domingo, 3 de noviembre de 2024

 


Salimos de Valladolid en dirección a Cangas de Onís, de donde nos separan 320 Km.


Transcurridos 272 Km llegamos a Llanes, donde realizamos una breve parada. Llanes, es la belleza que asoma entre el mar y la montaña, donde sus playas son realmente la costa de los Picos de Europa. No debes perderte caminar por el maravilloso Paseo San Pedro sobre los acantilados o los Cubos de la Memoria que sirven de rompeolas en el espigón del puerto, pintados con elementos expresionistas por el pintor y escultor Agustín Ibarrola. También te llamara la atención la arquitectura indiana diseminada por toda la villa o edificios históricos como el Casino.


Nos desplazamos hasta Puertas de Vidiago, a escasos cinco kilómetros de Llanes, para comer en Casa Poli. Se trata de un antiguo caserón asturiano de madera y piedra. 

Allí saboreamos platos típicos de la tierra: cachopo, croquetas de cabrales, “tortos” de picadillo con huevo y una buena tarta de queso, todo ello acompañado de sidra bien escanciada.


Seguimos la ruta hasta Cangas de Onís, para continuar siete kilómetros más y llegar a Corao, lugar en donde tenemos nuestro alojamiento, Hotel Rural Entremontes. Un lugar tranquilo en donde destaca la amabilidad de sus propietarias Sonia y Susana. A resaltar la variedad de bizcochos y mermeladas caseras en el desayuno. Seria deseable que instalaran mosquiteras en las ventanas, dado que las habitaciones carecen de aire acondicionado y en días de calor, se agradece abrir la ventana por la noche sin riesgo de picaduras de mosquitos. Sin duda un Hotel recomendable.

Tras un breve descanso en el Hotel nos dirigimos a Covadonga, al objeto de visitar, los Lagos, el Santuario y la cueva de la Virgen de Covadonga en un trayecto de 10 Km.


Lo primero que hicimos después de aparcar el coche en las proximidades de la Iglesia, es subir a los Lagos, una joya de la naturaleza dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa. El conjunto de toda la zona constituye un monumento natural único, por sus paisajes, fauna y flora. Solo hay dos opciones para subir, dado que no es posible en esta época del año hacerlo en coche: en autobús (consigues los billetes por ALSA internet o en la taquilla ubicada en la rotonda donde se encuentra la barrera que restringe el acceso a los lagos) o en taxi compartido que coges allí mismo, un poco más caro, pero te permite subir y bajar cuando quieres (bueno, cuando completan las plazas del taxi).

Durante la subida a los Lagos, de cerca de 20 minutos, podrás contemplar unas impresionantes vistas, veras ovejas, vacas y cabras pastando, incluso una cabaña de elaboración del queso de "gamoneu". El primer lago que encuentras es el lago Enol, el de mayor tamaño y tras bordearle, algo más arriba llegamos al lago Ercina a unos 1100 metros de altitud. En este último lago finaliza el trayecto de bus o taxi. Quiero resaltar el reflejo de las montañas en el agua, sin duda digno de admirar, junto a las impresionantes vistas que puedes contemplar. Es posible en un corto paseo acceder a las antiguas galerías subterráneas de las minas de "Buferrera", inactivas en este momento, donde se extraía manganeso, mercurio y hierro.


Terminada la visita a los Lagos, nos pasamos a visitar la Cueva donde se aloja la Virgen de Covadonga o la Santina, apelativo popular por la que la conocen los asturianos. 

Lo primero que nos encontramos es la Fuente de los Siete Caños, alimentada por las aguas del rio Deva, Cuenta la tradición que la joven que beba agua de esta fuente se casara al año siguiente. Tras subir 100 escalones llegaras a la Cueva que alberga la imagen de la Virgen. La imagen actual es del siglo XVI, dado que, en el año 1777, se produce un incendio en la cueva, la cual se encontraba recubierta de vigas de madera y se pierde la imagen de la Virgen. También podemos encontrar el sepulcro de D. Pelayo y de Alfonso I. 

Desde la Capilla podrás acceder a la explanada próxima a la Basílica a través de una gruta que pasa por el conocido Mirador de las Tres Cruces, desde donde se tienen unas formidables vistas. 

La Basílica, es una construcción reciente que data del 1900, construida en piedra rosácea extraída de las montañas de Covadonga.

En el viaje de vuelta al Hotel nos detenemos en Cangas de Onis. La imagen más reconocible es el Puente Romano sobre el rio Sella, que separa Cangas de Parras. Lo encontramos a la entrada del pueblo y es conocido como “puenton”, aunque de romano no tiene nada, dado que en realidad es un puente medieval del siglo XIII. De su arco central cuelga una replica de la Cruz de la Victoria (La original se encuentra en la Catedral de Oviedo donada por el Rey Alfonso III El Magno en el año 908, figurando tanto en la bandera como en el escudo del principado de Asturias). 

Este detalle fue colocado en 1939, cuando tras el exilio en Paris de la “Santina”, obligado por la guerra civil, regresa a España a su sede de Covadonga. Pasear por su empedrado suelo te trasportara a tiempo pasados, no dejes de hacerlo.


Llegada la hora de cenar teníamos varias opciones, pero nos decantamos por la Sidrería la Sifoneria, en la peatonal calle San Pelayo Un local pequeño y acogedor, cuyo negocio familiar comenzó hace mas de cien años cuando sus antepasados se dedicaban a la fabricación y venta de sifones, muchos de ellos los podemos ver expuestos en estanterías de sus paredes. El sitio, la comida, el trato y la relación calidad precio, son excelentes.


Vuelta para Corao y fin del primer día.

 

El segundo día ponemos rumbo a Carreña, de donde nos separan 12 Km. Su condición capitalina hace que sea la sede del Consejo Regulador del Queso de Cabrales. La Casa Bárcena, es una construcción tradicional asturiana y blasonada, datada en el siglo XVII, donde se ubica una réplica de la Cueva de la Covaciella, así como varios paneles explicativos del Arte Rupestre Paleolítico. La Cueva Covaciella ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es una de las grandes referencias del arte rupestre internacional. 

No puedes visitar Carreña sin acercarte a la Capilla de Nuestra Señora de la Salud y conocer su curiosa historia: Cuenta la leyenda que un vecino de Carreña se fue hasta Sevilla a pedirle a la Virgen que le curara los ojos, pues padecía ceguera, prometiéndola que si le curaba  la llevaría hasta su pueblo. Como quiera que recobro la vista, trajo a la Virgen a lomos de un caballo recorriendo los mas de 1000 Km que separaban Carreña de Sevilla.

Desde Carreña tomamos un desvío a la izquierda que nos lleva en 3,5 Km hasta Asiego. Piérdete por sus calles y disfruta de la arquitectura tradicional de este pueblo declarado en 2019 "Pueblo Ejemplar de Asturias", donde el silencio es solo interrumpido por los cencerros de las vacas, todo ello acompañado por el imponente telón de fondo de sus impresionantes montañas. 


Lo primero que encontramos nada mas dejar el coche a la entrada del pueblo es la Iglesia de San Miguel. Lo mas destacado de este templo, que data del siglo XVII, se encuentra en las pinturas de la bóveda, con la representación del Padre y los Evangelistas y las paredes de la Capilla Mayor, por lo que se la conoce popularmente como la “Capilla Sixtina de Cabrales”. En una capilla lateral del presbiterio puedes ver la bella escena de la “Ultima Cena”, eso si algo deteriorada. 


Junto a la iglesia podemos ver un mirador desde donde ver el Pico Uriellu (Naranjo de Bulnes), pero dadas las nubes que había este día, no pudimos verlo, de todas las maneras se disfruta de espectaculares vistas. 

El Mirador Pedro Udeondo, en honor a este escalador que abrió varias vías de acceso a los Picos de Europa, se encuentra en un desvío antes de llegar al pueblo, así que dado el estado de las nubes desistimos de subir. 


En el paseo por el pueblo encontraras la “venide de les Vaques”, con una barandilla de acero con la silueta de 21 vacas, como recuerdo a los 21 barrios que componen esta aldea. Junto a esta barandilla luce un mural en recuerdo de una señora sordomuda, Fifi, que iba mucho por este camino para ir a dar de comer a los gatos y en uno de estos paseos por el camino, que había sido cementado recientemente , sin saberlo, piso y dejo marcadas sus pisadas. 

Otro de los murales que podemos ver en la parte alta del pueblo se encuentra junto a la recientemente restaurada Fuente de la Pandiella, que luce un mural con vacas, un niño, un perro y una pastora bajando del puerto.

 

Nos dirigimos a Benia de Onis para comer en Sidrería Moreno, situado frente al Hotel Maria Manuela. Probamos un menú típicamente asturiano, comenzando con una sabrosa fabada, para seguir con un cabrito guisado y terminar con una tarta de avellanas, en donde además de la bebida incluye el café. Comida excelente, buena relación calidad precio y rapidez en el servicio. El pan de maíz que solo ponen en las cenas está realmente bueno. Un local totalmente recomendable y para repetir.

Terminada la comida visitamos las Montañas del Quebrantahuesos. Se trata de un Centro de interpretación que gira en torno a tres motivos: pastores, montañas y quebrantahuesos. Comienza la visita con la explicación de la formación geológica de los Picos de Europa, destacando el pastoreo como importante elemento cultural, junto a la repoblación del Quebrantahuesos con aves traídas de los Pirineos, dado que en esta zona estaban en peligro de extinción. El Quebrantahuesos en una majestuosa ave carroñera de gran tamaño. Tiene un antifaz negro que llega hasta el pico y un aro rojo alrededor del ojo. Su nombre hace referencia a la manera de alimentarse, lanzando huesos conta las rocas para quebrarles y poder consumirles en trozos más pequeños. En la parte central del recinto se reproduce a escala una maqueta con las diferentes especies de fauna y flora que habitan en la zona.

De vuelta al Hotel, nueva parada en Cangas de Onís, al objeto de detenernos en algunos rincones significativos. 

Próximo al Puente Romano se encuentra la Oficina de Turismo, ubicada en la Casa Riera, un bello edificio indiano de principios del siglo XX. La Iglesia de la Asunción, de construcción reciente sobre un antiguo templo medieval. Justo enfrente, en un jardín se alza una escultura de Don Pelayo. Junto a la plaza de la iglesia, encontraras el Palacio Pintu, una casa señorial construida en el siglo XX, copia de otro anterior del siglo XVII, conocido así por los colores de su fachada y en cuyos soportales se celebra un popular mercado dominical desde hace mas de 100 años, donde podrás comprar quesos artesanos de la zona, además de otros productos.


Para cenar nos decantamos por la Sidrería La Caldera. Es un local pequeño con pocas mesas. Lugar ideal para tomar unas raciones y platos típicos asturianos, trato inmejorable y precios razonables. 

En otra ocasión visitamos El Molin de la Pedrera, un Restaurante familiar situado a la misma orilla del rio Gueña. Buena materia prima con toques de creatividad. Entre sus platos quiero destacar: Boronchu a la plancha (morcilla típica de la zona), el crujiente de cabrales con avellanas, los "tortinos" de maíz con chorizo y como plato principal, la pierna de cabrito al horno con patatas. No es barato, pero la calidad se paga.

El tercer día ponemos rumbo a Arenas de Cabrales, la capital del concejo.

Pasado Carreña, poco antes de llegar a Poo de Cabrales y a pie de carretera, con un gran aparcamiento, se sitúa el Mirador del Pozo de la Oración. Desde este lugar se tiene una excelente panorámica de los Picos de Europa, con el Naranjo de Bulnes como principal atractivo. La distancia en línea recta desde este punto, son 10 Km.


Pasado  Poo de Cabrales, donde encontraras espléndidas casas solariegas y podrás disfrutar de un agradable paseo fluvial por la orilla del río, descubriendo una presa y un puente medieval, llegaremos a Arenas de Cabrales, sin duda la localidad más afamada de todo el municipio y desde donde hace tiempo, especialmente en la primavera-verano se convierte en un constante fluir de montañeros y senderistas, que hacen una parada para reponer fuerzas, preparar la logística de una ruta, o sencillamente para un momento de relax. Una parada para el aperitivo en Sidrería Ribeles. Comida casera y trato cercano.

 
En la salida del pueblo, en dirección a Poncebos, se encuentra la Cueva-Exposición del Queso Cabrales, donde podrás conocer todos los secretos del origen y elaboración de esta joya gastronómica. La cueva-exposición cabrales es una exposición que da a conocer el presente y el pasado del queso de cabrales mediante visitas guiadas que duran aproximadamente 45 minutos. La visita se divide en dos partes de 20 minutos cada una de ellas; la primera se desarrolla dentro de una replica de una cueva natural donde se da a conocer tanto el proceso de elaboración como el entorno y la vida de los pastores en los Picos de Europa. En la segunda parte se puede contemplar un audiovisual de la elaboración hoy en día en una quesería. La visita finaliza con una degustación.

Desde Arenas, continuamos la ruta hasta Poncebos (6 Km.), una localidad situada en medio de una gran garganta rocosa que alberga  las aguas infinitamente cristalinas del río Cares. Es justamente en el puente de Poncebos, donde verás el cartel que te indica que te adentras ya en el Parque Nacional de los Picos de Europa y el inicio de una de las rutas de senderismo más famosas de toda España: la Ruta del Cares, también conocida como la Garganta Divina. También desde este punto puedes coger el teleférico que te lleva al pueblo de Bulnes.


Desde Poncebos seguimos nuestro camino a Tielve ( 5 Km.), otro de esos pueblos llenos de seducción montañera y ganadera, conocido por su buen hacer en la elaboración del queso de cabrales. A la entrada del pueblo merece la pena detenerse para contemplar un molino y un pequeño puente sobre el río Duje, que desciende desde los Picos de Europa, diseñando a su paso por Tielve, pozas ideales para darte un refrescante baño, otro de los atractivos naturales de su paisaje.

Parada para comer en Bar "El Carteru". Comimos el menú que ofrecen: Tortos con queso de cabrales, manzana y cebolla caramelizada, para seguir con una buena fabada y continuar con un excelente cabrito con patatas. El menú un poco caro, pero lo compensa  la calidad y lo bien cocinado de los platos. Recomiendo si el tiempo acompaña comer en la terraza donde disfrutaras de unas vistas espectaculares.


Desde el pueblo salen varias rutas de senderismo: Una de estas rutas, de dificultad moderada lleva a Sotres. En total son 9 kilómetros, solo de ida y se completa en unas cuatro horas. Los menos experimentados pueden probar con la ruta circular de Peña Maín, que tiene una longitud de 11 kilómetros y se completa en unas cuatro horas.
 
Remontando el curso del rio por una sinuosa carretera de 6 kilómetros desde Tielve llegaremos a Sotres. Con sus 1045 metros de altitud es el pueblo más alto de los Picos de Europa y como todos los demás ha vivido desde siempre del pastoreo y de la elaboración del queso Cabrales, dado que además cuenta con un gran número de cuevas naturales para su maduración. Para aparcar en Sotres, tendrás que hacerlo en la parte alta del pueblo donde hay un parking habilitado, perfectamente señalizado. Pasear por este pueblecito, declarado en  2024 “Pueblo Ejemplar de Asturias”, contemplando la arquitectura tradicional de montaña es toda una experiencia recomendable y que no debes perderte.
 


Dedicaremos la tarde a visitar la Quesería Maín, una quesería artesanal en la que la tradición ha pasado de generación en generación y que ha obtenido varias veces el galardón de mejor queso de Cabrales del mundo. 

Realizamos una visita guiada a una cueva cercana donde maduran los quesos de Cabrales entre amenas explicaciones del guía, para finalizar con una degustación de una selección de estos productos acompañados de sidra. 

Llegada la hora de cenar nos decantamos por el Restaurante Peña Castil, que también es un pequeño Hotel Rural. Cocina casera y buena atención por parte de su propietario Manuel. Entre lo que pedimos, buenas las croquetas de cabrales y el cabrito. Relación calidad precio buena.

Otra buena opción para comer en Sotres es el Restaurante Treselcorral, donde recomiendo el cabrito y lechazo, así cómo su fabada fuera de serie, para terminar con unos frixuelos. Frente a este último local se encuentra Casa Cipriano, un hostal donde además se puede encontrar un muy buen cachopo.
 
Vuelta para el Hotel y fin de esta interesante jornada.
 
 
Otras sugerencias y curiosidades.

* En nuestra vuelta a Valladolid pasando por Oviedo, visitamos el Restaurante El Gaiterin. Trato amable y cercano, especialmente por parte de Quique que te hace sentirte como en casa. Comida tradicional y elaborada por parte de Verónica. Nos sorprendió Quique con una dedicatoria realizada sobre el plato del postre. Un lugar para repetir y recomendar. 


* El queso de Gamoneu se elabora en la zona de Cangas de Onis. Existen dos tipos, el del Valle y el del Puerto. De este último, tan solo 5 pastores lo elaboran de manera artesanal, con una mezcla de tres leches (La DO exige que al menos un 10 % sea de cada tipo de leche). Una vez dado forma al queso, durante 10-20 días se les da un ligero ahumado con brasas de haya (lo que evita que el hongo tipo “penicilium” penetre al interior del queso y se quede solo en la corteza), para pasar madurando durante un periodo de 2 a 5 meses en Cuevas naturales de los Montes de Covadonga. Es un queso duro, lo que hace que se desmenuce con facilidad al cortarlo y con vetas verdosas solo en la zona exterior.

Una visita interesante para ver la elaboración del queso de Gamoneu es pasarte por la Quesería Vega de Ario en Benia de Onís.

* El queso de Cabrales es el queso azul por excelencia en España. Se elabora en cuevas de la zona de Cabrales, en donde las condiciones de humedad y temperatura favorecen el desarrollo del hongo tipo “penicilium”. Tiene un sabor fuerte y persistente, sus vetas verdosas se reparten por todo el interior al carecer de ahumado. Posee una textura semiblanda, por lo que se consume habitualmente untado en el pan.

Otra visita interesante  para ver la elaboración del queso de Cabrales, además de la ya comentada Quesería Main, es pasarte por la quesería  Vega de Tordín.

 


* La única opción para conocer Bulnes, si no lo haces caminando es subir en un tren cremallera o funicular, que te transporta a este roncón de singular encanto. Cuando llegues y cruces el puente sobre el río, te encontraras con un pueblo de cuento con un conjunto de casas de piedra, 
pizarra y madera, con caminos empedrados, que conforma el barrio de La Villa o Barrio bajo. Merece la pena subir 300 metros, aunque sea en cuesta, para llegar al Barrio Alto, donde recomiendo comer, entre espectaculares vistas, en Restaurante Lallende.

El Canal del Texu, como así se conoce la ruta que te permite ir caminando desde  Poncebos a Bulnes en un recorrido de 4 Km, eso si cuesta arriba,  te llevara unas dos horas.

* En Asiego, recomiendo realizar una interesante ruta guiada  Ruta Queso Asiego. Una actividad que se organiza en dos partes: Una excursión por el pueblo, con visita a instalaciones donde se elabora el queso de Cabrales y la sidra, para terminar con una "espicha", que es una comida con platos típicos asturianos y donde se bebe sidra. Totalmente recomendable.


Fin de esta interesante ruta que espero haya sido de vuestro interés.


Jose Maria Vicente
 

 

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