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- Fiordos leoneses
He decidido hacer este post después de pasar por Riaño y quedar impresionado por la triste historia de un municipio marcado por la catástrofe medioambiental que supuso la construcción del embalse que lleva su nombre. Se trata de una de las zonas naturales mas increíbles y desconocidas de España, donde nos esperan numerosos atractivos turísticos y paisajísticos.
Salimos de Valladolid en dirección a Riaño, de donde nos separan 181 Km.
En plena Cordillera Cantábrica, dentro de una zona perteneciente a la Montaña del norte de León y limítrofe con Asturias y Cantabria, así como con la provincia palentina, la mitad de la parte antigua de Riaño, junto con otros ocho pueblos, están ahora mismo debajo del pantano que se inauguró en 1987. Bajo las aguas de la presa, procedentes de los ríos Esla y Yuso, desaparecieron valles frondosos y la historia de 9 pueblos (Siete localidades completamente sumergidas y 2 de ellas desaparecidas parcialmente), trasladándose piedra a piedra, los edificios más singulares de los pueblos afectados Creo que es justo recordar los nombres de todos ellos: Anciles, Escaro, Burón, La Puerta, Huelde, Pedrosa, Riaño, La Vegacerneja y Salio.
Después de cruzar el viaducto que te da la bienvenida a Riaño, encontrarás a mano derecha un aparcamiento. Desde aquí, subirás unos escalones y llegarás hasta un hórreo típico leones uno de los pocos que se pudieron salvar de los aproximadamente 80 con los que contaba la comarca.
Si sigues subiendo, te encontrarás con una escultura vanguardista con unas campanas, conocida como “El silencio de las campanas”, formado por varias campanas que cuelgan de una estructura de hierro, donde cada una de ellas viene de las iglesias de los pueblos que quedaron sumergidos bajo las aguas del embalse.
Justo al lado del monumento anterior se sitúa la Ermita de Nuestra Señora del Rosario. Esta iglesia románica del siglo XIII fue uno de los monumentos trasladados piedra a piedra desde el municipio de La Puerta, su lugar original, para que no quedara anegado por las aguas de la presa. En el interior del templo, resaltar el ábside decorado con unos frescos medievales en excelente estado de conservación, del que se cuelgan las campanas de la antigua iglesia de Riaño, destruida con la construcción del embalse.
Junto a la ermita se encuentra el llamado banco más bonito de León. Merece la pena sentarte y disfrutar del paisaje natural que se abre ante nuestros ojos con unas vista privilegiadas del pantano, rodeado de los picos Gilbo y Yordas.
A continuación, nos encaminamos por el llamado Paseo del Recuerdo, un paseo empedrado de casi un kilómetro de extensión que bordea la orilla del pantano. Lo bonito de este camino, además de las vistas, es que podemos detenernos ante paneles donde se informa de las características y costumbres de cada una de las localidades sumergidas en el pantano. El paseo finaliza junto al embarcadero de Riaño, uno de los mejores puntos desde donde observar la imagen panorámica de la Iglesia Parroquial de Riaño.
De regreso al pueblo, no debemos dejar de acercarnos hasta la Iglesia de Santa Águeda, ubicada en la plaza de Cimadevilla. Este templo, al igual que ocurrió con el de Nuestra Señora del Rosario, fue traslado piedra a piedra desde la localidad de Pedrosa del Rey. Lo distinguiréis por su torre del siglo XVI y su pórtico románico, que es una réplica, ya que la original se devolvió a Siero de la Reina. En su interior conserva una imaginería destacable, como la Virgen de Quintanilla, una bella talla románica con el Niño sobre su rodilla o la talla de Santa Águeda, que porta en su mano derecha un plato con los pechos que le fueron cortados cuando fue martirizada. Es patrona de las enfermeras y protectora de las mujeres.
En la misma plaza se encuentra el Museo Etnográfico de Riaño. Aquí podréis ver estelas funerarias de la Edad Media, trajes típicos o ver escenas que representan la vida y costumbres de esta zona, así como varios oficios de la época. (Solo abierto los meses de Julio y Agosto).
Además de la iglesia, también podemos encontrar otros elementos de la arquitectura tradicional de la montaña leonesa, que convierten a esta plaza en un verdadero museo al aire libre. Allí puede verse un típico hórreo leonés, un potro de herrar, recientemente restaurado, que es una estructura de madera que servía para poner herradura a las vacas y bueyes, un chozo, típica vivienda del pastor en la montaña de Riaño.
Muy cerca de esta Plaza, en la Avenida de Valcayo, se encuentra la Oficina de Turismo, donde podréis conseguir un plano y más información de los puntos de interés de la localidad.
La zona está llena de miradores que ofrecen unas vistas espectaculares sobre el embalse y a picos tan emblemáticos como el Gilbo o el Yordas. Los mejores miradores que ver en Riaño se encuentran a las afueras del pueblo: Mirador de Las Hazas y el Mirador de Valcayo desde donde se tienen las panorámicas más bonitas del pueblo y el embalse.
Cerca de este último mirador se encuentra el columpio de Riaño. Tuvo el mérito de ser el columpio gigante más grande de España, un título perdido por el columpio de Toreno (León) con 9 metros de altura, lo que no le resta de espectacularidad.
El de Riaño tiene 8 metros de altura y está ubicado a más de 1.200 metros de altitud.
El embalse de Riaño es el más grande de la cuenca del Duero, tiene unos 100 kilómetros de costa. Con este dato es sencillo entender la envergadura de la obra. Ya sabemos lo que descansa bajo sus aguas. Pero ahora vamos a conocer qué es lo que podemos hacer sobre ellas. Y una de las actividades estrella es el crucero turístico por el embalse, conocido como los Fiordos leoneses. La travesía comienza en el Puerto Deportivo de Riaño, navegado bajo el gran viaducto para adentrarnos en el valle de Anciles, un enclave de gran belleza natural. Desde el barco se puede contemplar en todo su esplendor la cadena montañosa que rodea a Riaño, con el Pico Yordas con cerca de 2.000 metros de altitud como el macizo mas conocido de la comarca. Este paseo es una actividad que encantará tanto a niños como a mayores y que os permitirá disfrutar del preciso paisaje de la montaña leonesa.
Para comer dos recomendaciones: El Mesón, un restaurante con vistas al pantano. Carta variada y de calidad. Buenas las croquetas de chipirones, el bacalao y la ensalada de cecina. Venta Eslonza, es otra buena opción para comer. Se encuentra a 8 Km de Riaño. Excelente comida y mejor atención. Merece la pena visitarlo, aunque tengas que desviarte un poco.
Otras sugerencias y curiosidades.
* Ermita de Quintanilla. Esta ermita del siglo XVII se encuentra a sólo 3 kilómetros del centro de la localidad, sólo hay que salvar el gran viaducto sobre la presa y seguir las indicaciones (Presta atención, ya que el acceso está a la izquierda y a veces no se ve muy bien. Una vez lo tomes, tienes un aparcamiento un poco más abajo). Está ubicada en un enclave espectacular en la otra orilla del embalse, junto a un área recreativa, en su caso, no fue necesario cambiarla de sitio para salvarla de las aguas, aunque sí se elevó unos metros. Cuenta una leyenda que la virgen se le apareció a un pastor para pedirle que le levantaran una ermita junto a esos prados, a cambio, la Señora intercedería por los riañeses y los protegería.
* A 23 Km. de Riaño está Lois. Es un pueblo pequeñito, al que se accede por una estrecha carretera a través del desfiladero del río Dueñas, que obliga a conducir con precaución durante los últimos 9 km del trayecto. Cuenta con un templo de enormes dimensiones y gran riqueza artística, conocido como la “Catedral de la Montaña”, levantada por Fabián de Cabezas, maestro mayor de obras de la Catedral de Toledo. Este templo, del siglo XVIII, se construyó en mármol rojizo, obtenido de una cantera cercana. En Lois también es muy llamativa la Casa del Humo, recientemente restaurada. Se trata de una especie de palloza convertida en un Centro Etnográfico en el que conocer la forma de vida en la zona. Se llama de esta forma porque su interior está recubierto por completo, paredes y techo, de hollín, dado que en la mitad de la estancia donde se situaba el hogar que hacía las veces de cocina y calefacción para la casa y la no haber chimenea el humo se acumulaba en el techo hasta acabar escapando por las rendijas del tejado. La Cátedra de Latín, fundada en 1742, convirtió a esta pequeña localidad en un referente educacional y cultural durante dos siglos, una especie de seminario menor, que era importante porque iba gente de los pueblos de alrededor a estudiar. Antes, Lois contaba ya con una Escuela de Primeras Letras, donde se aprendía a leer y a escribir, en un mundo que se antojaba lejano tras las altas montañas que rodean a esta población.
* En dirección a Maraña podemos parar en Lario y subir a su columpio. Igual no es tan espectacular como el de Riaño, pero merece la pena. Para ello, aparcaremos a las afueras del pueblo, en dirección al Puerto de Las Señales, para después coger un sendero sin dificultad que está perfecto señalizado. Tras recorrer aproximadamente 1.5 km llegaremos a nuestro destino. En esta situación privilegiada encontramos un columpio de casi 9 m de altura que nos permitirá acercarnos a las montañas y disfrutar de espectaculares vistas. Paseando por el pueblo podemos ver la iglesia del siglo XV y algunos hórreos.
* Muy cerca de Lario se encuentra Burón, a 13 minutos en coche desde Riaño, donde podemos ver el Banco más Grande de León, desde donde también hay unas buenas panorámicas de la Montaña de Riaño, con el Pico Burin como telón de fondo.
Jose Maria Vicente