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Valle del Jerte
He regresado a Extremadura para visitar nuevamente el Valle del Jerte, conocido por la efímera explosión de color blanco provocada por la floración de unos 2 millones de cerezos, que cada primavera cubren con un manto blanco campos y bancales y que lo convierten, durante unas pocas semanas, en uno de los destinos más visitados de España. Valle ubicado en la provincia de Cáceres, haciendo frontera con la de Ávila, donde encontrarás además de cerezos en flor, pueblos con arquitectura tradicional, una naturaleza exuberante, piscinas naturales, impresionantes cascadas y una rica gastronomía.
La comarca está compuesta por 11 municipios: Barrado, Cabezuela del Valle, Cabrero, Casas del Castañar, Jerte, Navaconcejo, Piornal, Rebollar, Tornavacas, El Torno, Valdastillas. (Propuesta de Ruta circular por la sierra: Valdastillas, Garganta y Lagar de Marta, Piornal, Barrado, Cabrero, Casas del Castañar, Mirador de la Memoria, El Torno y Rebollar).
Os dejo a continuación alguno de los rincones por los que pasamos y que no deberías perderte en tu visita al Valle del Jerte. Como veníamos de visitar Cáceres, iniciamos el recorrido partiendo de Plasencia, si vienes desde Valladolid el recorrido lo debes comenzar por Tornavacas.
Nuestra primera parada es en el Mirador de la Memoria. Este mirador inaugurado en 2008 posee unas espectaculares vistas al Valle del Jerte y a la Sierra de Tormantos. Se trata de un conjunto escultórico, cuatro figuras, tres hombres y una mujer, cuyas miradas se pierden en el horizonte, homenaje a los olvidados de la Guerra Civil y la dictadura franquista, que gracias a este monumento del escultor Francisco Cedenilla sirve para que en la memoria tengamos presente nuestra historia.
Parece que no a todos les gustó este homenaje, pues a los pocos días de su inauguración, alguien la emprendió a tiros con las figuras, donde todavía se pueden apreciar los impactos de bala en las tres estatuas de los hombres. El autor de la obra decidió dejarlas con las marcas de los disparos ya que, según él, así las esculturas estaban realmente completas. Hay que recordar que el pequeño parking del mirador es solamente para personas con discapacidad y autobuses. El resto tiene que ir a un parking más grande situado a 700 metros.
Desde el anterior mirador solamente hay un par de kilómetros hasta El Torno. Un pueblo pequeño, pero desde el que se tienen algunas de las mejores vistas del valle (de ahí su sobrenombre de Mirador del Valle). A pesar que durante la Guerra de la Independencia en 1809 los franceses quemaron parte del pueblo Rodeado de terrazas habilitadas para el cultivo de cerezos, el pueblo conserva algunos ejemplos de arquitectura tradicional, casas con entramado y solana de madera con una balconada en el piso superior, que puedes ver en las Calles Castillo y Portugal. En el centro del pueblo, junto al Ayuntamiento, está la Iglesia de la Virgen de la Piedad, del siglo XVI. Si tienes la suerte de encontrarla abierta, no hay que dejar de entrar para ver el retablo barroco. También en el término municipal de El Torno se encuentra un parque con circuitos multiaventura y tirolinas.
Rebollar es el pueblo más pequeño que ver en el Valle del Jerte. Está a 5 kilómetros de El Torno y desde donde pasando por una carretera estrecha y tortuosa te llevara hasta al centro de la población. Las casas típicas siguen contando con entramado y solana. Pero las más originales, son las que parecen colgadas sobre la roca, por encima de grandes moles de granito, conocidas como “Casas del Canchal”. Realmente espectacular.
La siguiente parada es otro de los lugares que no debes perderte en la visita por el Valle del Jerte, la Cascada el Caozo. Se trata de un espectacular salto de agua de más de 30 metros de altura. Para llegar a la cascada debes llegar hasta el pueblo de Valdastillas y seguir la carretera que te lleva a el Piornal, para después de 3 Km. tomar un desvío a la izquierda en una curva bastante cerrada y en apenas 1 Km llegar a un pequeño parking donde debes dejar el coche. Desde la zona de estacionamiento junto a la carretera hay que caminar unos 100 metros por una empinada cuesta entre robles y castaños para llegar hasta cascada. Una vez en lo alto, para poder admirar la imponente cascada puedes caminar por una pasarela metálica que te llevará muy cerca del agua que cubre de blanco una imponente pared de granito pulido por la erosión. (Por cierto, la horrorosa pasarela se encuentra poco acorde con el entorno que la rodea). Otra opción más cansada para llegar hasta la cascada es completar una bonita ruta de senderismo de unos 7 kilómetros (dos horas y media) que empieza y termina en la localidad de Valdastillas, pasando por los campos de cerezos.
En la localidad de Valdastillas
destacan sus paisajes en los que los cerezos sobre bancales crecen en la ladera
de la montaña y se convierte en los auténticos protagonistas. Recibe este nombre por los antiguos pobladores que acudían a esta zona a buscar astillas para sus hogares dando lugar a esta pequeña población. Merece la pena un
paseo por el pueblo donde encontraras edificaciones típicamente serranas. En la
parte alta del pueblo se encuentra el Lavadero, donde tradicionalmente las
mujeres se acercaban a lavar la ropa. La iglesia de Santa Maria de Gracia data del siglo XVI
y cuenta con dos bonitos retablos de cerámica de Talavera. Merece la pena
también la Ermita del Cristo situada a unos 500 metros del pueblo en una zona
que se conoce como el Mirador del Cristo, donde podrás disfrutar de unas
hermosas vistas de los campos de cerezos. Se encuentra en la carretera que une Valdastillas y Cabrero, próximo a la garganta de Marta.
Desde la Cascada del Caozo puedes
subir en coche por una empinada carretera con curvas hasta Piornal, el
pueblo más alto que de Extremadura. Si visitas el Valle del
Jerte durante la floración del cerezo, esta carretera que sube hasta
los 700 metros de altura está rodeada por miles de cerezos, pudiendo parar con
precaución en el arcén y verlos de cerca o hacerte alguna foto.
Antes de entrar en Piornal, se
encuentra el Balcón del Valle, un excelente mirador que ofrece
unas amplias perspectivas del Valle del Jerte. En este espacio, podemos ver
algunos “chozos” (antiguas casas de los pastores) junto a un cartel donde podemos
leer: “Piornal a ras del cielo”. Y es que, si te agachas lo suficiente, ese
cartel quedará sobre las montañas, sólo con el cielo a ras. Los mejores
momentos para visitarlo es por la mañana temprano o a última hora de la tarde,
así se evita tener el sol de cara. Una mesa de interpretación nos dice que es
cada uno de los lugares que tenemos frente a nosotros, en una vista que alcanza
hasta Plasencia.
Te recomiendo recorrer las calles
del pueblo para descubrir el arte urbano que decora más de 20 fachadas, dando
lugar a un auténtico Museo al Aire Libre. El origen de esta idea fue cubrir los
muros de algunas casas y edificios que estaban tapados con uralita que los
vecinos colocaban para protegerse del frio. Sobre las fachadas se han ido
creando obras relacionadas con la cultura y la tradición de Piornal. Además,
mientas se recorre el pueblo se puede ir viendo diversas fuentes, así como una reguera
que cruza el pueblo y pasa junto a la iglesia.
Aunque no seáis muy amigos de visitar museos, os aseguro que el Museo Jarramplas merece la pena. El personaje conocido como “Jarramplas”, se viste cada año con un llamativo y colorido traje con cintas de colores y una máscara que le da un aspecto demoníaco, siendo «bombardeado» durante dos días por más de 20.000 kilos de nabos. En el interior del Museo podemos ver en una sala la proyección de un documental sobre la fiesta y en otra, se explica el origen de la fiesta, además de poder ver de cerca los trajes y las máscaras.
Recorriendo de nuevo la carretera principal N110 que bordea el río Jerte, llegarás en poco tiempo a Navaconcejo. El pueblo se encuentra estructurado en torno a la carretera nacional que actúa como arteria principal. En la parte alta del pueblo, antes de salir a Cabezuela del Valle, a la izquierda podemos ver la piscina natural de El Pilar. Para llegar debemos cruzar el Puente Viejo y girar a la derecha hacia la Avenida del Pilar, en la cual podemos aparcar y disfrutar de la refrescante agua del Rio Jerte. Desde este punto podemos iniciar la ruta de las Cascadas de las Nogaledas de las que hablaremos posteriormente. Otra zona de baño que recorre paralela a la Calle Santísimo Cristo, en plena zona de bares de Navacocejo, es la piscina natural del Cristo. Bajo la sombra de frondosos alisos es otra buena opción para refrescarse en verano.
Esta localidad tiene en sus alrededores las famosas Cascadas de las Nogaledas. La ruta a esta cascada empieza pasado el pueblo, donde se encuentra un puente sobre el río Jerte y un parking, perfecto para dejar el coche. Siguiendo siempre la señalización puedes completar una ruta ascendente entre castaños y de vuelta, descendiente por una pista entre cerezos, de unos 5 kilómetros y dos horas y media de duración. A lo largo del camino os iréis encontrando con impresionantes cascadas y pozas, todo ello, rodeado de una exuberante vegetación.
Nuestra siguiente parada es en Cabezuela del Valle, localidad ubicada en la parte central del Valle del Jerte, sin duda otro de los pueblos más bonitos que ver en esta zona. Declarado Conjunto Histórico Artístico, su casco antiguo rompe la estructura lineal de otros pueblos y presenta una forma triangular. Para aparcar recomendamos dejar el vehículo en la Avda. Plasencia. El pintoresco casco histórico, cuenta con calles empinadas, vías laberínticas, callejones umbríos (calleja de la Cárcel o el Portal Viejo) que evocan su diseño medieval de judería. Como curiosidad puedes ver una de las casas más estrechas de España, sólo tiene 1,25 metros de ancho.
La calle principal está constituida por una vía paralela al río, dividida en tres tramos: calle del Puente, la plaza de Extremadura y calle del Hondón, en cuyo extremo se levanta un "Crucero". En esta calle tienen asiento los edificios de mejor porte, algunos de ellos cuentan con soportales, casi todas con solana, con escudos y anagramas en sus fachadas de las familias nobles esculpidas en sus pórticos. Merece la pena llegar hasta el puente sobre el río Jerte, desde donde se tienen bonitas vistas tanto del río como del pueblo. Merece la pena acercarse hasta la antigua Casa Consistorial, donde llama la atención los soportales situados en uno de sus laterales, donde a su resguardo se celebra el mercadillo semanal de los viernes. La iglesia de San Miguel Arcángel, asentada sobre el solar de una antigua sinagoga. alberga un bello retablo barroco. plaza coqueta y muy pintoresca, que llama mucho la atención por sus fachadas blancas con detalles de piedra y madera. La iglesia se encuentra ubicada en un bello rincón, la Plaza del Portal Nuevo, que llama la atención por sus fachadas blancas con detalles de piedra y madera. Un rincón precioso. Antes de irte, te aconsejamos acercarte a la Ermita de San Felipe, a unos 500 metros del Ayuntamiento sobre un promontorio elevado y con bonitas vistas del valle.
Ya que el producto estrella del Valle del Jerte es la cereza ¿por qué no visitar el museo dedicado a ella. El Museo de la Cereza ocupa una casa tradicional al final de la Calle del Hondón, y recorrerlo es ir descubriendo a través de recreaciones ambientales y recursos interactivos todo sobre el mundo de la cereza. Cultivo, áreas de producción, variedades y tradiciones. En las tres plantas que tiene el museo el visitante va conociendo de una forma especialmente entretenida todo lo relacionado con las cerezas del valle y la Fiesta del Cerezo en Flor, el momento del año en el que más visitantes llegan al Valle del Jerte. (Abre sus puertas de miércoles a domingo, por la tarde solamente viernes y sábado).
En esta localidad se encuentran
varias piscinas naturales entre las que destaca La Pesquerona. Situada a las
afueras de Cabezuela, en dirección a Jerte, se trata de una gran balsa de agua
en un entorno cuidado, junto a la Oficina de Turismo. Casi seguidamente se
encuentra la piscina natural de El Simón o Puente Azul, también perfectamente
acondicionada para el baño y ubicada bajo un puente de color azul que atraviesa
el río Jerte.
Es en Jerte donde el río que da nombre al pueblo y al valle nuestra próxima parada. Al igual que Cabezuela del Valle, Jerte se encuentra en la parte baja del valle, aquí las calles no tienen cuestas, aunque en algunos puntos de la población siguen siendo laberínticas. Se organiza urbanísticamente mediante dos largas calles, coronel Golfín y la carretera. Dejo alguno de los lugares de interés: En la Plaza de la Independencia, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y separada unos metros, la torre campanario de aire defensivo. Desde aquí parte una de las calles más bonitas del pueblo, la Calle de los Bueyes, ya que por casualidad sobrevivió al saqueo de las tropas Napoleónicas en el año 1809, durante la guerra de la Independencia, donde el pueblo fue incendiado casi en su totalidad. Si dispones de tiempo recomiendo un paseo hasta la Ermita del Cristo del Amparo, patrón del pueblo. A 2 Km del pueblo existe una piscifactoría visitable, donde se cría la trucha autóctona con fines de repoblación.
La Reserva Natural de la
Garganta de los Infiernos, junto con los cerezos en flor, son los dos
atractivos principales y más conocidos del Valle del Jerte. Se trata del mayor
monumento natural de la zona, comprendiendo los términos municipales de
Tornavacas, Cabezuela del Valle y Jerte.
A unos 3 kilómetros de Cabezuela
del Valle, empieza la espectacular ruta de senderismo por la Reserva
Natural de la Garganta de los Infiernos, uno de los lugares más bonitos que ver
en el Valle del Jerte. Esta ruta de unos 6 kilómetros y dos horas de duración,
que empieza en el amplio parking del Centro de Interpretación, te llevará por
un sendero rodeado de robles hasta lo alto de una colina que ofrece vistas a la
fantástica cascada del Chorrero de la Virgen. Después de un tramo llano bajarás hasta la zona de los Pilones, un increíble
paisaje natural de grandes pozas excavadas en la roca por la erosión del agua
proveniente del deshielo, en las que puedes bañarte en verano, aunque el agua
sigue estando muy fría.
Otra opción más cómoda e
interesante, al contar con un guía experto, es reservar esta excursión en
4×4. Partiendo del Centro de Interpretación te llevaran en una ruta corta hasta
los Pilones o esta otra más completa que también incluye además las
cascadas de Calderón y la del Caozo. Mientras el guía nos va dando
explicaciones sobre la fauna y la flora que vamos encontrando en el recorrido, llegaremos
al Mirador del Chorrero de la Virgen, que cuenta con unas magníficas
vistas panorámicas de la cascada del Manto de la Virgen. Los Pilones, nuestra
siguiente parada, merecen mención aparte, se trata de trece
espectaculares pozas y cascadas naturales que el agua cristalina ha
ido creando con el paso del tiempo sobre las rocas de granito y que también son
conocidas como las Marmitas del Gigante. Realmente espectacular.
Para completar esta lista de cosas
que hacer en el Valle del Jerte durante la floración del cerezo o en otras
épocas del año, te proponemos llegar hasta el mirador del Puerto de Tornavacas, situado
en el límite entre Castilla y León y Extremadura, en el kilometro 352 de la N-110.
Al igual que los dos pueblos anteriores, Tornavacas se levanta junto al río Jerte. Al parecer, su denominación procede de la frase “Ya tornan las vacas”, una leyenda que se remonta al siglo X. Una calle principal que cuenta con varios puentes conecta ambos lados del pueblo, los más importantes son el Puente Cimero, de época medieval y la Puentecilla, que cuenta con un templete del siglo XVIII. Estos puentes conectan las calles más históricas: Real de Arriba, Real de Enmedio y Real de Abajo. Precisamente, en ésta última calle está la Casa de Carlos V, que fue donde se hospedó el Emperador en su camino hacia el Monasterio de Yuste.
Una ruta de senderismo conocida
como "Ruta de Carlos V", que comienza en Tornavacas y finaliza
en Jarandilla de la Vera, sigue los pasos del Emperador Carlos V en su viaje
hacia el Monasterio de Yuste, donde pasó los dos últimos años de su vida.
Otras sugerencias y curiosidades.
* Tomando una pequeña desviación que
hay entre Cabezuela del Valle y Jerte, atravesando el Puerto de Honduras, nos conectara el Valle del Jerte con el Valle de Ambroz y es la excusa perfecta
para visitar Hervás, justo al final, después de 32 kilómetros de una
carretera de montaña, con un trazado repleto de curvas, entre paisajes
espectaculares con amplios miradores, además de frondosos bosques de robles y
castaños.
* Otro de los pueblos que merecen visitar en esta zona es Casas del Castañar, donde la mayoría de visitantes vienen a contemplar los castaños centenarios que hay justo a las afueras del pueblo. La mejor época para verlos es en otoño, justo cuando el bosque se vuelve mágico con sus colores ocres y naranjas. Se puede llegar en coche justo hasta un punto en el que una señal indica que a la izquierda está el camino para los castaños centenarios. Desde ese punto, una empinada cuesta de 200 metros lleva hasta el primero de los castaños centenarios conocidos también como “escondelobos”. Recorriendo otros 500 metros se llega al segundo de estos árboles. Uno de ellos tiene un perímetro de algo más de 9 metros y el otro de poco menos de 11 metros. Están llenos de huecos, retorcidos, con partes cubiertas del musgo. Pero a pesar de todo, visualmente son muy atractivos.
* Una lista de qué ver y hacer en el Valle del Jerte no estaría del todo completa sin probar la gastronomía en los restaurantes de la zona. Por aquí te dejo algunas recomendaciones de restaurantes que hemos probado y nos han gustado:
Restaurante Flor de Cerezo, dentro
de la Hospedería Valle del Jerte, con una carta atractiva que frecen un menú
diario bastante elaborado (de lunes a viernes), merece la pena.
Restaurante Venta Isabel en
Navaconcejo, con productos de primera calidad. Lo mejor son sus
hamburguesas.
El Mirador de Aurelio. Se ubica en
municipio de El Torno. Están especializados en carnes de calidad a la brasa. Además de carne a la
brasa probamos el “Zorongollo”, pimientos asados, atún y huevo cocido.
La Ermita, en Cabezuela del Valle, situado
a las afueras de este precioso pueblo. Las vistas desde sus mesas sobre el río
son el perfecto acompañamiento para una buena comida. Lo mejor es decantarse
por las raciones, de esta manera te permite probar varios platos. Los
chipirones a la plancha y los rejos son dos buenas opciones. A mejorar el
servicio, son un poco lentos.
Restaurante Casa rural Garza Real
en Valdastillas. En un entorno inigualable disfrutaras de una cocina casera
donde se entremezclan platos tradicionales con modernos. Buena la torta de
Casar y cualquiera de las carnes.
Restaurante La Judería, situado
dentro del Hotel del mismo nombre, en Cabezuela. Disponen de un buen menú del día.
* Dónde alojarse en el Valle del
Jerte:
En nuestro último viaje ya que veníamos de Cáceres, preferimos
hacer base en Plasencia, ubicado a media hora del Valle del Jerte. Dos buenas opciones son en
el Parador de Plasencia y el Hotel Alfonso VIII.
Si vienes desde Valladolid otros alojamientos bien situados y con una buena relación calidad/precio son: Casa Rural La Fuente del Jerte, Casa rural Garza Real, Hotel Valle del Jerte o los Apartamentos rurales Vega del Jerte.
Espero que la ruta haya sido de interés e utilidad.
Jose Maria Vicente
Coruña en dos dias
Después de visitar Coruña en varias ocasiones he querido plasmar en este
post algunos de los rincones mas interesantes de la ciudad, con pequeños comentarios que servirán de ayudara en tu próxima visita.
El itinerario del primer día comienza en el centro de la ciudad, concretamente en el Obelisco, uno de los monumentos más emblemáticos. Sé trata de una gran columna construida en 1895 y ubicada en la zona conocida como el “cantón grande”, al comienzo de la Avenida de la Marina. En lo más alto, un reloj de cuatro esferas y una veleta que indica la dirección del viento.
A pocos metros del Obelisco, podemos ver los Jardines de Méndez Núñez, también conocidos como “el relleno”, por encontrarse en un terreno ganado al mar. Se crearon en el siglo XIX, en memoria del marino gallego, Casto Méndez Núñez, quien da nombre a este espacio natural situado en el centro de las instalaciones portuarias. Este parque centenario cuenta con agradables paseos entre palmeras, acebos, magnolios y estanques, así como un curioso reloj floral, con flores que cambian de color según la estación en la que nos encontremos. También cuenta varias esculturas, como el de Emilia Pardo Bazán, la del escritor Curros Enríquez o la del cantante John Lennon.
En los jardines encontramos un emblemático edificio, el Quiosco Alfonso, precioso edificio de estilo Modernista, inaugurado en 1913, que recibió su nombre del rey Alfonso XIII para conmemorar su visita a la ciudad. Su magnífica decoración exterior destaca por los dragones y los vidrios. Actualmente alberga exposiciones de diversa temática.
A partir de ahí cruzamos de nuevo al Cantón Grande para seguir caminando en dirección a la Avenida de la Marina. Se trata de una zona peatonal de tráfico restringido, donde te sorprenderás con las blancas galerías acristaladas de las casas, que ha hecho le dan el sobrenombre a Coruña de “la ciudad de cristal”. Tienen su origen en las antiguas viviendas de los pescadores donde estas zonas acristaladas permitían el paso del sol formando una cámara térmica, donde además protegía la fachada de la lluvia, haciendo las casas cálidas en invierno y frescas en verano.
Las que vemos hoy se construyeron en el siglo XIX y algunas tienen más de 25 metros de longitud. La entrada a estas viviendas la tienen por la Plaza Maria Pita que visitaremos posteriormente.
Al llevar tu mirada a esas fachadas acristaladas continuas y uniformes, te llamara la atención una edificación diferente, conocida por los coruñeses como el Diente de Oro, un edificio modernista en esta fachada y neoclásico en la fachada que da a la Plaza Maria Pita, donde mientras el resto de las fachadas tienen galerías blancas, la de este edificio son de color amarillo y al amanecer brilla como si fuera un diente de oro entre otros dientes blancos.
Otra casa modernista es la Casa Rey, un edificio que cierra la Marina y que continua por María Barbeito en dirección a la Plaza de María Pita por donde tiene su entrada. Resaltar la diversidad de los materiales empleados en su fachada, como la madera, cerámica o forjado de hierro en balcones, donde destacan los rostros de mujer sobre los dinteles de las puertas de la planta baja.
Prosigue tu marcha por el Casco histórico hasta la calle Puerta de
Aires, que de hecho cuenta con unas escaleras muy reconocidas por ser el lugar
predilecto para hacerse el típico selfi, con las fachadas de colores y la
cúpula del Ayuntamiento a tu espalda.
Desde el final de la Marina pasaremos por debajo de unos arcos para llegar a nuestro siguiente destino, la Plaza de María Pita, el centro neurálgico de la ciudad. Forma un rectángulo de 10.000 metros cuadrados y recibe su nombre por la famosa heroína gallega. La Plaza está dominada por el Palacio Municipal, un edificio modernista construido entre los años 1908 y 1912 e inaugurado por Alfonso XIII, sede del consistorio de la ciudad.
En el centro de la plaza se encuentra una estatua en bronce dedicada a María Pita. La estatua representa a la heroína coruñesa que defendió la ciudad del ataque de los ingleses, sosteniendo la pica con la que según se cuenta mató al hermano del almirante Francis Drake, responsable de dirigir el asalto británico a la ciudad vieja en 1589, mientras que con la otra mano sostiene a su marido muerto. Como curiosidad, a los pies de este monumento, encontramos un pebetero cuya llama permanecía encendida 20 horas al día y que en esta ocasión hemos visto apagada, ignoro el motivo.
Pasaremos por debajo de uno los arcos de la plaza María Pita para encontrarnos de nuevo con el mar de frente y adentrarnos en la ciudad vieja.
Alguno de los lugares más significativos para un paseo por calles empedradas y mucha historia:
La Iglesia de Santiago. Templo románico del S. XII situado en el centro de la Ciudad Vieja. Se considera el templo más antiguo de Coruña. Posee elementos ojivales de los S.XIV y XV y reconstrucciones de varias épocas por haber sufrido varios incendios. La portada principal, tiene un rosetón ojival de finales del S.XIV y el tímpano con Santiago Matamoros. En la portada norte, está el tímpano con el "Agnus Dei" (Codero de Dios en latín). En su interior destacar un púlpito en piedra del S. XVII y las imágenes de La Virgen y el Niño y la Virgen de la leche. En el atrio se reunía en el S. XIV, el concejo de la ciudad. Estaba dedicada en sus orígenes a los peregrinos que venían a Compostela por el camino inglés. Junto a ella podemos ver la Casa Museo de Emilia Pardo Bazán.
En la parte trasera de la Iglesia de Santiago encontramos la Plaza de Azcárraga, históricamente la más importante de la Ciudad Vieja debido a que albergaba las casas consistoriales. Antiguamente se la conocía como la Plaza de la Harina, haciendo referencia a la venta de grano que tenía lugar allí. Se trata de una plaza con mucho encanto, rodeada de arboles centenarios y en el centro podemos ver la Fuente del Deseo, que en su momento abastecía de agua a la zona, coronada por una mujer tallada en bronce que porta en su mano un farol.
Contigua a ella se encuentra la Plaza de la
Constitución, presidida por el Palacio de la Capitanía, construido en 1748 sobre los restos del anterior edificio del siglo XVI. En
el centro de la plaza pueden admirarse dos réplicas de cañones
y un crucero.
La Colegiata de Santa María do Campo es un destacado templo románico en la Ciudad Vieja. El nombre proviene de su ubicación fuera de las antiguas murallas, aunque fue incorporada al casco medieval posteriormente. La construcción original data del siglo XIII y ha sufrido varias reformas posteriores, especialmente tras su conversión en Colegiata en el siglo XV. La iglesia cuenta con tres portadas, siendo la más importante su portada principal, además de su tímpano, el rosetón ojival de la portada principal, así como el campanario, que datan del siglo XIV. Originalmente era la iglesia del gremio de los marineros, que solían visitarla para agradecer su regreso seguro a tierra.
Como curiosidad, frente a la Colegiata se
encuentra el Pazo Cornide, un palacio barroco del siglo XVIII, que lleva tiempo en litigio sobre su propiedad entre
la Xunta de Galicia y la familia Franco.
La Plaza de las Bárbaras. Esta pequeña plaza, presidida por un
cruceiro y rodeada de carballos, es un auténtico remanso de paz en la
ciudad. En el lado izquierdo se encuentra el Convento del mismo
nombre, habitado por monjas clarisas de clausura, dedicadas a la oración y a la
confección de ornamentos litúrgicos, así como a la elaboración de dulces, entre
los que destacan los almendrados.
Muy cerca de la plaza anterior se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, situada en la plaza del mismo
nombre. Este Convento de la orden de los dominicos se construyó
durante el siglo XIII, destruido por los ingleses el 1589 y reconstruido
en el siglo XVII con arquitectura barroca. En su interior guarda
a la Virgen del Rosario, Patrona de la ciudad. Como curiosidad podemos ver
que la torre aparece torcida respecto a su fachada, a causa de que ésta se
halla oblicua al eje del templo, con el que la torre está perfectamente
alineada.
Tras un día sin dejar de caminar, llega el momento de relajarse y disfrutar de la gastronomía de la ciudad herculina. Si quieres seguir la popular Ruta de los Vinos, tendrás que adentrarte en el barrio de la Pescadería, la calles Barrera, Galera, Olmos o Estrella, son un buen lugar para probar sus tapas. Dejo a continuación algunos locales interesantes: La Bombilla. (Rúa Torreiro, 6). Hoy empezamos la sesión de tapeo en uno de los bares más típicos de Coruña, que se encuentra haciendo esquina entre la calle Torreiro y la Galera. Está abierto desde 1937 y mantiene la esencia de toda la vida. Sus tapas de tortilla son de las más típicas de la ciudad, sin olvidarnos del Croqueton. Una curiosidad que encontraras en este local es que los servilleteros se encuentras sobre botes de Cola Cao. Bar Victoria (R. Olmos, 23). Cuentan con una vitrina con los mejores pinchos de la ciudad, su ambiente hace pensar en el País Vasco. La brocheta de rape, gambón y beicon, no la dejes de probar. También están buenos los champiñones rellenos y el montadito de calamares con alioli poco recomendable, mucho pan y poco calamar.
Taberna Cunqueiro (Rúa Estrella 22). El nombre del local es un homenaje al escritor gallego Álvaro Cunqueiro. La tapa gratis la tienes asegurada en este bar que siempre está a rebosar. La empanada casera, el pulpo o los chipirones plancha, son apuesta segura. Buenos productos y buena atención del personal.
Casa Surrey (Barrera 20). Su antiguo propietario había trabajado en Inglaterra, concretamente en el condado de Surrey, que da nombre al local. Aunque los calamares fritos son la tapa más demandada, también los puedes una fajita a la plancha rellena de queso y carne asada, está realmente buena o croquetas de jamón ibérico y cecina pedir con patatas o las puntillas de calamar. Solo abre por las tardes, salvo sábados y domingo.
Antes de dejar esta zona, si eres amante de los churros y el chocolate
te recomiendo pasar por Churrería Bonilla (Galera, 52 o Real, 54).
Fuera de esta última zona de vinos, dejo otros lugares interesantes: Bar Pontejos. (Pio XII, 3, junto al Mercado de San Agustín). Es un destino imprescindible si eres como yo fan de la tortilla de patata, célebre por su textura jugosa, al estilo Betanzos, donde cada tortilla lleva 2 kilos de patata y 16 huevos. Su prestigio lo avalan las más de 40 tortillas que elabora al día ¡Por algo será! Además, su terraza ofrece una vista privilegiada al bullicioso Mercado de San Agustín, que añade un encanto especial a la experiencia.
Pulpería Melide (Praza de España, 16). Si no
te quieres ir de A Coruña sin probar el famosísimo pulpo a feira, pásate
por esta pulpería. Se trata de un local de tradición familiar, donde Gorka
Rodríguez, bisnieto de familia pulpeira, decidió trasladar aquello que aprendió
de su familia en Melide a un local más moderno en pleno centro de la ciudad, en
la plaza de España. En el otro extremo del barrio, llegando ya a la Torre de
Hércules, se sitúa O Fiuza (Avenida de Navarra, 33, otra de las
pulperías clásicas de la ciudad.
Comenzamos la mañana del segundo día con la visita de la Torre de Hércules, considerada patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 2009, el edificio más emblemático de Coruña, incluso podemos encontrarla en el escudo de la ciudad.
Construida en el siglo I, fue posteriormente reformada en el XVIII
en lo que se refiere al revestimiento exterior. Se trata del faro romano más
antiguo del mundo y el único que se conserva en servicio en la actualidad. Con
sus 55 metros de altura es el tercer faro más alto de España. Mas que
recomendable es subir los 230 escalones que nos llevan a lo alto de la
linterna, donde al caer la noche cada 20 segundos emite un grupo de cuatro
destellos diferentes, visibles a 24 millas de la costa, que sirven de guía para
los barcos y embarcaciones que cruzan la costa Atlántica. ¡Las vistas
desde arriba son espectaculares! La entrada los lunes es gratuita. La torre
cuenta en su interior con un pequeño Museo, donde entre otras cosas podemos ver
la linterna original de piedra. Importante, antes de subir la elevada cuesta
que te lleva a la entrada de la torre, debes comprar la entrada en las
taquillas que hay junto al parking.
Como dato curioso encontramos que la torre está hermanada con
la Estatua de la Libertad de Nueva York y con el Faro del
Morro de la Habana, el más antiguo del continente americano.
La Torre tiene el privilegio de haber sido pintada por uno de los
grandes pintores de la historia, Picasso. El malagueño pasó algunos años de su
infancia y adolescencia en Coruña, e inmortalizó a la Torre con tan solo
catorce años, llamándola “Torre de caramelo", en referencia al tono del
granito que la recubre desde el siglo XVIII.
En las inmediaciones de la Torre de Hércules te encontrarás uno de los museos al aire libre más importantes de España: el Parque Escultórico de la Torre. Paseando por los jardines, encontraras sendas con vistas al mar en las que se distribuyen unas 15 esculturas realizadas por destacados artistas del siglo XX. Mis preferidas son: Breogán, emplazado al comienzo de la rampa de acceso para subir a la Torre. Se trata de la escultura en granito blanco de un mítico guerrero celta a quien se le atribuye la fundación de Coruña.
La Rosa de los Vientos, ubicado al pie de la Torre, tiene 25 metros de diámetro, señala los 4 puntos cardinales y representa los 7 grandes pueblos celtas. Los Menhires, del escultor Manolo Paz. La obra está situada más alejada de la Torre, cerca de la costa. Se trata de un grupo escultórico de doce piezas dispuestas en círculo, marcando los puntos cardinales. A cada una de las piezas se le realizó una abertura por la cual se puede ver el mar y la Torre.
Dado que la torre está un poco alejada del centro, si no te
apetece caminar, puedes utilizar el autobús N.º 5, que te dejara en las
proximidades de la torre.
Nos desplazamos ahora al centro de la ciudad para caminar por el entorno de la Plaza de Lugo. Aquí se sitúa el Mercado de Lugo, donde podrás observar de primera mano el producto fresco –sobre todo el marisco– que llena los puestos de este mercado. La plaza de Lugo es la zona más interesante a nivel comercial de la ciudad y ha sustituido a la calle Real como el principal centro comercial al aire libre. Alguno de los edificios modernistas que podemos encontrar en esta plaza: En el número 13, la Casa Arambillet (1912), cuya fachada está adornada por una gran guirnalda de rosas y coronada por una cariátide femenina en lo alto.
Continuando el paseo por la zona no podemos dejar de visitar la Casa de los Cisnes (1905), en el número 11 de la misma plaza. una fachada con azulejos de cisnes y juncos que le dan nombre al inmueble.
En el N.º 24 encontramos el edificio modernista mas grande de la ciudad, destacando su portal y la cuarta planta, adornada con animales y caras. Contigua a la plaza, en
la peatonal calle Compostela se encuentra una de las tiendas Zara, ubicada en
un emblemático edificio de 5 plantas. En el N.º 8 de esta ultima calle
recomiendo que te pares en la Casa Viturro, te sorprenderás con la decoración de
su entrada y escalera.
Otra de las atracciones turísticas que más recomiendo es el Paseo Marítimo, acercarte y recorre alguno de los 13 kilómetros de este Paseo, uno de los más largos de Europa. El tramo que comprende las tres playas principales: Riazor, Orzán (por su fuerte oleaje es ideal para surfistas) y Matadero, es visita obligada.
No dejes de observar alguna de las 300
originales farolas que iluminan el paseo, donde si nos fijamos con detalle
veremos que están decoradas con esmaltes distintos, cuidadosamente pintados
alrededor de un tema que tiene que ver con el lugar en el que se encuentran. Caballos, peces (en las farolas cerca del
Acuario), Picasso (en las que están cerca de la Escuela de Bellas Artes) y
Torre de Hércules (cerca del faro). Pasear por el Paseo Marítimo iluminado por
estas luminarias modernista es una experiencia única y romántica.
Otras sugerencias y curiosidades.
Otros rincones interesantes que recomiendo visitar si dispones de mas
tiempo:
* Jardines de San Carlos, los encontraras antes de dejar el casco antiguo y bajar en dirección a la Marina. Recomiendo pasarte por ellos, donde bajo la sombra de olmos centenarios se encuentra la tumba del heroico general John Moore, que murió en 1809 defendiendo la ciudad contra los franceses. No puedes dejar de darte un paseo y asomarte al mirador del Jardín, las vistas sobre la ciudad y el Castillo de San Antón son espectaculares. Frente a los jardines podemos ver la Puerta del Clavo, una de las tres puertas que quedan en pie del antiguo recinto amurallado. En la plaza se encuentra el Museo Histórico Militar, donde puedes ver una exposición de armas de todas las épocas y maquetas que recrean diferentes batallas. (entrada gratuita).
* Castillo de San Antón. Se encuentra en un pequeño islote en frente al
puerto que por su proximidad a la costa fue unida a tierra mediante un relleno.
Esta impresionante fortaleza del siglo XVI es una obra de
arquitectura militar renacentista que ha jugado un papel importante en la
defensa de la ciudad a lo largo de los siglos. Para conocer su rica historia es
interesante visitar su interior, como el patio de armas, las murallas, las
galerías subterráneas y el museo. No dejes de ir y observar las vistas de
la bahía y el mar, además de poder ver la ciudad desde otra perspectiva.
* Museo de Estrella de Galicia. No dejes de acercarte a conocer cómo se elabora esta popular cerveza en el museo MEGA. Aprenderás todo sobre esta marca, una bebida con más de 4.000 años de antigüedad, cómo servir una buena caña de barril, y al final del recorrido realizar una cata de cerveza.
* Monte de San Pedro, un lugar para respirar el aroma del Atlántico y poder
relajarte y disfrutar del aire libre. Este parque era antiguamente
un punto defensivo de la ciudad que cuenta con un gran aliciente turístico que
son los dos cañones Vickers de más de 17 metros de longitud. Cada media hora,
un espectacular Ascensor Panorámico, a modo de gran bola acristalada, te
permite ascender y descender desde el Paseo Marítimo hasta la cima con vistas privilegiadas
a la bahía coruñesa. Otro de los rincones interesantes de esta área
verde es sin duda, su laberinto vegetal de estilo inglés
formado por diversas plantas. Tendrás que poner a prueba tu sentido de
la orientación para poder encontrar de nuevo la salida. Un divertido
entretenimiento que seguro disfrutarán pequeños y mayores por igual.
Espero que esta ruta sea de tu interés e utilidad.
Jose Maria Vicente