miércoles, 16 de agosto de 2017


Salimos de Valladolid en dirección a Huesca y después de 495 Km llegamos a la Capital del Alto Aragón, observando cómo la ciudad vieja se agrupa en lo alto de una colina presidida por la majestuosa silueta de la Catedral.
 
El mejor punto de partida para comenzar nuestro recorrido por la ciudad es la Catedral de Santa María, situada en pleno corazón del barrio antiguo. Se trata de un edificio gótico construido entre los siglos XIII y XVI levantado en el mismo solar que ocupo en su día una mezquita. La puerta principal se encuentra adornada por siete arquivoltas, mientras que en las jambas podemos ver las figuras de los Apóstoles y los patrones de la ciudad, las cuales se encuentran un poco deterioradas por el paso del tiempo.
En el interior, nos maravillamos ante el impresionante retablo mayor realizado en alabastro, con escenas de la pasión de Cristo, así como con la bella vidriera de la Ascensión, recientemente restaurada. 
Justo frente a la Catedral, nos encontramos con el Ayuntamiento, un buen ejemplo de la arquitectura civil; se trata de un palacio del siglo XVI jalonado exteriormente por sendas torres, siendo de resaltar de su interior la hermosa techumbre de madera del patio, una magnifica escalera y el lienzo “La Campana de Huesca”, que representa la famosa leyenda de los nobles y el Rey Ramiro II, que podemos contemplar en el Salón de Justicia. Anexo a este edificio se encuentra el Colegio de Santiago, con una interesante fachada.
Un alto en la ruta y parada para comer. Nos recomendaron el Restaurante “La Vicaria”, en donde tomamos un estupendo menú con variedad de platos y calidad en los productos con lo que les elaboran (16 € al ser festivo). También es una buena opción si se quiere comer de raciones.
 
Para bajar un poco la comida nos acercamos hasta el pulmón verde de la ciudad: el Parque Miguel Servet, dedicado a uno de sus hijos más ilustres, el científico Miguel Servet. En este relajante paseo observamos numerosas especies arbóreas y algunos monumentos interesantes: las Pajaritas de Ramón Acín, emblema de la ciudad o una réplica de la casita de Blancanieves.
Continuamos nuestro paseo por la ciudad hasta llegar a la plaza de Luis López Allué, popularmente conocida como la plaza del Mercado, ya que aquí se situaba el mercado de abastos hasta no hace mucho tiempo. Uno de los establecimientos más emblemáticos que no debemos dejar de visitar en esta plaza, es la tienda de ultramarinos “La Confianza”, este comercio abierto al público en el año 1871, ha sabido cuidar la decoración del local a lo largo de generaciones y en su interior son de destacar las originales pinturas que decoran los techos. (Está considerada la tienda en activo más antigua de España).
Muy cerquita de esta Plaza, se encuentra la bella Iglesia románica de San Pedro “El Viejo. Este antiguo monasterio fue visigodo, mozárabe y finalmente románico; resaltar en su exterior la espectacular torre hexagonal y del interior, el claustro que conserva 18 capiteles originales y en donde nos llamo la atención la gran cantidad de sepulcros que alberga entre sus muros. En una de sus capillas están enterrados los Reyes de Aragón: Ramiro II y Alfonso II, como curiosidad son los únicos que no lo están en el panteón Real de San Juan de la Peña. Destacar también la rica sillería gótica del coro.
A estas alturas de la tarde, nos acercamos hasta la zona llamada del Tubo, en donde disfrutamos con un buen tapeo en la animada noche de Huesca. Alguno de los lugares por donde pasamos: El Bar Valero, en la calle Artigas, uno de los destinos más populares y en donde probamos la clásica tortilla de patatas, que estaba realmente buena ; el Café del Arte, situado en el bello Edificio del Casino en la popular Plaza de Navarra;  Juli Tapas, en donde probamos un pincho llamado “triton”, elaborado a base de solomillo-pate-patata asada, muy sabroso y cerca de la Catedral, la pulpería La Plancha a Babor, en donde degustamos un rico pulpo.
 
Prueba de la tradición repostera de Huesca, son las numerosas pastelerías que puedes encontrar  a lo largo de la ciudad. Una de las que recomiendo no perderse es la centenaria Pastelería “Ascaso” (calle del Coso Alto, 9), en donde no debes dejar de probar la especialidad de la casa: los pasteles rusos ¡Una verdadera delicia ¡
El Hotel elegido para pernoctar es el ABBA, situado en la parte nueva de la ciudad. Es un Hotel que no es como otros de la cadena, necesita mejoras y mayor mantenimiento.

En este segundo día, nos dirigimos a visitar el pueblo medieval Alquezar. Situado a 50 Km de Huesca a los pies de los Pirineos en un promontorio rocoso al margen derecho del río Vero; este pequeño pueblo se ha convertido en un famoso destino turístico, sobre todo por los amantes del senderismo y la escalada.
En el recorrido que realizamos por su  Casco Histórico el tiempo parece haberse detenido en la Edad Media, encontrándonos con un laberinto de estrechas callejuelas en donde observamos numerosas casas de piedra con escudos sobre sus fachadas y curiosos pasadizos que comunican una calle con otra. Como curiosidad, observamos colgadas patas de jabalí en las fachadas de algunas casas, que según los lugareños tenían como misión protegerlas de las fuerzas del mal y propiciar la fertilidad del campo y de los animales.
 
Por una empinada cuesta nos dirigimos hasta el Castillo-Colegiata de Santa María la Mayor, que preside la villa en medio de un impresionante paisaje y que se asienta en el lugar donde antaño estuvo una antigua fortaleza musulmana. Del primitivo templo solo queda el atrio románico que le daba acceso, cuyas arcadas se integraron en el claustro del siglo XVI en que se erigió una nueva iglesia gótica. De su interior, destacar el magnífico retablo mayor, un órgano barroco y el impresionante Cristo de Lecina que data del siglo XIII.

Justo al principio de la ruta de las pasarelas, se encuentra la Panadería - CafeteríaL Artica”, lugar en donde entramos a tomar un café con un dulce típico llamado “dobladillo”; el local dispone de una terraza con vistas extraordinarias al cañón del río Vero. (También te ofrecen la posibilidad de comprar un “pack” que contiene: bocadillos, agua, frutos secos y chocolate, lo que te permite comer mientras realizas la ruta de las pasarelas).

La ruta de las Pasarelas que realizamos a continuación, nos permitió admirar la belleza del cañón del río Vero en un recorrido circular de unas 2 horas y 3 kilómetros de recorrido entre unos paisajes maravillosos. La ruta parte de la Plaza Mayor para después dirigirnos a la calle que lleva a la Colegiata y descender por una rampa en el primer desvío izquierdo. En este punto puede verse una indicación que indica “Barranco de la Fuente”, pronto encontramos las primeras pasarelas de madera que nos ayudan a descender hacia el cauce y que nos llevara a la desembocadura del barranco en el río Vero; en esta zona nos encontramos un cruce y de frente nos detenemos para visitar la impresionante cueva natural de Picamartillo, situada en la margen izquierda del río. 
Regresamos al cruce anterior y nos dirigimos hasta las pasarelas metálicas situadas en la pared rocosa sobre el cauce del río Vero, las cuales nos conducirán en medio de un impresionante paisaje hasta la vieja presa y posteriormente a la antigua central hidráulica, para volver a continuación de nuevo hasta el pueblo.
Ponemos rumbo a la capital de la Comarca del Somontano y después de 22 Km, llegamos a nuestro destino, Barbastro. Nuestra primera parada, dada la hora, es para comer en Restaurante el Rincón;  comimos un extraordinario menú de 16,5 €, muy bien elaborado y con gran variedad de platos.

Para recabar información de la ciudad nos detenemos en el Conjunto de San Julián y Santa Lucia dado que en las dependencias del antiguo Hospital de San Julián que data del siglo XVI, se encuentra la Oficina de Turismo. La Iglesia gótica de San Julián acoge el Centro de Interpretación de la Comarca del Somontano en donde a través de un espectáculo de luz y sonido introduce al visitante en la historia de esta comarca. En la primera planta, se encuentra ubicado el Museo del vino, bajo el título genérico de "El Espacio del Vino del Somontano".

Nos dirigimos ahora a visitar la Catedral de Santa María que constituye el monumento más emblemático de la ciudad. Se levanto sobre una mezquita y su construcción se inició en 1517. Se trata de un templo de inspiración gótica y construcción renacentista. La torre campanario se encuentra separada del templo, dado que antes de construirse la Catedral cumplía las funciones de minarete. En su interior destacar el retablo mayor con su basamento en alabastro y la capilla del Cristo de los Milagros de gran devoción en la ciudad.
El Hotel elegido para pernoctar en Barbastro es el San Ramón de Somontano”. Hotel céntrico con habitaciones de amplias y una decoración moderna.

En este tercer día lo dedicamos a conocer la Comarca de Ribagorza, situada al noroeste de Huesca y a los pies de los Pirineos.
Nuestro primer destino es el Santuario de Torreciudad, situado a 24 Km. de Huesca en un paraje de gran belleza natural. El nombre de este joven Santuario proviene de una vieja torre de vigilancia de la época árabe, que puede visitarse junto a la ermita .Su construcción fue promovida por el fundador del Opus Dei y se abrió al culto en 1975.En el interior, destacar el retablo mayor esculpido en alabastro con una bella talla románica de la Virgen de Torreciudad en el centro del mismo.
Ponemos rumbo a la ciudad medieval Graus, municipio oscense que se encuentra en la confluencia de los ríos Ésera e Isábena. Es la capital administrativa de la Ribagorza y se considera puerta de entrada a los Pirineos centrales.
 
Realizamos un recorrido por su Conjunto Histórico, caminando por la porticada calle Mayor que nos conduce a la también porticada Plaza Mayor, en esta ultima son de destacar algunas casas-palacio como la Casa Pentineta o Heredia, bellamente decoradas con pinturas del siglo XVIII. 
No debemos perdernos la vista de la Basílica de la Virgen de la Peña, obra del siglo XVI con un bello claustro y unas espectaculares vistas que podemos contemplar desde su mirador.
Parada para comer en Restaurante” El Criticón”, un sitio encantador con un menú bastante elaborado, aunque no es barato,  mereció la pena por la calidad del mismo.

Continuamos la ruta en dirección a Roda de Isabena, que puede presumir de ser la población más pequeña de España que cuenta con un templo catedralicio, ya que fue sede episcopal desde el siglo X al XII. Un aspecto que llama la atención en la Catedral de San Vicente, es la cripta central en donde se conservan en un bello sepulcro los restos de San Ramón, con la peculiaridad de que se encuentra descubierta y casi al mismo nivel que la nave central, lo que obligo a sobre elevar el altar mayor. Adosado a la Iglesia se encuentra el claustro de planta trapezoidal, de donde parten interesantes salas como la del antiguo refectorio cisterciense, que en la actualidad es un encantador restaurante de la red de Hospederías aragonesas o la Sala Capitular que da paso a la capilla de la enfermería con bellas pinturas murales.
De vuelta de nuevo a Barbastro, paseamos por su casco histórico;la calle hermanos Argensola nos llevara a los tiempos del Renacimiento a través de edificios como la casa Latorre o el Palacio de los Argensola, que destaca por su galería de arcos y un gran alero del siglo XVI tallado en madera; nos encontramos en el recorrido con la Plaza del Mercado, que cada sábado concentra a numerosos hortelanos de la comarca. 
Al otro lado del río, desde la Iglesia de San Francisco se contempla una de las vistas más pintorescas de la ciudad y sus puentes. Muy cerca se encuentra el Pozo de Hielo de la Barbacana, obra arquitectónica del siglo XVII construida con el fin de almacenar y conservar nieve y hielo para abastecer a la ciudad y la comarca en los meses de verano.

Recomiendo visitar la centenaria Pastelería “Albas” y tomar un dulce llamado "Biarrritz", elaborado a base de almendra, huevo y azúcar (C/San Ramón 23).

Este cuarto día salimos en dirección a Valladolid, realizando una parada en Zaragoza para visitar la espectacular Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en donde según cuenta la tradición se apareció la Virgen al apóstol Santiago. De su interior, destacar la cúpula Regina Martirum con unos bellos frescos de Goya y la capilla de la Virgen, obra de Ventura Rodríguez.Como curiosidad, en la pared este del templo podemos contemplar los impactos ocasionados por los cañonazos de los franceses durante el ataque realizado a la ciudad en 1808. Es interesante subir en ascensor a la torre que te eleva a 78 metros de altura, para después continuar subiendo por unas escaleras hasta los 90 metros y poder observar unas impresionantes vistas de la ciudad.
Continuamos de camino a Valladolid y ponemos fin a esta interesante ruta.

Otras sugerencias y curiosidades
 
* El cuadro “La Campana de Huesca”, comentado anteriormente, recrea el momento final de una leyenda en la que el Rey Ramiro II, apodado el Monje, mostró a los nobles de su reino las cabezas cortadas y dispuestas en forma de campana de los principales nobles que habían desafiado su autoridad.
* Dado que estamos en la denominación de origen vinos del “Somontano”, recomiendo visitar la Bodega “Viñas de Vero” que se encuentra a pocos kilómetros  de Barbastro. La visita es muy interesante ya que te enseñan dos bodegas: Viñas de Vero y Blecua y transcurre entre las amenas explicaciones de la guía (visita con cata de 3 vinos cuesta 5 €).Otra interesante opción, es acercarse a visitar la bodega más antigua de la zona, Bodegas “Lalanne”; esta pequeña bodega familiar también se encuentra situada en las proximidades de Barbastro.

* A nivel gastronómico, además de los ya mencionados vinos de la Denominación de Origen del Somontano, destacar el afamado tomate rosa de Barbastro y la longaniza de Graus. Dentro de la cocina aragonesa uno de los productos más representativos es la “chireta” (nombre que le viene del aragonés: “piel vuelta”) elaborado a base de rellenar arroz, tocino y vísceras, en la tripa del cordero.


Jose Maria Vicente




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