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Soria en 2 días
Salimos de Valladolid en dirección a Soria, de donde nos separan 206 Km. Esta pequeña ciudad castellana situada a orillas del rio Duero, alejada de los circuitos turísticos de España, atrajo e inspiró a ilustres poetas como Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego o Antonio Machado, tiene mucho patrimonio que visitar y rincones llenos de encanto, que te harán pasar una interesante estancia en esta, la segunda capital española con menor número de habitantes de España. La visita puede organizarse en dos itinerarios uno que transcurre por el casco histórico de la ciudad y otro por la ribera del Duero.
Iniciamos nuestro recorrido por el casco histórico de la capital soriana en el Parque de la Alameda de Cervantes, uno de los jardines públicos más antiguos de España, que te recomiendo si dispones de tiempo visitar. Junto a los jardines, en la Plaza Mariano Granados, es donde se ubica la Oficina Municipal de Turismo donde podemos conseguir información de la ciudad. En esta misma plaza, en el N.º 3 se sitúa la Mantequería York, donde cogimos fuerzas con un desayuno a base de chocolate con churros y una rica tostada con mantequilla soriana. Para aquellos que no la conozcan recomiendo probar la Costrada de Soria, un postre tradicional soriano elaborado superponiendo capas de hojaldre y rellenos de nata o crema.
Nos adentramos en el casco histórico por la calle Marqués de Vadillo, para torcer a la izquierda por la calle Aduana Vieja, jalonada de esplendidos palacios renacentistas y barrocos, testigos de la prosperidad de la urbe durante los siglos XVI y XVII. Alguno de los Palacios que más nos llamaron la atención: Palacio de los Ríos y Salcedo, construido en mampostería y sillares dentro de la más pura tradición plateresca, donde destaca el balcón central, coronado por un frontón y la singular ventana en esquina (Alberga en la actualidad el Archivo Histórico Provincial).
Palacio de los Castejones, del S. XVIII, aunque se encuentra muy deteriorado por el llamado mal de la piedra, destaca el escudo de la familia en la portada de acceso. Actualmente unido al contiguo palacio de Diego de Solier.
Palacio de los San Clemente o del Vizconde de Eza, casa de una de las familias más influyentes de la ciudad, que formaba parte de los Doce Linajes. Construido en el siglo XII, de su sencilla fachada destaca el escudo barroco familiar, que representa un águila bicéfala rodeada por el lema “Fieles a Dios, al Rey y a la Patria”. Esta casa sirvió de alojamiento al Rey Alfonso XIII en su visita a la ciudad para inaugurar el Museo Numantino. En este momento es propiedad de la familia Marechalar, el que fuera marido de la Infanta Elena.
Casi frente a esta último Palacio se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, construida a finales del siglo XII, que posee una monumental fachada románica en su lado occidental, de la que destaca su gran rosetón, sus capiteles con escenas del Antiguo Testamento, pero sobre todo, las cuatro arquivoltas de la entrada, que nos narran escenas de la Biblia: En el interior representa los veinticuatro ancianos de la Apocalipsis, la segunda representa escenas de la matanza de los inocentes por Herodes, la tercera narra la infancia de Cristo y la última y más interior está dedicada a la Pasión de Cristo. Observa el pantocrátor del tímpano de la portada, que representa a Dios Padre bendiciendo con la mano derecha y sentado en su regazo la imagen de Cristo. Una vez que te deslumbres con los exteriores, entra en el interior y disfruta con los cantos de las monjas clarisas que viven en el convento contiguo. Este templo, que fue donde se casaron Alfonso VII con Leonor de Inglaterra. A las 19 horas recomiendo pasar y oír cantar a las monjas clarisas el rezo de las “vísperas”.
En la contigua Plaza Vergel podemos ver una estatua del poeta Antonio Machado, así como el Instituto Antonio Machado. Comenzó a construirse en 1575 con piedra procedente de la demolición de la contigua iglesia románica de San Miguel, bajo el mecenazgo de los Jesuitas. En 1740 un terrible incendio destruyó el edificio casi por completo, pero los Jesuitas lo reedificaron poco después. En el interior, el claustro aún recuerda la distribución de un monasterio y se conserva tal y como era entonces el aula donde dio clases Machado, que llegó a Soria en el año 1907 a los 32 años de edad para ocupar su cátedra en francés.
Bajando por la calle Estudios pasaremos por el Mercado Municipal hasta llegar a la Plaza de San Blas y Rosel, conocida como la “tarta”, sobrenombre debido al Monumento a los Doce Linajes, cuya disposición se asemeja a la de una tarta. En la rueda de los doce linajes están circunscritos los escudos de las casas nobiliarias que tenían bajo su responsabilidad el gobierno de la ciudad en el siglo XVII.
Desde aquí, por los soportales de la comercial calle Collado, duerme y vive como detenido en el tiempo el Círculo de la Amistad Numancia, fundado en 1848, conocido popularmente como El Casino y que en sus orígenes era como un club social para comerciantes y profesionales, un lugar de ocio donde encontrarse a charlar y pasar el rato. Si tienes tiempo pásate por la 3ª Planta, donde podrás visitar la Casa de los Poetas. Este museo es un espacio expositivo e interactivo dedicado a los grandes líricos que cantaron a Soria: Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer y Gerardo Diego que dedicaron sus versos a Soria., siendo desde entonces una ciudad de poetas. Junto a esta casa podemos ver la escultura del poeta cántabro Gerardo Diego, que también dio clases en el Institutito años después de Machado.
Caminando por la comercial calle Collado, nos desviamos a la derecha por la calle San juan para llegar a la Iglesia San Juan de Rabanera. Recomiendo que te acerques por la portada de San Nicolás que cuenta con un arco y cuatro pilares con capiteles que representan escenas de la vida de Cristo. Esta portada es la que estaba originalmente en la románica iglesia de San Nicolás de la que ahora solo quedan ruinas y donde a inicios del siglo XX decidieron colocarla aquí. Merece resaltar el original ábside donde se abren ventanas y arquerías ciegas. De su interior es bastante sencillo y austero resaltar un crucifijo románico situado en el altar mayor.
Junto a la iglesia, en la calle Caballeros no pasa inadvertido el actual Palacio de la Diputación, escoltado en su exterior por una recopilación de estatuas de bronce sobre pedestales de granito que representan a ocho relevantes personajes históricos vinculados a la provincia de Soria. En su interior merece la pena contemplar el lienzo de “Los últimos Días de Numancia”, obra de Alejo Vera y Estaca (1880), en la que nos presenta el momento en el que las tropas de Publio Cornelio Escipión Emiliano llegaron a la ciudad de Numancia.
Regresamos de nuevo a la calle Collado caminando por la calle San Juan y un poco más adelante, llegaremos a la Plaza Mayor, flanqueada por algunos edificios históricos, como la iglesia de Nuestra Señora de la Mayor, templo originalmente románico de cuya época solo conserva la portada, un sepulcro y parte de la torre. Durante el siglo XVI fue reconstruido parte del templo. De su interior destaca sobre todo el retablo mayor, de estilo plateresco, perteneciente a la escuela de Juan de Juni, cuya estructura sigue la del retablo mayor de la Catedral. El Templo fue eco de alegrías y penas para Antonio Machado, pues en esta iglesia se casó con Leonor y también se ofició el funeral de la misma tres años después.
Por último, cabe destacar junto a la fachada de la iglesia, en el conocido como “Rincón de Leonor”, la escultura en bronce representando la figura de Leonor junto a una silla vacía. Que, por cierto, no hay turista que no sucumba a la tentación de sentarse en ella y tomarse una foto. Otros dos edificios emblemáticos de esta plaza son la Casa Consistorial, edificio que viene a ocupar el solar donde estuvo la antigua Casa de los Doce Linajes cuyo blasón rodado podemos contemplar encima de la balconada.
Para completar los atractivos de la plaza, encontrarás la Fuente de los Leones, también conocida como “La Viajera” por sus muchas ubicaciones en la ciudad. En ella podemos ver una inscripción que se hizo en 1798.
En un extremo de la Plaza podemos ver la Torre de Doña Urraca donde cuenta la leyenda utilizo la Reina de Castilla Doña Urraca a su paso por Soria.
Desde la Plaza Mayor, pasando por el Arco del Cuerno, llamado así porque desde aquí salían los toros para los festejos taurinos que se celebraban en su día en la Plaza, giraremos a la izquierda por la calle Zapatería, para desviarnos posteriormente a la derecha por la calle Común, hasta llegar al Palacio de los Condes de Gómara. un singular ejemplo de la arquitectura renacentista española. Resaltar la monumental fachada que no está completa según la idea original la cual iba a ser mucho mayor ya que, según la leyenda, Felipe II vetó el proyecto original para impedir que el palacio eclipsase al Monasterio del Escorial en plena construcción en ese momento. En la actualidad es el Palacio de Justicia de Soria. Aunque no se puede visitar su interior, te recomiendo acercarte a verlo porque es precioso y está declarado Bien de Interés Cultural.
Parada para comer en La Chistera (Alberca 4). Donde encontraras un menú genial y trato muy bueno.
Partiendo de la Plaza Mayor, atravesando el Arco del Cuerno, giraremos a la derecha para bajar por la calle Zapaterías, que posteriormente cambia de nombre por calle Real, pasando junto al Convento del Carmen, que fundara Santa Teresa y por las ruinas de la Iglesia de San Nicolas, hasta que aparece la Concatedral de San Pedro, ya que la sede catedralicia se encuentra en El Burgo de Osma. En el exterior, muy sobrio, destaca la portada sur, de estilo plateresco presidida por la imagen de San Pedro. De la Torre, destacar el conjunto de campanas, cinco de ellas anteriores a 1700. Merece especial atención de su interior es el Retablo Mayor, una joya de la imaginería castellana, obra de Francisco del Río del siglo XVI, narrando episodios de la vida de San Pedro. Otras obras de gran valor son un tríptico flamenco que muestra la presentación del Niño Jesús y un lienzo del Santo Sepulcro atribuido a Tiziano, que podemos ver en el trascoro. El Claustro procede de la Colegiata inicial del siglo XII, aunque este fue finalizado en el siglo XIII. Esta joya de la arquitectura está dotada de grandes dimensiones (30 x 30 metros) y se configura como un patio románico de enormes influencias con el Monasterio de Silos y conserva tres de sus galerías, destacando la puerta del antiguo Refectorio y la entrada a la Sala Capitular.
Continuamos caminando en dirección al Puente de piedra de origen medieval sobre el rio Duero y mientras lo cruzamos, pudimos ver en lo alto de la ladera el Mirados de los Cuatro Vientos. Una vez que lo cruces, casi llegando a la entrada del Monasterio de San Juan de Duero verás el conjunto escultórico realizado en bronce dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer y a su obra. Quizá el monumento más representativo de Soria sea el antiguo Monasterio de los Caballeros de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Duero, una verdadera joya del románico español. Del antiguo Monasterio, que se cree que se construyó sobre el siglo XII, solo se conserva la iglesia y las bellas arquerías del claustro, en donde se combinan diferentes estilos, como el románico y el mudéjar. El claustro posee cuatro tipos de arcos distintos: El primer tramo con arcos de medio punto que se apoyan sobre columnas dobles, los habituales del románico. El segundo tramo con arcos es de herradura apuntados, que se apoyan sobre columnas dobles. Los del tercer tramo son los más curiosos, son arcos entrelazados que descansan directamente sobre pilares decorados con molduras. En el cuarto tramo son también arcos entrelazados, pero en esta ocasión descansan sobre capiteles y columnas dobles. ¡sencillamente espectacular También se puede entrar a ver el interior de la iglesia, donde destacan los “templetes” situados a ambos lados del presbiterio, que se alzan sobre cuatro columnas con bellos capiteles adornados con escenas bíblicas!
La razón de estos dos templetes se atribuye al antiguo ritual cristiano de forma que podía cerrarse el espacio que quedaba entre ambos y ocultar al sacerdote en el momento de la consagración, siguiendo las normas del rito griego, que haría las veces de iconostásis.
Para finalizar te recomiendo que disfrutes del ambiente de bares y tapas que aguardan al visitante para disfrutar de la rica y variada gastronomía de esta tierra. Hacia el final de la calle Collado encontramos la Plaza de San Clemente, más conocida por los sorianos como "El tubo estrecho", entre los bares que puedes encontrar recomiendo el Bar Poli (Probar la tapa de Champiñón). En la misma calle Collado: En el N º52, se sitúa la Taberna Vinos Lázaro, la tasca más antigua de la capital que data de 1932, donde podemos tomar una mistela con aceitunas, casi su única tapa).
El Bar Torcuato en el N.º 34, podemos hacer una parada y probar las “almitas”, un aperitivo hecho de tiras de torrezno muy finas y las croquetas de boletus.
La Cocina del Casino en el N º 23, es una buena opción para tomar un café. Otra zona animada de bares es el llamado "El Tubo ancho", que resulta ser la calle Manuel Vicente Tutor, la que va desde la Plaza de Toros hasta la Plaza del Salvador. Otra zona de tapas la encontramos al final de la calle Marqués de Vadillo, en la Plaza Ramon Benito Aceña, antiguamente llamada Plaza Herradores, donde recomiendo parar en Bar Apolonia (Probar los Calamares). En la Plaza Mayor, recomiendo probar el "torrezno de Soria" de Casa Augusto, ganador de varios premios como mejor torrezno del mundo, son espectaculares.
El Hotel elegido en esta ocasión ha sido el Hotel Plaza Mayor. Un hotel sencillo, con instalaciones cuidadas y vistas a la Plaza Mayor soriana. En otra ocasión, estuvimos en el Hotel Apolonia en la Plaza Herradores. En el Próximo viaje probaremos en el Hotel Cortabitarte, en la calle Collado.
Otras sugerencias y curiosidades.
* Si dispones de más tiempo recomiendo visitar la Iglesia de Ntra. Señora del Espino, patrona de la ciudad, en cuya fachada exterior puede contemplarse una concha, un bastón y una calabaza símbolos del peregrino. Para acceder al templo recomiendo partir de la Plaza Mayor y subir por la calle Posito. Frente a la iglesia, podemos ver un viejo olmo convertido en el símbolo del conocido poema de Antonio Machado “A un Olmo Seco”. La iglesia data del siglo XIV y adoptó su aspecto actual en el siglo XVI. A finales del siglo XVII la virgen del Espino fue nombrada patrona de la ciudad y fue entonces cuando colocaron su imagen en el altar mayor. Los restos de la joven esposa de Antonio Machado, Leonor Izquierdo descansan en una tumba del cementerio de la ciudad junto al muro de esta iglesia.
* Como continuación a la visita de San Juan de Duero a través de un paseo bordeado de álamos, que discurre junto a las aguas del Duero y a la vista del Monte de las Animas, llegaremos el Monasterio de San Polo, de tradición templaria que en el pasado fue cobijo de estos monjes guerreros. La parte más antigua es el claustro, S.XII, del cual queda una puerta con arco de medio punto y dos sencillas arquivoltas. Del convento, solo se conserva parte de la iglesia de estilo románico y gótico. Al final del camino encontramos la Ermita de San Saturio, una ermita construida en la roca, casi desafiando la gravedad lo que le da aire de misticismo y encanto, que la convierten en uno de los enclaves naturales más llamativos de la ciudad. La ermita, que rinde culto al Santo patrón de la ciudad -Saturio-, fue erigida sobre las cuevas donde este santo vivió durante 30 años en el siglo VI. Acoge unas impresionantes pinturas al fresco que narra la vida del Santo.
* A 9 Km de la capital, en la localidad de Garray se encuentra el Yacimiento Arqueológico de Numancia. Un paseo entre restos de esta ciudad celtibera y posteriormente romana.
* Al finalizar la calle Marques de Vadillo, antes de entrar en la calle Collado, se encuentra la Plaza de la Mujeres, que cuenta con una escultura de la cabeza de una mujer sobre un pedestal, un claro homenaje a la figura de la mujer. Contigua a esta ultima plaza se sitúa la Plaza del Olivo, donde recomiendo detenerte en el Palacio del Marques de Alcántara. Construido en el siglo XVII, defendía la Puerta de Rabanera, ultima que se conservaba del recinto amurallado, derribada en 1887. En la actualidad es una vivienda particular.
* Te recomendamos visitar sin prisa el auténtico jardín de esta ciudad, situado en su corazón, el Parque de la Alameda de Cervantes (aunque todos se refieren a él como la Dehesa). En su interior conserva cantidad de árboles y arbustos y entre los rincones que recomiendo detenerte está el curioso " Árbol de la Música ", este árbol era un olmo centenario que se le rodeo de un templete sobre el que tocaban los músicos, pero debido a una enfermedad fue talado y ahora podemos ver en su lugar un castaño de Indias.
A pocos pasos del parque se encuentran los Jardines conocidos como “Rincón de Bécquer”, dedicado al escritor sevillano que paso un tiempo por estas tierras.
En un lateral del parque se encuentra el animado Paseo del Espolón y frente a el la Ermita de la Soledad, obra del siglo XVII que guarda en su interior la valiosa talla barroca del Cristo del Humilladero, atribuida a Juan de Juni. Casi enfrente, en el N.º 8 se encuentra el Museo Numantino, donde podemos ver importantes hallazgos arqueológicos de toda la provincia.
* En el camino de vuelta a Valladolid nos hemos detenido en Calatañazor. Dejamos el coche en el parking habilitado a la entrada del pueblo y comenzamos el recorrido caminando por la Calle Real, donde podemos observar un claro ejemplo de la arquitectura popular con casas porticadas sostenidas por columnas de madera, algunas de ellas de barro y paja con entramados de madera, que antiguamente provenían de la resistente madera de los bosques de sabinas (uno de ellos a pocos kilómetros, en dirección a Muriel, el Sabinar de Calatañazor).
Esta última calle nos conduce hasta la Iglesia de Santa María del Castillo, mezcla de estilos gótico y románico, a cuya época pertenece la portada occidental y todo el muro sur. En su interior se conserva una imagen del Cristo de Calatañazor o del Amparo, una talla del siglo XV y una Pila bautismal del siglo XI, además de un pequeño Museo. Seguimos calle arriba hasta llegar a la curiosa Plaza Mayor, de forma triangular, presidida por un rollo medieval, para hacernos recordar que la villa gozaba del privilegio de impartir justicia a los malhechores, ya sea con la pena de muerte o con la exposición o vergüenza pública que suponía «estar en la picota».
Al frente de la Plaza no quedan más que las ruinas del Castillo de los Padilla. Sobreviven algunos lienzos de la muralla y parte de la Torre del Homenaje. Desde lo más alto de la torre nos permitió ver unas vistas impresionantes de la llanura conocida como “Valle de la Sangre”, nombre debido a la cruenta batalla que aquí tuvo lugar entre árabes y cristianos. La leyenda popular que siempre acompañará a este lugar, dice que «En Calatañazor perdió Almanzor el tambor» y es que, al parecer, aquí el gran caudillo árabe perdió una batalla que desequilibraría la balanza entre los reinos cristianos y el Al-Ándalus. Herido se retiraría camino de Medinaceli, falleciendo bien en ésta última o bien en Bordecorex. Además, junto al castillo y cercano al rollo encontramos la Piedra del Abanico, que es una hoja de palmera fosilizada. Por último, en la plaza también podemos ver el Busto de Almanzor, como homenaje de la villa a este singular personaje. Otra de las peculiaridades de Calatañazor reside en sus chimeneas cónicas coronadas por un puntiagudo adorno metálico, que le dan un toque «mágico» al pueblo, sobre todo al atardecer.
Desde la Plaza Mayor subiendo por la calle Tirador, paralela a la calle Real encontramos un curioso restaurante, El Palomar de Calatañazor. En el interior, un edificio circular con más de tres siglos podemos ver las oquedades donde un día se posaban las palomas para anidar. En las proximidades al pueblo se encuentra el Monumento Natural de la Fuentona de Muriel, que constituye un escenario difícil de olvidar, con sus aguas limpias y cristalinas del nacimiento del río Abión y que conforman uno de los mejores espectáculos de la naturaleza de toda Castilla y León.
* Una breve ruta de donde comer los mejores Torreznos de Soria, publicado por el Heraldo Diario de Soria. Mejores Torreznos de Soria
Espero que esta ruta haya sido de tu interés e utilidad.
Jose Maria Vicente






















































