jueves, 10 de octubre de 2024

 



Salimos de Valladolid en dirección a Palencia de donde nos separan 51 Km.


Presidiendo la ciudad nos llamara la atención el Cristo del Otero, una escultura de grandes dimensiones situada en un otero de Palencia, realizada por Victorio Macho. Con sus 20 metros de altura, se encuentra entre las esculturas de Jesucristo mas altas del mundo.

Vamos a dedicar la mañana a visitar la Seo Palentina, apodada popularmente la Bella Desconocida, por no tener demasiada fama y ser poco conocida a nivel nacional. Sin embargo, la visita sorprende al visitante, ya que tras un exterior sobrio y sin grandes ornamentaciones arquitectónicas, esconde en su interior una importante cantidad de obras de arte repartidas entre sus veinte capillas.


Es la tercera Catedral más grande de España, después de la de Toledo y la de Sevilla. Se trata de un templo de grandes proporciones: 130 metros de longitud, 50 metros de anchura en el crucero y unos 43 metros de altura en el ábside.

Es un edificio predominantemente gótico, que comenzó a levantarse en la primera mitad del siglo XIV, con añadidos posteriores incluso en el siglo XX. Es de planta de cruz latina y presenta dos cruceros, una de sus rarezas arquitectónicas, un crucero entre la actual Capilla Mayor y el coro y con otro falso crucero, más estrecho, a partir de lo que fue la primitiva Capilla Mayor, la actual Capilla del Sagrario.

La parte más antigua de la Catedral es la cabecera o ábside, que posee forma poligonal, con grandes ventanales y vidrieras, la mayoría del siglo XIX. En los exteriores, en los contrafuertes, bajo los pináculos, encontraras numerosas gárgolas de piedra, que históricamente han sido figuras rodeadas de cierto misticismo, con temas relacionados con el demonio o animales fantasmagóricos. Llama la atención en los exteriores del ábside, una de ellas con una curiosa anécdota, que representa a un popular fotógrafo palentino, sujetando entre sus manos una cámara antigua con focal de fuelle, que fue colocada por el arquitecto modernista Jerónimo Arroyo durante unas obras de restauración. 

Otra de las más llamativas y próxima a esta última es la que representa a un esqueleto.


El elemento más reconocible de su exterior es la torre de 55 m de altura coronada por una espadaña. Las campanas más conocidas son el Cimbalillo y Zarambombón, con un diámetro de cinco metros y una altura de 1.40 metros, ambas de 1524. Aunque el conjunto al completo está formado por siete campanas, cuatro de ellas recientemente restauradas, que en total suman nada más y nada menos que 6.000 kilogramos de peso.

El exterior carece de una fachada principal, presentando un aspecto austero. Dispone de cinco puertas distribuidas en sus tres fachadas:

En la Plaza de la Inmaculada se sitúa la Portada del Obispo, a la izquierda de la torre. El tímpano tiene una imagen gótica de la Virgen en el centro y las arquivoltas se apoyan en columnas coronadas por apóstoles.

La entrada diaria a la Catedral, a la derecha de la torre se realiza por la conocida como Portada de los Novios o del Salvador, obra del siglo XV, con una sencilla decoración vegetal en sus tres arquivoltas.

La otra puerta abierta al crucero nuevo, es la Puerta de los Reyes o Puerta de San Juan algo degradada por la erosión, al estar situada al lado norte del edificio. 

Sobre esta portada encontraras una sorpresa, concretamente en lo más alto de la puerta, sobre la última arquivolta exterior y también a partir de una restauración a finales del siglo XX, cuando el arquitecto Fernando Díaz-Pinés, inspirándose en la película “Aliens” de Ridley Scott, esculpía dos “aliens”. Eso sí, hay que fijarse bien, debido a que están a más veinte metros de altura. Durante el proceso de restauración de la puerta, se añadió una pequeña escultura que destaca por llevar en la cabeza lo que parece un casco de construcción moderno.

La fachada occidental está orientada al río Carrión en la Plaza de San Antolín y el acceso se hace por una puerta sencilla con el clásico rosetón gótico, que recibe el nombre de Puerta de San Antolín. Tiene anexa la Capilla del Monumento, que sobresale de la fachada.

La fachada norte, orientada a la Plaza de Cervantes, cuenta con la portada que da acceso al crucero y al falso crucero, la Puerta de los Canónigos o Puerta Nueva, ya que fue la última en construirse. Frente a ella se encuentra el Hospital de San Antolín.

En el recorrido por el interior del templo donde predomina la decoración gótica, renacentista y barroca nos detendremos en alguno de los rincones más significativos:

La Capilla del Sagrario, data del siglo XV, se abre al falso crucero y es una de las dos centrales de la catedral, cerrada por una gran reja rematada por un crucificado. En su retablo destaca la talla de la Coronación de la Virgen del siglo XIII. En su recinto compiten en importancia los sepulcros de dos mujeres: el de la Reina Doña Urraca y el de Doña Inés de Osorio, gran benefactora de las obras de la Catedral. La primera de ellas, por ser de cuna regia tenía derecho a ser enterrada allí, pero en el segundo caso no. La manera de solucionarlo fue colocar la tumba de Doña Inés en una posición en la que no estando dentro, tampoco se quedó fuera. A los pies de la figura yacente de Doña Inés descansa la escultura de una criada de cuya coleta tiran las jóvenes palentinas para lograr sus deseos.

 

La Capilla Mayor. Se encuentra cerrada por dos rejas, una que mira al crucero y la otra en el Lado de la Epístola, frente a la Sacristía. El Retablo Mayor acumula cantidad de obras de arte de los siglos XV, XVI y XVII: Las doce tablas de Juan de Flandes, maestro de cámara de la Reina Isabel la Católica, cuentan la historia de la Virgen, Jesucristo y La Pasión. Las esculturas, 32 en total, son de Alejo de Vahía (La Magdalena), Felipe Bigarny, Juan de Valmaseda (El Calvario) y Gregorio Fernández (San Antolín en la calle central). Durante unas obras en 2022 se retiró un zócalo del banco del retablo, saliendo a relucir una azulejería que estaba escondida detrás. Se trata de ocho paneles con las siete virtudes (cuatro cardinales y tres teologales). El correspondiente a la templanza, se eliminó en su día para hacer un paso a la parte trasera del retablo, si bien, se encontraron varios fragmentos que se han restituido en su posición, dejado algunas zonas sin vitrificar.

El Coro, situado frente a la Capilla Mayor se cierra con una reja plateresca del siglo XVI, coronada por una Inmaculada. En su interior destaca la sillería gótica y elevado sobre ella un órgano barroco. Sobre la estructura exterior del coro resaltar el altar donde se encuentra la bella talla del Cristo de las Batallas, de gran devoción popular, que recibe este nombre de la tradición que cuenta que frente a esta imagen del siglo XIV dejaban sus pendones las tropas palentinas antes de partir al combate y en otro altar podemos ver esculturas en piedra policromada de Diego de Siloé. Realmente bello.

 

En el Trascoro resaltar un tríptico flamenco con la Virgen de los Dolores en la tabla central y en siete pequeñas tablas la representación de los 7 dolores de la Virgen. (La profecía de Simeón, La huida a Egipto, El Niño perdido en el Templo, María se encuentra con Jesús camino al Calvario, Jesús muere en la Cruz, María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz y Jesús es colocado en el Sepulcro).

 

Justo enfrente del trascoro se encuentra la Cripta de San Antolín, el vestigio más antiguo del templo, que es el resto de un edificio visigodo de mitad del siglo VII, construido con y sobre restos romanos. Se accede a la cripta por una hermosa escalera plateresca que presenta una decoración que narra el martirio de San Antolín y la leyenda del Rey Sancho. Hoy en día se mantiene la tradición de que las aguas del pozo que se encuentra en el interior mantienen propiedades curativas, así es costumbre, acudir el 2 de septiembre, festividad del Santo a beber el agua proporcionada por el cabildo.

 

El Claustro del siglo XVI obra de Gil de Hontañón ocupa un lateral del lado de la Epístola, desde el crucero hasta los pies del templo. Dispone de dos accesos con una primera entrada gótica y otra plateresca, siendo la puerta de madera con escenas de la vida de San Antolín, atribuida a un discípulo de Alonso Berruguete. Tiene la particularidad de que cada galería presenta un modelo de bóveda diferente.

Después de pasear pausadamente por la Catedral por alguno de sus rincones mas interesantes, queda todavía detenernos en alguna de sus Capillas: las situadas en la girola y el resto distribuidas a lo largo de la Nave del Evangelio, pues el lado de la Epístola esta ocupado por el claustro.

 

Capilla de la Reliquias, también conocida como Capilla del Monumento. Situada en el centro de la girola, al fondo de la nave del Evangelio es la última construida en el templo, que data del siglo XVIII. Al exterior muestra chapitel y cubierta de pizarra. En su interior, podemos ver un zócalo de azulejos y una decoración a base de yeso policromado, con un retablo con hornacinas que servían para alojar reliquias.

 

Capilla de San Pedro o de los Reyes, situada en la girola, así llamada porque en su interior se encuentra un relieve de los Reyes Magos.

 

Capilla de San Gregorio, donde podemos ver en la predela del retablo una iconografía sorprendente. Se trata de un trasplante de pierna, realizado por los santos Cosme y Damián.

 

La Capilla de la Virgen Blanca ha sido otra de las zonas donde se ha intervenido recientemente. Previamente ya se habían llevado a cabo trabajos de restauración en las bóvedas y en las vidrieras del siglo XIX, así como en la mitad superior de la capilla, por lo que quedaba pendiente restaurar la parte inferior, que comprende la reja de la capilla del S. XV y los dos sepulcros (que son anteriores a la propia capilla). La imagen de la Virgen Blanca que preside esta capilla es una bella talla gótica en piedra. Además, según dice la tradición es la capilla donde se colocó la primera piedra de la catedral.

 

Capilla de San Idelfonso, con un excepcional retablo renacentista de Juan de Valmaseda y donde podemos ver sobre la ventana ojival una bella vidriera del siglo XVI.

 

Uno de los elementos más entrañables de la Catedral es su “papamoscas”. Se trata de un autómata que, conectado al reloj de la torre, permite conocer las horas dentro del templo. Está compuesto por tres personajes: un león, un negro con chistera y un soldado con un escudo. El reloj fue contratado por el cabildo en 1524. El león, que enseña su lengua, y el soldado, con barba y armadura, tocan sendas campanas, dependiendo de si dan los cuartos o las horas. El personaje central y que le da el nombre, es un hombre de color con sombrero alto que al abrir la boca para dar las horas se le dice “papanatas”, de lo que derivaría en ‘papamoscas’. El papamoscas se encuentra en el triforio del crucero (balconada que se apoya sobre los arcos en la segunda planta del templo), a la derecha de la capilla mayor según se mira de frente y hacia arriba.


La Sala Capitular, alberga el Museo Catedralicio, que  cuenta con obras de arte de incalculable valor. Alguna de las mas interesantes:

 

* Lienzo de Martirio de San Sebastián (El Greco).

* Llanto sobre Cristo muerto (Felipe Vigarny).

* Cruz procesional de Juan Benavente.

* Tapices flamencos del siglo XVI.

* Díptico Pasión de Pedro Berruguete, con el Calvario.

* Un cuadro de Carlos I, de rostro anamorfo, imposible de descubrir a simple vista, para verlo bien hay que mirarlo desde un agujero practicado en el lateral del marco.

 

Espero que esta ruta haya sido de interés.



Jose Maria Vicente

 

 

 

 

 

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