Bulevar de la Sidra, se encuentra a pocos pasos de este lugar.
Comenzamos
la jornada de este segundo día pasando nuevamente por el Parque San
Francisco para dirigirnos al casco histórico caminando por la calle Fruela, la cual nos conduce a la Plaza de la Constitución, lugar en donde se encuentran el
Ayuntamiento, con una larga fachada renacentista y la Iglesia barroca de
San Isidoro el Real, construida en el s.XVI sobre un antiguo colegio jesuita. A
los pies de esta iglesia se encuentra el Mercado del Fontán, un mercado en el que se pueden encontrar todo
tipo de productos (verduras, carnes, pescados, quesos...) y es un buen lugar
para comprar unas fabes o un queso de cabrales fuera de los sitios turísticos
del centro. En la parte exterior del mercado y en la contigua Plaza Daoiz y
Velarde, los sábados por la mañana, se encuentra rodeado de puestos ambulantes,
en donde llaman la atención por su colorido los puestos de flores y los de
gente local que venden los productos que ellos mismos producen (este mismo
mercadillo se sitúa también la mañana de los domingos, pero sin los vendedores
locales de verduras y hortalizas).
Dejamos el
mercado y nos dirigimos a visitar el Museo
de Bellas Artes de Asturias, situado en el Palacio de Velarde (C/Santa Ana
1).Este interesante museo está formado por una colección de más de 15.000
piezas, que van desde el siglo XIV a la actualidad, en donde sobresalen nombres
como El Greco, Zurbarán, Murillo, Picasso o Dalí. La visita que realizamos fue
de unas dos horas y solo nos dio tiempo a contemplar las obras de los artistas
más conocidos, entre las que quiero destacar la sala dedicada a obras del
Greco. Recomiendo dedicar una mañana o tarde para poder admirar esta maravilla
de Museo, en donde además te sorprende gratamente el que sea gratuito.
La comida la
realizamos en la Sidrería “El gato
Negro” (Plaza Trascorrales 17). Destacar de la comida un sabroso rape
negro a la plancha y un rico "cachopo" de setas.Totalmente recomendable.
La tarde la
dedicamos a visitar el pueblo de Bueño,
a escasos seis kilómetros de la ciudad y que cuenta con la mayor concentración
de hórreos de la provincia. En el paseo que realizamos por sus estrechas
calles, te diré que mires a donde mires, siempre vas a esta viendo hórreos.
Hace unos años fue reconocido como pueblo ejemplar de Asturias.
Arrancamos este tercer día con la visita del Monasterio de San Pelayo, situado en las
proximidades de la Catedral y que se encuentra habitado por monjas benedictinas, conocidas popularmente como “las pelayas”. En su interior, se guarda
desde el año 994 una urna con las reliquias del niño mártir San Pelayo. Nosotros
asistimos a la misa dominical a las 11 de la mañana y fue todo un placer
escuchar los cánticos gregorianos de estas MM Benedictinas (También es posible
oírlas cantar durante el rezo de las “vísperas” de lunes a viernes a las 19
horas). Junto a este Monasterio, se encuentra la Iglesia de la Corte, que merece la pena visitar y en cuyo interior
puedes admirar uno de los mejores órganos de Asturias.
Llegada la
hora del aperitivo, recomiendo acercarse hasta el centenario Bar “La Paloma” (C/ Independencia 3, en las proximidades de la calle Uria) y tomarse un vermú solera acompañado de unas ricas gambas gabardina .
Iniciamos el
camino de vuelta para Valladolid, con parada a comer en Carabanzo. (Se accede a este pueblo por el primer desvió que nos
encontramos a Pola de Lena a 30 Km de Oviedo, para después recorrer otros seis
kilómetros por una carretera de elevada pendiente). El restaurante elegido es “Via Carisa”, con estupenda comida
casera, regada con un buen vino crianza de Rioja, de donde es originario el
propietario. (Coste del menú 21 €).
Terminada la
comida, nos acercamos a visitar la Iglesia
de Santa Cristina (s.IX), una joya del arte prerrománico asturiano .Situada
totalmente aislada en una loma y rodeado de un paisaje de gran belleza, se
accede dejando el coche en un parking, para seguir el último tramo caminando
por un paseo sin mucha dificultad de unos 200 metros. El elemento más
significativo de su interior es el “iconostasio” de triple arquería apoyado en columnas
de mármol y que sirve para separar el presbiterio de la zona destinada a los
feligreses; es muy común en las iglesias Ortodoxas, pero poco en las iglesias Católicas. Una maravilla
indescriptible.
Vuelta para Valladolid y fin de la interesante ruta.
José María Vicente
Otras sugerencias y curiosidades de esta ruta.
* Como
curiosidad, durante la visita a la Fábrica de sidra El Gaitero, se pueden ver
una serie de centenarias barricas con los escudos de algunas ciudades españolas
e hispanoamericanas. Según nos indicaron las guías, es una dedicatoria a estas
ciudades y países por ser buenos consumidores de esta sidra. (Entre ellas podemos ver la barrica dedicada a Valladolid).
* La ciudad de Oviedo se encuentra salpicada en su callejero por más de cien estatuas. Es muy fotografiada la dedicada al cineasta Woody Allen, que fue galardonado
con el Premio Príncipe de Asturias en 2002 y que rodó en la ciudad parte de la
película Vicky Cristina Barcelona. (La podemos ver en la calle Milicias
Nacionales, muy próxima a la comercial Calle Uría).
* Dos sugerencias
gastronómicas. “Casa Chema”, a nueve
kilómetros de Oviedo en dirección a Valladolid, situada en medio de un espectacular
paisaje y donde puedes tomar una estupenda fabada que ha sido reconocida con varios
premios. Restaurante “El
Catalin”, de Tazones, donde recomiendo reservar en el comedor que tienen
acristalado, desde donde se observan unas inmejorables vistas y pedir para comer
un arroz con “bugre” (bogavante para nosotros), realmente sabroso.
* Cada población suele tener un dulce típico, en este caso son los "carbayones", con cerca de un siglo de historia y que ademas, es el gentilicio popular de los ovetenses, este nombre viene de un roble o "carbayo" que había en su día en la céntrica calle Uria. Dos pastelerías en donde recomiendo probar esto ricos duces: Confitería Camilo de Blas
(Jovellanos 7), un local interesante, con mobiliario de época, como el mostrador o las cajas registradoras y unos dulces excepcionales. Confitería
Rialto (San Francisco 12), otro local recomendable, donde además te permite sentarte y degustar este típico dulce mientras tomas un café.
Alto Aragón: Comarcas del Somontano y Ribagorza
Salimos de Valladolid en dirección a Huesca y después de 495 Km llegamos a la Capital del Alto Aragón,
observando cómo la ciudad vieja se agrupa en lo alto de una colina presidida
por la majestuosa silueta de la Catedral.
El mejor punto de partida para comenzar nuestro recorrido
por la ciudad es la Catedral de Santa
María, situada en pleno corazón del barrio antiguo. Se trata de un edificio
gótico construido entre los siglos XIII y XVI levantado en el mismo solar que
ocupo en su día una mezquita. La
puerta principal se encuentra adornada
por siete arquivoltas, mientras que en las jambas podemos ver las
figuras de los Apóstoles y los patrones de la ciudad, las cuales se encuentran un
poco deterioradas por el paso del tiempo.
En el interior, nos maravillamos ante
el impresionante retablo mayor realizado en alabastro, con escenas de la pasión
de Cristo, así como con la bella vidriera de la Ascensión, recientemente restaurada.
Justo frente a la Catedral, nos
encontramos con el Ayuntamiento, un buen ejemplo de la arquitectura civil; se
trata de un palacio del siglo XVI jalonado exteriormente por sendas torres,
siendo de resaltar de su interior la hermosa techumbre de madera del patio, una
magnifica escalera y el lienzo “La Campana de Huesca”, que representa la famosa
leyenda de los nobles y el Rey Ramiro II, que podemos contemplar en el Salón de
Justicia. Anexo a este edificio se encuentra el Colegio de Santiago, con una
interesante fachada.
Un alto en la ruta y parada para comer. Nos recomendaron el Restaurante “La Vicaria”, en donde
tomamos un estupendo menú con variedad de platos y calidad en los productos con
lo que les elaboran (16 € al ser festivo). También es una buena opción si se
quiere comer de raciones.
Para bajar un poco la comida nos
acercamos hasta el pulmón verde de la ciudad: el Parque Miguel Servet, dedicado a uno de sus hijos más
ilustres, el científico Miguel Servet. En este relajante paseo observamos
numerosas especies arbóreas y algunos monumentos interesantes: las Pajaritas de
Ramón Acín, emblema de la ciudad o una
réplica de la casita de Blancanieves.
Continuamos nuestro paseo por la ciudad hasta llegar a la
plaza de Luis López Allué, popularmente conocida como la plaza del Mercado, ya que
aquí se situaba el mercado de abastos hasta no hace mucho tiempo. Uno de los
establecimientos más emblemáticos que no debemos dejar de visitar en esta
plaza, es la tienda de ultramarinos “La
Confianza”, este comercio abierto al público en el año 1871, ha
sabido cuidar la decoración del local a lo largo de generaciones y en su
interior son de destacar las originales pinturas que decoran los techos. (Está
considerada la
tienda en activo más antigua de España).
Muy cerquita de esta Plaza, se encuentra la bella Iglesia románica de San Pedro “El Viejo”.
Este antiguo monasterio fue visigodo, mozárabe y finalmente románico;
resaltar en su exterior la espectacular torre hexagonal y del
interior, el claustro que conserva 18 capiteles originales y en donde nos llamo
la atención la gran cantidad de sepulcros que alberga entre sus muros. En una
de sus capillas están enterrados los Reyes de Aragón: Ramiro II y Alfonso II,
como curiosidad son los únicos que no lo están en el panteón Real de San Juan
de la Peña. Destacar también la rica sillería gótica del coro.
A estas alturas de la tarde, nos acercamos hasta la zona
llamada del Tubo, en donde disfrutamos con un buen tapeo en la animada noche de
Huesca. Alguno de los lugares por donde pasamos: El Bar Valero, en la calle Artigas, uno de los destinos más populares
y en donde probamos la clásica tortilla de patatas, que estaba realmente buena ;
el Café del Arte, situado en el bello
Edificio del Casino en la popular Plaza de Navarra; Juli Tapas,
en donde probamos un pincho llamado “triton”, elaborado a base de solomillo-pate-patata
asada, muy sabroso y cerca de la Catedral, la pulpería La Plancha a Babor, en donde degustamos
un rico pulpo.
Prueba de la tradición repostera de Huesca, son las
numerosas pastelerías que puedes encontrar a lo largo de la ciudad. Una de las que recomiendo
no perderse es la centenaria Pastelería “Ascaso” (calle
del Coso Alto, 9), en
donde no debes dejar de probar la especialidad de la casa: los pasteles rusos ¡Una
verdadera delicia ¡
El Hotel elegido para pernoctar es el ABBA,
situado en la parte nueva de la ciudad. Es un Hotel que no es como otros de la
cadena, necesita mejoras y mayor mantenimiento.
En este segundo día, nos dirigimos a visitar el pueblo
medieval Alquezar. Situado a 50 Km
de Huesca a los
pies de los Pirineos en un promontorio rocoso al margen derecho
del río Vero; este pequeño pueblo se ha convertido en un famoso destino
turístico, sobre todo por los amantes del senderismo y la escalada.
En el recorrido que realizamos por su Casco Histórico el tiempo parece haberse
detenido en la Edad Media, encontrándonos con un laberinto de estrechas
callejuelas en donde observamos numerosas casas de piedra con escudos sobre sus
fachadas y curiosos pasadizos que comunican una calle con otra. Como
curiosidad, observamos colgadas patas de jabalí en las fachadas de algunas
casas, que según los lugareños tenían como misión protegerlas de las fuerzas
del mal y propiciar la fertilidad del campo y de los animales.
Por una empinada cuesta nos dirigimos hasta el Castillo-Colegiata de Santa María la Mayor,
que preside la villa en medio de un impresionante paisaje y que se asienta en
el lugar donde antaño estuvo una antigua fortaleza musulmana. Del primitivo
templo solo queda el atrio románico que le daba acceso, cuyas arcadas se
integraron en el claustro del siglo XVI en que se erigió una nueva iglesia
gótica. De su interior, destacar el magnífico retablo mayor, un órgano barroco
y el impresionante Cristo de Lecina que data del siglo XIII.
Justo al principio de la ruta de las pasarelas, se encuentra la Panadería - Cafetería “L Artica”,
lugar en donde entramos a tomar un café con un dulce típico llamado
“dobladillo”; el local dispone de una terraza con vistas extraordinarias al
cañón del río Vero. (También te ofrecen la posibilidad de comprar un “pack” que
contiene: bocadillos, agua, frutos secos y chocolate, lo que te permite comer
mientras realizas la ruta de las pasarelas).
La
ruta de las Pasarelas que
realizamos a continuación, nos permitió admirar la belleza
del cañón del río Vero en un recorrido circular de unas 2 horas y 3 kilómetros
de recorrido entre unos paisajes maravillosos. La ruta parte de la Plaza Mayor
para después dirigirnos a la calle que lleva a la Colegiata y descender por una
rampa en el primer desvío izquierdo. En este punto puede verse una indicación que
indica “Barranco de la Fuente”, pronto encontramos las primeras pasarelas de
madera que nos ayudan a descender hacia el cauce y que nos llevara a la desembocadura
del barranco en el río Vero; en esta zona nos encontramos un cruce y de frente
nos detenemos para visitar la impresionante cueva natural de Picamartillo,
situada en la margen izquierda del río.
Regresamos al cruce anterior y nos
dirigimos hasta las pasarelas metálicas situadas en la pared rocosa sobre el
cauce del río Vero, las cuales nos conducirán en medio de un impresionante
paisaje hasta la vieja presa y posteriormente a la antigua central hidráulica,
para volver a continuación de nuevo hasta el pueblo.
Ponemos rumbo a la capital de la Comarca del Somontano y
después de 22 Km, llegamos a nuestro destino, Barbastro. Nuestra primera parada, dada la hora, es para comer en Restaurante el Rincón; comimos un extraordinario menú de 16,5 €, muy
bien elaborado y con gran variedad de platos.
Para recabar información de la
ciudad nos detenemos en el Conjunto de San Julián y Santa Lucia dado que en las
dependencias del antiguo Hospital
de San Julián que data del siglo XVI, se encuentra la Oficina
de Turismo. La Iglesia gótica de San Julián acoge el Centro de Interpretación
de la Comarca del Somontano en donde a través de un espectáculo de luz y sonido
introduce al visitante en la historia de esta comarca. En
la primera planta, se encuentra ubicado el Museo del vino, bajo el título
genérico de "El Espacio del Vino del Somontano".
Nos dirigimos ahora a visitar la Catedral de Santa María que constituye el monumento más emblemático de la ciudad.
Se levanto sobre una mezquita y su construcción se inició en 1517. Se trata de
un templo de inspiración gótica y construcción renacentista. La
torre campanario se encuentra separada del templo, dado que antes de
construirse la Catedral cumplía las funciones de minarete. En su interior destacar
el retablo mayor con su basamento en alabastro y la capilla del Cristo de los
Milagros de gran devoción en la ciudad.
El Hotel elegido para pernoctar en Barbastro es el “San Ramón de Somontano”. Hotel céntrico
con habitaciones de amplias y una decoración moderna.
En este tercer
día lo dedicamos a conocer la Comarca de Ribagorza, situada al noroeste de
Huesca y a los pies de los Pirineos.
Nuestro primer
destino es el Santuario de Torreciudad,
situado a 24 Km. de Huesca en un paraje de gran belleza natural. El nombre de
este joven Santuario proviene de una vieja torre de vigilancia de la época
árabe, que puede visitarse junto a la ermita .Su construcción fue promovida por
el fundador del Opus Dei y se abrió al culto en 1975.En el interior, destacar
el retablo mayor esculpido en alabastro con una bella talla románica de la
Virgen de Torreciudad en el centro del mismo.
Ponemos rumbo a
la ciudad medieval Graus, municipio
oscense que se encuentra en la confluencia de los ríos Ésera e Isábena. Es la
capital administrativa de la Ribagorza y se considera puerta de entrada a los
Pirineos centrales.
Realizamos un recorrido por su Conjunto Histórico, caminando por la
porticada calle Mayor que nos conduce a la también porticada Plaza Mayor, en
esta ultima son de destacar algunas casas-palacio como la Casa Pentineta o Heredia, bellamente decoradas con pinturas del
siglo XVIII.
No debemos perdernos la vista de la Basílica de la Virgen de la Peña, obra del siglo XVI con un bello
claustro y unas espectaculares vistas que podemos contemplar desde su mirador.
Parada para
comer en Restaurante” El Criticón”,
un sitio encantador con un menú bastante elaborado, aunque no es barato,
mereció la pena por la calidad del mismo.
Continuamos la ruta en dirección a Roda
de Isabena, que puede presumir de ser la población más pequeña de España
que cuenta con un templo catedralicio, ya que fue sede episcopal desde el siglo
X al XII. Un aspecto que llama la atención en la Catedral de San Vicente, es la cripta central en donde se conservan
en un bello sepulcro los restos de San Ramón, con la peculiaridad de que se
encuentra descubierta y casi al mismo nivel que la nave central, lo que obligo
a sobre elevar el altar mayor. Adosado a la Iglesia se encuentra el claustro de
planta trapezoidal, de donde parten interesantes salas como la del antiguo refectorio
cisterciense, que en la actualidad es un encantador restaurante de la red de
Hospederías aragonesas o la Sala Capitular que da paso a la capilla de la
enfermería con bellas pinturas murales.
De vuelta de
nuevo a Barbastro, paseamos
por su casco histórico;la calle hermanos Argensola nos llevara a los tiempos
del Renacimiento a través de edificios como la casa Latorre o el Palacio de
los Argensola, que destaca por su galería de
arcos y un gran alero del siglo XVI tallado en madera; nos encontramos en el
recorrido con la Plaza del Mercado, que cada sábado concentra a numerosos
hortelanos de la comarca.
Al otro lado del río, desde la Iglesia de San
Francisco se contempla una de las vistas más pintorescas de la ciudad y sus
puentes. Muy cerca se encuentra el Pozo
de Hielo de la Barbacana, obra arquitectónica
del siglo XVII construida con el fin de almacenar y conservar nieve y hielo
para abastecer a la ciudad y la comarca en los meses de verano.
Recomiendo visitar la centenaria Pastelería “Albas” y tomar un dulce llamado "Biarrritz", elaborado a base de almendra, huevo y azúcar (C/San Ramón 23).
Este cuarto día salimos
en dirección a Valladolid, realizando una parada en Zaragoza para visitar la
espectacular Basílica de Nuestra Señora
del Pilar, en donde según cuenta la tradición se apareció la Virgen al
apóstol Santiago. De su interior, destacar la cúpula Regina Martirum con unos
bellos frescos de Goya y la capilla de la Virgen, obra de Ventura Rodríguez.Como curiosidad, en
la pared este del templo podemos contemplar los impactos
ocasionados por los cañonazos de los franceses durante el ataque realizado a la
ciudad en 1808. Es
interesante subir en ascensor a la torre que te eleva a 78 metros
de altura, para después continuar subiendo por unas escaleras hasta los 90 metros
y poder observar unas impresionantes vistas de la ciudad.
Continuamos de camino a
Valladolid y ponemos fin a esta interesante ruta.
Otras sugerencias y
curiosidades
* El cuadro “La Campana de Huesca”, comentado anteriormente, recrea
el momento final de una leyenda en la que el Rey Ramiro II, apodado el Monje, mostró
a los nobles de su reino las cabezas cortadas y dispuestas en forma de campana de los principales nobles que
habían desafiado su autoridad.
* Dado que estamos en la denominación de origen vinos del
“Somontano”, recomiendo visitar la Bodega “Viñas de Vero” que se encuentra a pocos
kilómetros de Barbastro. La visita es
muy interesante ya que te enseñan dos bodegas: Viñas de Vero y Blecua y
transcurre entre las amenas explicaciones de la guía (visita con cata de 3
vinos cuesta 5 €).Otra interesante opción, es acercarse a visitar la bodega más
antigua de la zona, Bodegas “Lalanne”; esta pequeña bodega familiar también se
encuentra situada en las proximidades de Barbastro.
* A nivel gastronómico, además de
los ya mencionados vinos
de la Denominación de Origen del Somontano, destacar el afamado tomate
rosa de Barbastro y la longaniza de Graus. Dentro de la cocina aragonesa uno
de los productos más representativos es la “chireta” (nombre que le viene del
aragonés: “piel vuelta”) elaborado a base de rellenar arroz, tocino y vísceras,
en la tripa del cordero.
Jose Maria Vicente